807
Después de revisar unas cuantas, se me ocurre que una constitución es un artefacto mestizo.
Tiene el alma imaginaria – volada, infinita – de un país imaginario; ineficaz ante el dolor.
El alma poética – inspiradora – de un país metafórico; débil frente a poderes prosaicos.
El alma revelada – con principios – de un país transparente; máquina de guerra en el claroscuro interpretado.
Y el alma exigible – con promesas precisas – de un país ordenado; garrote.
Quizás no se trata solamente de inventar una nueva constitución, sino también de inventar cómo nos relacionamos con ella.