Crónicas de las grandes Alamedas. La Alameda Insurgente por José Bengoa

por La Nueva Mirada

«Amarillaban los árboles de la Alameda en esa tarde del domingo 29 de abril de 1888. Anoto extraordinaria concurrencia de gente en los alrededores de la estatua de San Martín, allí donde las filas de álamos se abren en abanico para formar el óvalo del Libertador» escribe un testigo de esa época. Y se van juntando obreros, artesanos, «precedidos de estandartes y llevando insignias y brazaletes  de instituciones sociales..» y sigue llegando gente y «espectacularmente se incorpora entre la multitud  reunida un contingente de hombres, formados en filas  de a cuatro, y encabezados por un estandarte rojo…Junto a la insignia marchan cinco  o seis personas  que parecen dirigir  la suerte de esta columna humana«…eran los militantes y dirigentes del Partido Demócrata que se había formado  el año anterior (20 de noviembre de 1887) y comienzan los discursos. Según Encina,  Malaquías Concha fue quien leyó las conclusiones, pero el más incendiario fue Juan Rafael Allende, un personaje maravilloso de la Historia popular de Chile, humorista, escritor y fundador también del Partido Demócrata. En sus memorias cuenta lo que dijo en esa oportunidad: «Cuando ya iba a terminar mi arenga se me ocurrió decir: yo no pido que se incendien los carros, que se arroje a cada uno un tarro de parafina y se les prenda fuego… No, no pido eso, pero pido mucho más: que no se explote a los valientes hijos del pueblo. Cinco minutos después que pronuncié estas palabras, varios tranvías eran pirámides de fuego». 

Estamos en el año 2020. El 18 de Octubre del 2019 ardió nuevamente la Alameda. Ha pasado un largo año de protestas, pandemias, esperanzas plebiscitarias y constituyentes, sobre todo frustraciones múltiples y no está demás en un «Anuario de fin de año«, rememorar sucesos que hace mucho más de un siglo se asemejaban y ocurrían en la Gran Alameda de las Delicias, símbolo y espacio de combates por un mundo mejor en este país. Voz de esperanza cuando en su discurso dijo El Presidente que algún día se volverán a abrir. 

no está demás en un «Anuario de fin de año«, rememorar sucesos que hace mucho más de un siglo se asemejaban y ocurrían en la Gran Alameda de las Delicias, símbolo y espacio de combates por un mundo mejor en este país. Voz de esperanza cuando en su discurso dijo El Presidente que algún día se volverán a abrir. 

Los carros de transporte urbano, en esos años, eran tirados por caballos y corrían por rieles. Tenían dos pisos y el pasaje del segundo piso, que era más barato lo subieron de 2.5 centavos a 3 centavos. La compañía dijo que no había monedas de cambio. Un cochero iba en el pescante y un cobrador andaba repartiendo los boletos, unas fichas según se dice.  

 «Arrastrado por escuálidos caballejos, subía penosamente en esos instantes por la Avenida uno de los tradicionales carritos, que desde 25 años atrás hacía ese recorrido», dice nuestro anónimo observador que me temo fue también la fuente de Francisco Antonio Encina2. «Frente al lugar de la reunión el carrito es detenido por algunos obreros quienes intiman la rendición al auriga y dispersión inmediata a los pasajeros del vehículo…» Agrega nuestro testigo : » es un asalto realizado en la forma reglamentaria prescrita por el código . Nada de inútiles violencias , si pueden obtenerse los fines por medios incruentos del bandidaje» Se señala con claridad que ningún pasajero fue molestado, ni cobrador alguno despojado del dinero de los pasajes.  Desenganchan los caballos que tiraban a los carritos y los vuelcan de sus líneas de fierro, que eran como de tranvías. Luego se dice que trajeron estopa y parafina y les prenden fuego…» A través de la empinada fila de álamos amarillos sube el rojizo resplandor de muchas hogueras y el humo asfixiante envuelve con su manto gris la ciudad aterrorizada» expresa con dudosa prosa poética nuestro anónimo observador. El incendio de vehículos comenzó a las 4.40 de la tarde y a las 5.15 todos los carros que no se habían incendiado estaban guardados en sus depósitos de calle Chacabuco y del otro lado del rio Mapocho. Incendiaron 15 carros y  una garita de la empresa de transporte urbano que estaba frente a la Estación Central…»Las últimas luces del día permiten ver densas humaredas…y agrega, «presenta la Alameda el aspecto de un campo de batalla donde los restos humeantes de los carritos semejan piras  de cadáveres humanos  que imploran clemencia en las alturas», escribe con un cierto lenguaje figurativo  nuestro anónimo  referente, probablemente, sospecho, un descendiente de Vicuña Mackenna que se hace pasar por un árbol de «Pimiento» ubicado en la Alameda frente a la calle Ejército.


General Estanislao del Canto
Presidente Balmaceda

Era el Gobierno de Balmaceda. Curiosa historia, por muchos motivos: el primero es que el país pasaba por uno de sus momentos de mayor riqueza como consecuencia de la apropiación forzosa del norte salitrero, y segundo, porque el Presidente ha quedado en la Historia como progresista y amado por el pueblo. Nada es blanco y negro, como se sabe. Tomaron presa a la directiva del Partido Demócrata presidida por Arsenio Poupin, Artemio Gutiérrez y otros próceres del movimiento popular cuyos nombres están – por suerte – estampados en algunas calles del barrio de atrás de la Estación Central.  

Hay un hecho que es notable. Varias fuentes afirman que Balmaceda en persona habría dicho al General Estanislao del Canto, héroe de la Guerra del Pacífico, que dejara a los manifestantes entrar por el puente de cal y canto al otro lado del Mapocho y que allí los ametrallara. El General en sus memorias dice que «subí a mi caballo y me dirigí a encontrar a los sublevados demócratas que venían por la calle de las Claras y antes de llegar al río detuve al grupo, hablé con los jefes y los puse al corriente de lo que sucedería. Ellos avanzaron hasta cerciorarse de efectivamente había una compañía en el puente y de que el asunto era grave. Entonces peroraron a su gente y la obligaron a retirarse dando vítores y aplausos al Comandante de Policías (Del canto)».  Este General -quillotano, masón y soldado del Ejército de La Frontera y fundador de varios pueblos en la Araucanía- será contrario a Balmaceda y triunfará en las batallas de Con Con y Placilla en la Guerra Civil de 1881. Complicada cosa es la Historia. 

Hay un hecho que es notable. Varias fuentes afirman que Balmaceda en persona habría dicho al General Estanislao del Canto, héroe de la Guerra del Pacífico, que dejara a los manifestantes entrar por el puente de cal y canto al otro lado del Mapocho y que allí los ametrallara.

Este General -quillotano, masón y soldado del Ejército de La Frontera y fundador de varios pueblos en la Araucanía- será contrario a Balmaceda y triunfará en las batallas de Con Con y Placilla en la Guerra Civil de 1881. Complicada cosa es la Historia. 

La Alameda ha sido un campo de batalla. No han sido los delincuentes quienes han hecho los destrozos que hoy tanto preocupan a las autoridades. En ese tiempo no había «Barras Bravas» y así todo se incendiaron decenas de carritos. En cierto modo es la arqueología de los actuales movimientos sociales. 

La Alameda ha sido un campo de batalla. No han sido los delincuentes quienes han hecho los destrozos que hoy tanto preocupan a las autoridades. En ese tiempo no había «Barras Bravas» y así todo se incendiaron decenas de carritos. En cierto modo es la arqueología de los actuales movimientos sociales. 

En todo caso vale una reflexión. Pareciera que en Chile la dominación del pueblo ha sido siempre por la fuerza y muy poco por la razón, como reza el escudo nacional. Las clases potentadas siempre han gritado «Mano dura Presidente«. Cada vez que se han obnubilado en sus riquezas- sobre todo en los tiempos de mayor opulencia- la gente corriente ha salido a la calle y se han enojado. Han incendiado, han tirado piedras, y muchas veces reducido a escombros los jardines. La Alameda de las Delicias ha sido el campo de batalla histórico de la «lucha de clases» criolla. 

La Alameda de las Delicias ha sido el campo de batalla histórico de la «lucha de clases» criolla. 

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1 comment

Luis Campos diciembre 30, 2020 - 3:40 pm

Buenísima semblanza y actualidad de un movimiento que en Chile parece no detenerse. Saludos Pepe.

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