Por Tomás Vio Alliende
Corría el año 1986, eran alrededor de las 16 horas. El bus escolar en el que viajaba se había detenido a la entrada del condominio Cromwell Valley, donde estaba mi casa en ese entonces. Volvía del colegio. Sentí unos ruidos extraños. Bajé del bus y al medio de una cancha de béisbol, pude ver un grupo de cuervos, tres o cuatro bastante grandes, graznaban muy fuerte y se movían de manera nerviosa. Nunca supe si estaban peleando o dialogando, pero era habitual verlos merodeando en grupo por la zona. Tiempo después leí en una revista científica que al igual que los humanos, los cuervos actúan en pandilla y se unen para protegerse de sus depredadores. Ese instante se me quedó grabado y en ese momento pensé que, muchos años atrás, cerca de donde yo vivía, en los suburbios de Baltimore, Edgard Allan Poe había pasado gran parte de su vida escribiendo y vinculado a la existencia de estos particulares pájaros negros.
Nunca supe si estaban peleando o dialogando, pero era habitual verlos merodeando en grupo por la zona.
cerca de donde yo vivía, en los suburbios de Baltimore, Edgard Allan Poe había pasado gran parte de su vida escribiendo y vinculado a la existencia de estos particulares pájaros negros.
Recordé en específico su poema “El Cuervo” (1845), famoso por su musicalidad, lenguaje y atmósfera sobrenatural. La obra se enfoca en la misteriosa visita de un cuervo parlante a la casa de un amante que ha perdido a Leonora, su amada. El pájaro se instala en la casa del individuo sin nombre y, a medida que avanza el poema, es protagonista de la desintegración que el sujeto va teniendo y que lo lleva hacia la locura. El cuervo negro, posado sobre un busto, parece azuzar el drama del hombre con la constante repetición de las palabras “Nunca más”.
El poema fue publicado por primera vez en el “New York Evening Mirror”. Su éxito fue tal que se difundió en medios de todo Estados Unidos. Allan Poe logró fama casi de manera inmediata, incluso lo apodaron “El Cuervo”. El poema fue reimpreso y parodiado. A pesar de todo, Poe no logró grandes dividendos por el poema. La obra causó admiración y también miedo. Poe fue invitado a numerosos escenarios a recitarla.
Allan Poe logró fama casi de manera inmediata, incluso lo apodaron “El Cuervo”.
La novela “Barnaby Rudge”, de Charles Dickens, inspiró al escritor para crear al inolvidable y endemoniado personaje emplumado. En ella aparece un cuervo parlante llamado Grip que, en la vida real, fue mascota de Dickens y que después de su muerte, en 1841, fue embalsamado. El pájaro todavía puede ser visitado en la Central Library de Filadelfia. Cuenta la leyenda que varios se han acercado a la vitrina donde se encuentra el ave y han escuchado que emite las palabras “Nunca más” en inglés.
Edgar Allan Poe nació en Boston, Estados Unidos, en 1809. Fue escritor, poeta, crítico y periodista, conocido como uno de los maestros universales del relato, la novela corta y el género del terror. Sus padres murieron cuando era niño y fue adoptado por la familia Allan, con los que rompió relación tiempo después por continuas desavenencias con su padrastro.
Por razones económicas se dedicó a escribir en diferentes periódicos. En Baltimore se casó con su prima Virginia Clemm, de solo 13 años, quien falleció dos años más tarde de tuberculosis. La suerte nunca estuvo de su lado, su gran sueño siempre fue publicar un diario, asunto que nunca logró, falleciendo por extrañas circunstancias en 1849. Todavía no está claro si fue por un suicidio, una congestión cerebral, drogas o alcohol.
Todavía no está claro si fue por un suicidio, una congestión cerebral, drogas o alcohol.
La estilizada pluma de Poe marcó profundamente la literatura norteamericana y mundial. Influenció de manera importante la literatura simbolista francesa e incluso al surrealismo. Se le considera precursor de la escritura negra y gótica con obras como “El Gato Negro”, “Corazón delator”, “Los crímenes de la calle Morgue” y “El pozo y el péndulo”, entre otros. Algunos de los escritores que son herederos suyos en mayor o menor medida son: Charles Baudelaire, Fedor Dostoyevski, William Faulkner, Franz Kafka, H. P. Lovecraft y Arthur Conan Doyle, entre muchos otros. “El Cuervo” fue uno de sus grandes legados literarios hasta el día de hoy.
Tiempo después del episodio con los cuervos, dejé Baltimore y nunca más volví a ver esa variedad de pájaros tan inmensos – expertos dicen que a veces llegan a medir 70 centímetros y a pesar más de un kilo y medio- como los que siguen viviendo en los parques de Baltimore. No por nada, la tumba de Poe tiene uno esculpido en su lápida.
No por nada, la tumba de Poe tiene uno esculpido en su lápida.
Cierro los ojos y vuelvo a escuchar los graznidos de los pájaros negros. Se me viene a la mente la desesperación del individuo que, en el poema “El Cuervo”, pierde su integridad frente al tenebroso pajarraco que constantemente lo acosa y le dice “Nunca más”. Con Allan Poe el horror encontró su mejor camino.
Cierro los ojos y vuelvo a escuchar los graznidos de los pájaros negros. Con Allan Poe el horror encontró su mejor camino.