Y tal pareciera que no es tan solo al gobierno el que, pese a dos largos meses de crisis, aún no acierta a tener un diseño para enfrentarla en su integridad. No son pocos los partidos, tanto de gobierno como de oposición, que no logran conectar con las demandas ciudadanas reiteradamente expresadas en las movilizaciones sociales, múltiples encuestas y la propia consulta ciudadana, convocada por la Asociación de Municipios, en donde una inmensa mayoría se pronunció a favor de una nueva Constitución elaborada a través de una convención constituyente íntegramente elegida centrando sus principales prioridades en los temas de salud, educación, previsión social y distribución del ingreso, además del fin de los abusos y malas prácticas políticas.
El acuerdo por una nueva Constitución
El tan discutido acuerdo suscrito por un amplio arco de fuerzas políticas que va desde Chile Vamos hasta sectores de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, se ha visto fuertemente tensionado por importantes sectores del oficialismo (incluyendo la UDI y sectores de Renovación Nacional) que, infructuosamente hasta ahora, han intentado distorsionarlo por la vía de mañosas “interpretaciones”, condicionado su vigencia a que se limite a lo estrictamente suscrito, tanto en la letra como en su espíritu, llegando al chantaje a sus propios aliados en la eventualidad que se aprueben criterios de paridad de género, cupos reservados a los pueblos originarios o facilitación para integración de independientes en la elección de delegados a la Convención Constituyente.
El tan discutido acuerdo suscrito por un amplio arco de fuerzas políticas que va desde Chile Vamos hasta sectores de la ex Nueva Mayoría y el Frente Amplio, se ha visto fuertemente tensionado por importantes sectores del oficialismo
Por su parte, el Partido Comunista (PC) y sectores del Frente Amplio (FA) que no suscribieron el acuerdo, lo cuestiona sosteniendo que existe una diferencia mayor entre una Asamblea Constituyente soberana, elegida íntegramente, que resuelva su modo de funcionamiento y los quórums para la aprobación de los contenidos de una nueva Constitución (cuestionando el quórum de 2/3 establecido) permitiendo la postulación a ella de dirigentes sociales.
El gobierno ha ejercido una fuerte presión hacia la dirigencia de Renovación Nacional (RN) para alinearla tras la postura levantada por la UDI
El gobierno ha ejercido una fuerte presión hacia la dirigencia de Renovación Nacional (RN) para alinearla tras la postura levantada por la UDI y apoyada por el Ejecutivo, de limitar el respaldo tan sólo al acuerdo suscrito, pese a que varias parlamentarias de RN habían suscrito una indicación en conjunto con pares de oposición, que aseguraba la paridad de género en la elección de delegados a la convención constituyente. Al final, la directiva de RN, presidida por el diputado Mario Desbordes, debió ceder al chantaje, anunciando que su partido tan sólo apoyaría el acuerdo original en los términos suscritos.
Al final, la directiva de RN, presidida por el diputado Mario Desbordes, debió ceder al chantaje
El PC, que mantiene diferencias con el texto del acuerdo constitucional, intenta consolidar la llamada Unidad por el Cambio, que suma al PRO y la Federación Regionalista Verde, agregando las agrupaciones políticas que optaran por salirse del FA, como el Partido Humanista, el Partido Ecologista Verde y el Partido Igualdad, para coordinarse al enfrentar el debate constitucional y una nueva agenda social.
Los plazos legislativos para implementar los acuerdos constitucionales son exigentes y la necesidad de blindar dicho acuerdo resulta imperativa. Sobre todo para los partidos de oposición que impulsaron y se jugaron por este acuerdo que ofrece una vía institucional para la demanda ciudadana por una nueva Constitución elaborada en democracia.
El acuerdo constitucional suscrito por un conjunto de partidos el pasado 15 de noviembre requiere de un quórum de dos tercios del parlamento para su aprobación, que debieran estar asegurado si quienes lo suscribieron honran su compromiso.
El acuerdo constitucional suscrito por un conjunto de partidos el pasado 15 de noviembre requiere de un quórum de dos tercios del parlamento para su aprobación, que debieran estar asegurado si quienes lo suscribieron honran su compromiso. Y nadie entendería que partidos de izquierda se restaran. Sobre todo luego de conocer los resultados de la reciente consulta ciudadana.
Un tema distinto son las indicaciones sobre las normas complementarias a la ley orgánica constitucional de votaciones y escrutinios, aprobadas por la Cámara de Diputados acerca de escaños reservados a los pueblos originarios, paridad de género y participación de los independientes, que deberían ser aprobadas por un quórum de tres quintos, como establece la actual Constitución. Y ello requeriría el apoyo de todos los parlamentarios de oposición (incluidos comunistas y frente amplistas), además de sectores del oficialismo, lo cual está lejos de estar asegurado.
El gobierno busca reformular su programa para enfrentar los dos últimos años de mandato
Poco a nada queda del programa de gobierno que Sebastián Piñera le ofreciera al país.
Poco a nada queda del programa de gobierno que Sebastián Piñera le ofreciera al país. La imagen de Chile como “un oasis” ha queda sepultada con el estallido social. Hoy en día Chile se encuentra cuestionado internacionalmente por graves y generalizadas violaciones a los derechos humanos, esta vez en democracia. Los “tiempos mejores” quedaron en promesas del pasado para enfrentar los “tiempos difíciles” que vive actualmente el país. Lejos del crecimiento impetuoso que el mandatario ofreciera al país, hoy se vive un momento de fuerte contracción económica y amenaza de recesión. Las reformas estructurales impulsadas por el gobierno de Michelle Bachelet han cobrado un nuevo sentido a la luz de la crisis social. Y la mayoría del país demanda cambios y transformaciones estructurales más profundos.
Las reformas estructurales impulsadas por el gobierno de Michelle Bachelet han cobrado un nuevo sentido a la luz de la crisis social. Y la mayoría del país demanda cambios y transformaciones estructurales más profundos.
Naturalmente este nuevo escenario de crisis obliga al gobierno a redefinir drásticamente su programa y hoja de ruta, sus prioridades políticas, económicas y sociales. Es más que evidente que no se trata de “actualizar” uno ya obsoleto, como ha insinuado el ministro Felipe Ward. El desafío apunta a reformular un nuevo programa que le permita enfrentar sus dos últimos años de mandato, que pueden ser muy turbulentos y terminar en un verdadero desastre.
El desafío apunta a reformular un nuevo programa que le permita enfrentar sus dos últimos años de mandato, que pueden ser muy turbulentos y terminar en un verdadero desastre.
Transformar y no intentar restaurar
Hasta el momento sus propuestas, tanto en materia económica, social o política, también en materia de abusos, pecan de claras insuficiencias. Y aquellas referidas a la seguridad y orden público son inconducentes.
Sin embargo, no existen mayores expectativas de los actores políticos y sociales en que el actual gobierno sea capaz de asumir la profundidad de la crisis social que ha vivido el país para ofrecer las respuestas adecuadas a las demandas ciudadanas. Hasta el momento sus propuestas, tanto en materia económica, social o política, también en materia de abusos, pecan de claras insuficiencias. Y aquellas referidas a la seguridad y orden público son inconducentes.
El país requiere de una robusta y sustantiva agenda social para reformar y elevar la calidad del sistema de salud y educación pública. Un nuevo sistema previsional, que asegure un mejoramiento de las actuales y futuras pensiones, que introduzca mayor solidaridad y competencia en su sistema de administración. Una reforma estructural, como ha indicado el presidente del Senado, ya no basado en el sistema de las administradoras privadas.
Una nueva relación ente capital y trabajo, que asegure relaciones simétricas y garantice un salario mínimo adecuado. Un nuevo pacto fiscal que asegura mayor justicia tributaria y un adecuado financiamiento permanente a un gasto permanente.
Una potente agenda a favor de la reactivación económica y redefinición del modelo de desarrollo que asegure mayor cohesión social. Una intensa agenda para prevenir los abusos del mercado (incluyendo el mercado financiero, el retail, ISAPRES Y AFPs) y las malas prácticas políticas.
Es algo más que difícil imaginar que un gobierno de derecha, con las evidentes limitaciones, debilidades e insuficiencias que ha demostrado la actual administración, pueda liderar este giro radical que el país hoy requiere.
Es algo más que difícil imaginar que un gobierno de derecha, con las evidentes limitaciones, debilidades e insuficiencias que ha demostrado la actual administración, pueda liderar este giro radical que el país hoy requiere.
Pero sería muy ilusorio pensar que cambios cosméticos o acuerdos de mínimos puedan resolver la profunda crisis social que ha vivido el país. Es verdad que la movilización ha amainado y los hechos de violencia se han reducido (no detenido) de cara a las fiestas de fin de año y la proximidad de las vacaciones de verano.
Pero nada asegura que puedan reactivarse con el inicio del año político en el próximo mes de marzo, con tanta o mayor fuerza. Sobre todo si tanto el gobierno como el propio sistema político se muestran incapaces de abrir cauces institucionales que permitan procesar y dar debida respuesta a las justas y principales demandas ciudadanas.
Los plazos son exigentes y los desafíos mayores. El año que se avecina viene cargado de desafíos en el terreno político, económico y social. Es un año electoral, que se inicia con el plebiscito de entrada al proceso constituyente y continúa con elecciones de alcaldes, concejales y gobernadores regionales.
Asumiendo que este estallido social que hemos vivido marca un antes y un después y que la restauración del orden anterior no es una opción.
Un año en donde no sólo el gobierno, el oficialismo o la oposición, se juegan su futuro, sino también el conjunto del país, asumiendo que este estallido social que hemos vivido marca un antes y un después y que la restauración del orden anterior no es una opción.