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Mi cuerpo se pudre,
el olor a descomposición invade toda la habitación.
Es una mezcla hedionda
entre sudor y semen,
es mi sangre que comienza a coagularse.
Nadie me escuchó,
sólo me miraron y me apuntaron,
como un animal más del matadero.
Nadie nunca comprenderá
por qué terminé en un colchón tirado en un peladero,
teniendo sexo oral para poder comer
algo mejor que la basura que recogía de la feria.
Aquí terminé pudriendo
mis 16 años en una habitación olvidada,
a la que un psicópata me trajo
después de una buena comida,
y quizás pasen años antes de que encuentren mi cuerpo,
mi cuerpo roído por mordiscos y gusanos
que abandono hoy,
después de una larga agonía.
1 comment
Conmovedor, impactante