Desperté socialdemócrata…pero se me va a pasar. Por Luis Marcó

por La Nueva Mirada

“…aprendí a no creer demasiado firmemente en nada de lo que hubiese sido persuadido sólo por el ejemplo y la costumbre; y así me liberé poco a poco de muchos errores que pueden ofuscar nuestra luz natural y hacernos menos capaces de escuchar la voz de la razón.
René Descartes. Discurso del Método.

La decisión de Joaquín Lavín de definirse como “socialdemócrata” ha sido vista por parte de su base electoral como una suerte de genialidad y, en contrapartida, por la mayoría de sus detractores como un oportunismo vacío y nada creíble. Es claro que la declaración tocó una fibra para mucha gente y comunicacionalmente logró el propósito de figuración del alcalde en campaña permanente. Pero la clave de todo esto no está en si estamos ante un Lavín iluminado o si esto termina siendo un mal paso en su extensa y curiosa carrera política. Lo interesante es preguntar por qué en el Chile de hoy alguien puede suponer que reivindicar la socialdemocracia se asumiría como un valor y, al mismo tiempo, qué pasa en la derecha que su principal candidato debe buscar un domicilio ideológico distinto, aunque no cambie de paraguas político.

la declaración tocó una fibra para mucha gente y comunicacionalmente logró el propósito de figuración del alcalde en campaña permanente.

qué pasa en la derecha que su principal candidato debe buscar un domicilio ideológico distinto, aunque no cambie de paraguas político.

Para algunos analistas que siguen la coyuntura política el gesto de Lavín ha sido “leído” como un paso para captar la adhesión al otro lado del río, en los sectores de centro cada vez más huérfanos ante un país crecientemente polarizado. Es una tesis posible, pero no es la única. Por de pronto esa visión implicaría asumir que el centro se identificaría mayoritariamente con la socialdemocracia y que la derecha tradicional iría a muerte con Lavín, aunque se declarase frenteamplista. La primera variable es que hay un sector influyente de la derecha que nunca ha dejado de apreciar el período de la Concertación y que tímidamente ha empezado a revaluar el segundo gobierno de Michelle Bachelet. Es una derecha empresarial que ahora sostiene que fue un error haber frenado varias reformas y que no estarían enfrentando tanto revisionismo si hubiesen reaccionado a tiempo. El mensaje de Lavín es muy coherente en esa visión que aplaudía la gobernabilidad y el ambiente favorable para hacer negocios. En consecuencia, el alcalde de Las Condes no ha cruzado necesariamente el río, esa gente sigue estando en la derecha.

Es una derecha empresarial que ahora sostiene que fue un error haber frenado varias reformas y que no estarían enfrentando tanto revisionismo si hubiesen reaccionado a tiempo.

Otro aspecto del tema tiene que ver con la lectura que hace la derecha de la socialdemocracia. En varias entrevistas el expresidente Lagos ha señalado que varias de sus reformas las tuvo que implementar con condiciones de mercado debido a la negativa de la derecha de aprobar cualquier otra fórmula, así habría nacido la vinculación bancaria con el CAE. Con una derecha subvencionada por los senadores designados es cierto que el margen político era más bien exiguo, pero las reformas sociales con componentes de mercado tuvieron un costo político indiscutible. En este cuadro tampoco hay que olvidar el gran poder empresarial de la época cuya influencia en el devenir político no solo se daba a través del lobby, sino en la editorial de los principales medios de comunicación y diversos think tank. Parte del ritual de los candidatos a la Presidencia de la República era pasar por el Centro de Estudios Públicos para presentar el respectivo programa de gobierno al gran empresariado, una cosa que hoy probablemente sería contraproducente.

tampoco hay que olvidar el gran poder empresarial de la época cuya influencia en el devenir político no solo se daba a través del lobby, sino en la editorial de los principales medios de comunicación y diversos think tank.

A fines del gobierno de Lagos y principios de Bachelet 1 se hablaba de los “desencantados” de la Concertación. Para los denominados “autoflagelantes” la socialdemocracia en Chile dejó de ser una opción viable en buena parte porque esta experiencia profundizó el mercado en ámbitos sociales, en especial la educación, ni hablar de la experiencia en la concesión de cárceles y hospitales, por citar algunos. En consecuencia, mucho del debate sobre cuanto se dejó de impugnar del modelo económico recae en ese período; mientras que las críticas por la excesiva gradualidad en los cambios políticos son atribuibles principalmente a los gobiernos de Aylwin y Frei. Esos son parte de los pasivos de esos años, pero también hubo muchos activos.

Habría que preguntarles a los mismos empresarios que ahora se lamentan por el estado de cosas como actuaron entonces.

Es claro que muchas de estas críticas desconocen que hubo esfuerzos por avanzar más. Así, por ejemplo, el expresidente Lagos exploró la posibilidad de una reforma tributaria que le permitiera al Estado asumir desafíos sociales mayores y tuviese un componente distributivo real. Como decía Lagos, que la distribución del ingreso fuese menos desigual después de impuestos; pero encontró resistencias insuperables y debió conformarse con el royalty minero. Habría que preguntarles a los mismos empresarios que ahora se lamentan por el estado de cosas como actuaron entonces. Es así que el alma del desencanto dentro de la centroizquierda fue ganando espacio, lo que explica en parte el surgimiento del Frente Amplio, donde el cambio generacional juega también muy en contra de las tesis de los gradualismos y cualquier convergencia que no venga de las mayorías.

La socialdemocracia de Lavín no está de moda…demasiada historia pasó por ese puente y apenas vale para un eslogan de campaña.

Pero esta semana se ha superado a si mismo frente a un paro de camioneros que ha tenido una respuesta errática y torpe desde La Moneda.

La socialdemocracia de Lavín no está de moda…demasiada historia pasó por ese puente y apenas vale para un eslogan de campaña. Pero ¿qué puede ofrecer la derecha después del devenir de este gobierno? Aparentemente nada más que desconcierto. No es solo que Piñera se viese forzado a rescindir su programa, sino también a renunciar al andamiaje constitucional con el consecuente impacto en el ethos del gremialismo. Pero esta semana se ha superado a si mismo frente a un paro de camioneros que ha tenido una respuesta errática y torpe desde La Moneda. El peor de los mundos, un gobierno que está acosado por sus propias bases, y sin margen de acción porque la gobernanza del país ya no es cosa de tipos duros o blandos, se requiere de Política con mayúscula. Es en este contexto que Lavín da un salto, se aleja de su sector aferrándose a una tabla que no traiciona del todo sus ideas liberales, no hay que olvidar su vínculo con Álvaro Bardón en sus años laborales en El Mercurio.

A poco menos de dos años que faltan para el término de mandato la receta de Lavín parece dar cuenta que la agonía del gobierno se le está haciendo larga.

El filósofo Descartes hablaba de escuchar la voz de la razón, de analizar las convicciones propias. A nivel personal es un ejercicio difícil y hasta penoso. En este proceso el filósofo comprendió tempranamente que no podía cuestionarlo todo porque no se puede vivir en el vacío, en la duda total, todos necesitamos un lugar en el mundo. Es así que decidió construir una “casa provisional”, una moral transitoria que regulase su conducta hasta distinguir, mediante la razón, lo verdadero de lo falso. Lo curioso es que una de las principales reglas de esta moral provisional era “actuar conforme lo haría el hombre prudente”. Eso dice mucho del estado de cierta derecha. Lo que otrora era la amenaza de la izquierda, hoy se asume como prudente…claro que eso dura mientras están en el gobierno y tienen algo o mucho que perder. A poco menos de dos años que faltan para el término de mandato la receta de Lavín parece dar cuenta que la agonía del gobierno se le está haciendo larga.

El piso de la credibilidad, que ya venía muy alterado, recibe un golpe brutal.

Una última consideración. La “provocación” de Lavín pareciera no considerar un cambio, no se sabe si transitorio o más permanente, que se ha producido a partir del retiro del 10% de los ahorros previsionales. Se trata del hecho que no se cumplieron, al menos en el corto plazo, los peores vaticinios de economistas connotados, incluido el propio ministro Briones. Esto es muy lapidario para la defensa del status quo y de cambios extremadamente graduales. El piso de la credibilidad, que ya venía muy alterado, recibe un golpe brutal. Por más que la tecnocracia hizo cartas públicas, clamó y rogó por no avanzar en la citada medida, la realidad y sus efectos pasó muy por encima de ellos. El “sí se podía” tiene un componente demasiado atractivo y sin duda alentará un abanico de opciones en la política…en un contexto nacional tan líquido es curioso que Lavín busque un domicilio, en especial cuando su indefinición ha sido un atributo histórico. Por ello no es descartable que al socialdemócrata que despertó por estos días se le termine pasando en un tiempito más. Lo relevante es descifrar a quién realmente le habla el candidato en este y los próximos pasos; en una de esas es solo un ensayo más bien terapéutico…demasiado encierro, demasiada televisión, quizás demasiada conversa con un copanelista…no importa, se le pasará mañana.

es curioso que Lavín busque un domicilio, en especial cuando su indefinición ha sido un atributo histórico.

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