Sebastián Sichel se desliza cuesta abajo según lo demuestran nuevas encuestas recientemente divulgadas y no, como reitera el perjudicado, porque “mi error ha sido enfrascarme en las discusiones con los viejos políticos de la oposición” que lo cuestionan no por “politiquería”, sino en virtud de sus numerosos errores no forzados y, en definitiva, por su incompetencia para enfrentar los desafíos asumidos.
Sichel ha venido dejando en evidencia sus erráticas cuando no oportunistas posturas. Así es como, creyendo estar situado en el pináculo de su campaña, amenazó a candidatos a parlamentarios de su sector con no apoyarlos si votaban favorablemente los “retiros” de las AFP.
Luego se develaría que este Sebastián sí había retirado fondos, a pesar de la enérgica postura contraria a los retiros de su mentor, el otro Sebastián.
Se ha conocido que siendo candidato a diputado recibió recursos para financiar su campaña de empresas pesqueras. Y ahora nos informamos que ejecutivos de tres distribuidoras de gas, Lipigas, Abastible y Gasco, escrutadas por la FNE por posible colusión, han aportado recientemente a su aventura presidencial.
Se desnuda entonces que su proclamada independencia no ha sido obstáculo para recaudar recursos empresariales. Sichel ha tratado de “sacarse el pillo” embistiendo contra Provoste y Boric porque hacen campaña manteniendo remuneraciones como parlamentarios en ejercicio, lo cual no solo es legal sino, también legítimo en cuanto no han abandonado las funciones para que las fueron electos. Ciertamente no se conocieron antes reparos del vapuleado postulante a La Moneda con ocasión de las primarias de la derecha, en circunstancias que Lavín compitió con él sin renunciar a la alcaldía de Las Condes.
El escenario se oscurece para Sichel a la par de renuncias en su comando, acusaciones contra su vocera y complicaciones con los partidos que le apoyan.
La Secretaria General de la UDI, Maria José Hoffmann señaló, con su habitual soltura de cuerpo : “Creo que fue un error no incorporar más rápidamente a los partidos…Hubo una excesiva confianza en que lo que había resultado para la primaria era lo mismo que se debía replicar para la presidencial. Fue un error estratégico que estamos corrigiendo«. Y agregó un ya esperable coqueteo con José Antonio Kast (J.A.K): «Las coincidencias entre Kast y la UDI son evidentes… Es completamente natural que compartamos electorado con él». Y revela que lo apoyarán si pasa a segunda vuelta. «Recorrí junto a José Antonio la segunda vuelta para que ganara el Presidente Piñera. No tengo ninguna duda que volveremos a hacerlo«.
Y no es que J.A.K la tenga fácil. Según la encuesta CEP de septiembre, su evaluación negativa alcanza al 61%, mientras Criteria Research, del 7-octubre, señala que el 50% no le daría su voto en ningún caso.
El muy osado republicano, esquiva y elude su cuantioso soporte financiero. Suelto de cuerpo ha señalado que optó por formar una sociedad en un paraíso fiscal por “recomendación profesional de sus abogados” para agilizar inversiones en EE:UU…
Todo ocurre mientras el tambaleante mandatario (uno de los sustentos originarios del otro Sebastián) está obligado a responder, por los movimientos financieros denunciados por Papeles de Pandora en la acusación de la Cámara de Diputados, donde Camila Flores (RN) se dio el gustito de calificar la movida presidencial como “hechos gravísimos”, agregando que junto al diputado Leonidas Romero evalúan apoyar la acusación constitucional contra Sebastián Piñera.
El cuadro no parece nada alentador para la derecha. Atrás quedan las optimistas predicciones merculiares y de Pablo Longueira en orden a que “del resultado de la primaria han emergido dos candidaturas (Boric y Sichel) altamente competitivas”, añadiendoque ambos estarían en segunda vuelta y ninguneando al hoy agrandado J.A.K: “ni siquiera ganará en las 3 comunas del Rechazo”.
Queda a la vista que los liderazgos del oficialismo no viven un momento muy propicio ni alentador para jugar con los pronósticos electorales, confirmándose la tendencia ya evidenciada con los paupérrimos resultados conseguidos por la derecha en las últimas votaciones nacionales.