Dulces 16. Por Nedazka Pika

por La Nueva Mirada

Mi cuerpo se pudre,

el olor a descomposición invade toda la habitación.

Es una mezcla hedionda

entre sudor y semen,

es mi sangre que comienza a coagularse.

Nadie me escuchó,

sólo me miraron y me apuntaron,

como un animal más del matadero.

Nadie nunca comprenderá

por qué terminé en un colchón tirado en un peladero,

teniendo sexo oral para poder comer

algo mejor que la basura que recogía de la feria.

Aquí terminé pudriendo

mis 16 años en una habitación olvidada,

a la que un psicópata me trajo

después de una buena comida,

y quizás pasen años antes de que encuentren mi cuerpo,

mi cuerpo roído por mordiscos y gusanos

que abandono hoy,

después de una larga agonía.

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1 comment

Paula Ramírez julio 28, 2022 - 3:40 pm

Conmovedor, impactante

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