Constituciones. Por Mario Valdivia V.

por La Nueva Mirada

Después de revisar unas cuantas, se me ocurre que una constitución es un artefacto mestizo.

Tiene el alma imaginaria – volada, infinita – de un país imaginario; ineficaz ante el dolor.

El alma poética – inspiradora – de un país metafórico; débil frente a poderes prosaicos.

El alma revelada – con principios – de un país transparente; máquina de guerra en el claroscuro interpretado.

Y el alma exigible – con promesas precisas – de un país ordenado; garrote.

Quizás no se trata solamente de inventar una nueva constitución, sino también de inventar cómo nos relacionamos con ella.

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