Acaba de conocer la luz el nuevo poemario de Dante Cajales (Ediciones Awayu). En su presentación Carlos Cociña resaltó que en esta nueva creación del poeta – ya destacado en La Mirada Semanal – no habiendo pacto posible acerca del cielo “el poema deberá construir otro, pero todo cielo esconde otro cielo, por conocer (…) El cielo falso no logra ocultar el otro cielo, terrenalmente quebrado”.
Destacamos poemas escogidos de “Cielo Falso”
Poema Primero
La noche cae en cuerdas de silencio
vertebras encogidas en el frío
arcadas de insomnio
un nudo imposible de separar
lágrimas en las llagas de las manos
los pies
y el cadáver de dios
del que tanto nos hablaron
puntas de muerte
espinas entrando en el tiempo
oídos para tu voz
sin gritos
ni sangre
temblar de calentura
caer
en la impaciente sinfonía de besos prohibidos –amor mío–
dedos que buscan el tacto
la orilla de la cama
No hay oído en otoño que abrace estos latidos
Esta tragedia de bosques huele a cenizas
suena a huesos removidos en vasijas de metal
Abandonar todo lo que duele
sin ropa
sin tiempo
salir del frío.
Las Mejillas
Las ganas que yo tengo de vivir
Son como para hacer llorar a dios
-Rafael Rubio-
Se resiste a morir por falta de aire
de hambre
o de otra usura
tiene sólo dos mejillas
y ya están rotas
dios lo seduce
habla de su hijo
le factura otras desgracias por las mismas mejillas
dios espera en canje
sus ofrendas
por lo menos una de las mejillas
a cambio
recibe un contundente combo en el hocico.
Los Asomados
La cama está fría
La mascarilla y el alcohol junto al celular
Las sábanas sucias en el suelo
Ella viaja dentro de una ventana
y la ventana cae con sus cortinas de soledad
Pasa rozando las otras ventanas
erizando al gato del séptimo
interrumpiendo el polvo de la pareja del sexto
arrancando las hojas en las plantas del quinto
callando de una puta vez al perro del cuarto
bajando el tono de la discusión en el tercero
y tose que tose el adolescente
del segundo que se fuma un pito junto a la ventana
Va cayendo
al mismo tiempo que Chico Buarque
pareciera cantarle desde la ventana del frente
tropezó en el cielo cual si oyese música
girando
camuflada dentro del cuerpo
sin hoja de ruta más que el vacío
y destino
que la vereda
En el silencio súbito que deja el golpe seco
al tocar el suelo
Todos los vecinos se asoman por los balcones
El conserje se toma la cabeza
La dulzura de sus labios que publicaba en Instagram
están pálidos.