«Recuerden que después del eclipse vuelve a salir el sol, y lo digo porque en Chile hay algunos que están contagiados de pesimismo y Chile es un país maravilloso”. A pesar de alguna reiteración, esta vez no erró el mandatario. Cecilia, a su lado, había chequeado lo que diría tras el alucinante fenómeno natural y su trascendencia para una conmovida población. Habría sido un desatino mayor, adjudicarlo al “éxito” de su gestión presidencial. Pero, ella bien lo sabe, el riesgo siempre existe y sobran pruebas históricas, para delirio de los que van acumulando sus insuperables piñericosas e inquietud de los cercanos que ven como se acentúa su incontinencia con el paso de los años.
A pesar de alguna reiteración, esta vez no erró el mandatario. Cecilia, a su lado, había chequeado lo que diría tras el alucinante fenómeno natural y su trascendencia para una conmovida población. Habría sido un desatino mayor, adjudicarlo al “éxito” de su gestión presidencial.
Electo en dos oportunidades como el único mandatario de la derecha chilena tras el retorno a la democracia, su liderazgo ha estado marcado desde tiempos pretéritos, casi juveniles a estas alturas del siglo 21, por contradicciones y tensiones permanentes al interior de su sector político.
Para delirio de los que van acumulando sus insuperables piñericosas e inquietud de los cercanos que ven como se acentúa su incontinencia con el paso de los años.
Desde sus orígenes, la política y los negocios han crecido como un factor tan decisivo y relevante como sujeto a un escrutinio público del que se ha defendido con astucia y protección desde sus mayores posiciones de poder.
“No te declararon reo por lindo” fue la frase de su contendor Manuel José Ossandón (senador RN) durante el debate televisivo para las últimas primarias que consagraron a Piñera como postulante a La Moneda. Debe haber sido el recuerdo público más elocuente, durante los últimos años, a las turbulentas aguas financieras en las que el entonces naciente hombre de negocios naufragó para recuperarse con otras audaces “movidas”.
“No te declararon reo por lindo” fue la frase de su contendor Manuel José Ossandón (senador RN) durante el debate televisivo para las últimas primarias que consagraron a Piñera como postulante a La Moneda. Debe haber sido el recuerdo público más elocuente, durante los últimos años, a las turbulentas aguas financieras en las que el entonces naciente hombre de negocios naufragó para recuperarse con otras audaces “movidas”.
Las mismas que lo llevaron a enfrentarse con poderosos como Ricardo Claro, empresario y propietario entonces de Megavisón, quién se vengó, la noche del 23 de agosto de 1992, de los estragos sufridos de parte del audaz emprendedor y político, revelando grabaciones telefónicas de una operación oculta con el hoy embajador de Chile en Portugal, su íntimo Pedro Pablo Díaz, para destrozar la imagen de su contendora política de entonces, la hoy alcaldesa de Providencia, Evelyn Mathei.
revelando grabaciones telefónicas de una operación oculta con el hoy embajador de Chile en Portugal, su íntimo Pedro Pablo Díaz, para destrozar la imagen de su contendora política de entonces, la hoy alcaldesa de Providencia, Evelyn Mathei.
Una historia intrincada, bien protegida y silenciada en tiempos de un acomodo necesario para las pretensiones del audaz Piñera, que transitaba desde su abierta oposición a la dictadura militar a la lucha por el liderazgo de sus herederos, estrenándose como jefe de campaña presidencial del ex ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi, en la contienda que fue derrotado por Patricio Aylwin.
transitaba desde su abierta oposición a la dictadura militar a la lucha por el liderazgo de sus herederos, estrenándose como jefe de campaña presidencial del ex ministro de Hacienda de Pinochet, Hernán Büchi, en la contienda que fue derrotado por Patricio Aylwin.
Son algunos de aquellos hitos fundacionales de su extensa carrera política que poco cuadran con su posterior trayectoria como uno de los hombres más ricos del país y exclusivo representante de la derecha en La Moneda en tiempos de democracia. Quizás esos orígenes de una trayectoria bien guardada e incómoda para quienes lideran los partidos de la derecha, contribuyan a explicar las tensiones múltiples que han marcado su tránsito por La Moneda. Desde los que le enrostraron un primer gobierno, continuista de las gestiones de la antigua Concertación, hasta los que hoy se irritan, pataletas incluidas, por sus preferencias ministeriales.
Quizás esos orígenes de una trayectoria bien guardada e incómoda para quienes lideran los partidos de la derecha, contribuyan a explicar las tensiones múltiples que han marcado su tránsito por La Moneda. Desde los que le enrostraron un primer gobierno, continuista de las gestiones de la antigua Concertación, hasta los que hoy se irritan, pataletas incluidas, por sus preferencias ministeriales.
“Poderoso caballero es don dinero”, una máxima que trasciende a la derecha y sus representantes en Chile y más allá de nuestras fronteras. Sería arbitrario y antojadizo reducir las ambiciones de nuestro actual Presidente a esa referencia elemental. Sus pretensiones de pasar a la historia abarcan otras dimensiones que acompañan sus emprendimientos mayores y las pruebas al canto trascienden el alcance de estas líneas.
Sus lapsus lingüísticos, con los que muchos continuarán divirtiéndose o molestándose, hacen parte de un ser tan aplicado como pretencioso para incursionar en ámbitos que ignora, intentando disimular con torpeza insuperable. Nuestros entrañables premios Nobel, personajes emblemáticos de la historia y cultura más allá de nuestras fronteras, fechas y episodios imborrables en la enseñanza escolar, personajes populares, continúan sufriendo atroces y vergonzantes añoranzas en labios de Miguel Juan Sebastián Piñera Echenique.
Sus lapsus lingüísticos, con los que muchos continuarán divirtiéndose o molestándose, hacen parte de un ser tan aplicado como pretencioso para incursionar en ámbitos que ignora, intentando disimular con torpeza insuperable.
Ciertamente el que intente una benévola comparación con el genio mejicano Mario Moreno, Cantinflas, transitará desastrosamente para escarnio del mandatario chileno.
El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos…..(¿a quién le asignaría la letra Sebastián) y el riesgo del equívoco acecha.
Lo sabe Cecilia Morel. Solidaria y más que involucrada en las consecuencias de los arrebatos verbales e incontinencia de su esposo mandatario, lo protege cotidianamente. Y, a pesar de todas las luces que brinda el poder, soñará con tiempos de mayor relajo y descanso.
Solidaria y más que involucrada en las consecuencias de los arrebatos verbales e incontinencia de su esposo mandatario, lo protege cotidianamente. Y, a pesar de todas las luces que brinda el poder, soñará con tiempos de mayor relajo y descanso.