El mítico Ratón blanco. La capitana Wake. Por Cristina Wormull Chiorrini

por La Nueva Mirada

Aunque en la Segunda Guerra Mundial muchas mujeres pusieron en riesgo sus vidas como correos y operadoras de radio desde las líneas enemigas (el caso de “la princesa espía Noor”) y algunas pilotaron bombarderos (“las brujas de la noche”), fue inusual que lideraran batallones de hombres en primera línea de batalla.

En la Segunda Guerra Mundial, la resistencia en Francia jugó un papel fundamental durante la ocupación nazi.  Fueron miles de hombres y mujeres los que engrosaron sus filas. Entre aquellos apodados “maquis”, destacó una mujer que lideró a un batallón de unos 7 mil, convirtiéndose en la peor pesadilla para la Gestapo, que llegó a poner un altísimo precio por su cabeza, sin lograr en todo el conflicto echarle mano.

Esta mujer escurridiza y arrojada fue Nancy Grace Augusta Wake, que nació en Roseneath, Nueva Zelanda en 1912, pero se mudó apenas a los dos años a Sidney junto a sus cinco hermanos mayores que fueron abandonados por su padre, siendo criados solo por su madre.  Todos adquirieron la nacionalidad australiana.

No permitía que nadie le dijera que era lo que podía o no podía hacer por ser una mujer…es muy inspiradora”

Inquieta y aventurera, realizó sus estudios básicos en Sidney, pero a los 16 años huyó de su casa para trabajar primero como enfermera y luego, gracias a una herencia de doscientas libras que recibió de una tía, trasladarse a Nueva York para después viajar a estudiar periodismo en Londres.  Al inicio de los años 30, en 1932, Nancy llegó a Francia a trabajar como periodista convirtiéndose en testigo privilegiado de cómo el fascismo en Italia y el nazismo en Alemania empezaban a tomar fuerza y ascendían al poder.  Ella trató de dar voz a los judíos que trataban de escapar, como fuera, del nazismo en Viena y otras ciudades  y fue testigo de hechos tan atroces como el ver que se ataba a los judíos a las ruedas de los carros… … en Viena la incredulidad dio paso al terror.  

«Fue allí y entonces cuando tomé la decisión de que, si alguna vez tenía la oportunidad, haría todo lo que estuviera en mi poder para perjudicarlos, para hacer daño a aquellos nazis y a todo lo que representaban y defendían». -Nancy Wake

En 1939, Nancy se casó con Henri Edmond Fiocca, un rico e influyente industrial francés y fijaron su residencia en Marsella donde se integraron a la alta sociedad de la ciudad para vivir un corto período de paz antes de que el conflicto, el segundo en importancia durante el siglo XX, empezara a extenderse por Europa.  

Apenas Francia fue invadida en 1940, Nancy se unió a la resistencia.  Ella compaginaba su vida de mujer de la alta sociedad con un aspecto angelical y elegante, que le permitió infiltrarse entre los círculos de los alemanes en la zona.  Podía celebrar reuniones con los nazis sin despertar sospechas y luego escaparse a su trabajo junto a los maquis. Su marido la secundaba. 

La valiente tarea de Nancy dentro de la resistencia en Francia fue tan efectiva que la Gestapo la apodó “El ratón blanco” por su capacidad para eludir la persecución y las diversas emboscadas que le tendieron.  Terminaron incluyéndola en la lista de las personas más buscadas y llegaron a ofrecer cinco millones de francos por su captura o delación, el equivalente a un millón de euros en la actualidad. Nancy nunca fue atrapada, aunque esto tuvo un alto precio para ella ya que el año 43 su marido fue atrapado por la Gestapo y torturado hasta la muerte intentando averiguar su paradero.  No tuvieron éxito, pero fue cuando más lograron acercarse.  La lealtad y valentía de él que no denunció ni a su mujer ni tampoco a otros colaboradores maquis, salvo la vida no solo de ella, sino de muchos otros miembros de la resistencia.  Nancy no supo de la muerte de Henri hasta el término de la guerra…

Ese año 43, el grupo de maquis de Nancy fue traicionado, pero  ella había conseguido huir a través de los Pirineos y viajar hasta Inglaterra, donde incapaz de rendirse, se unió a la Dirección de Operaciones Especiales y volvió a Francia una y otra vez saltando en paracaídas mientras se repetía «La libertad es lo único por lo que merece la pena vivir”  adiestrando guerrilleros y organizando el material que los aviones británicos lanzaban desde el aire para concretar durante los últimos meses de la guerra, los preparativos para el desembarco de Normandía.

“Creo que es precisamente la heroína que necesitamos en tiempos inciertos y oscuros: valiente, brillante, imparable y que no transigía”, aseguró refiriéndose a la mítica “Ratón blanco” en una entrevista publicada hace un par de años la escritora británica Imogen Robertson, que escribió   Liberación, una novela “a cuatro manos” con el también autor y productor estadounidense, Darby Kealy.

Nancy Wake fue reconocida como una heroína, apareció en documentales y reportajes, transformándose en la mujer más condecorada después de la guerra, recibiendo entre otras, la Medalla de la Libertad de los Estados Unidos, también   la Medalla de la Resistencia y la Cruz de Guerra; Francia le otorgó el mayor reconocimiento militar con la “Legión de Honor” por su actividad en la Resistencia francesa, además de las medallas de la «Cruz de Guerra» y la «Medalla de la Resistencia». El Reino Unido le entregó la “Medalla George” y, en 2006, la «Insignia RSA» de Nueva Zelanda.

Por último, en 2004 fue galardonada con la «Compañía de la Orden de Australia» a pesar de las reticencias en el Ejército de ese país que aducía que Wae no sirvió en las fuerzas armadas australianas… y que años antes ella dijera a los mandos militares de Australia que se metieran las medallas «donde los monos se guardan las nueces».

Pero su historia fue engullida y olvidada por los múltiples relatos publicados por hombres que relataban y destacaban la participación y valentía de sus congéneres.

Una vez terminada la Segunda Guerra, Nancy volvió a Australia, se casó con el piloto australiano John Melvin Forward, retirándose a vivir a Port Macquaire hasta la muerte de éste en 1997, cuando se trasladó al Reino Unido donde murió el 7 de agosto de 2011, casi centenaria, en el Hospital Kingston de Londres.  De acuerdo a sus deseos, los restos incinerados de Nancy fueron esparcidos en Montlucon, una de las zonas francesas en las que combatió durante la guerra.

A partir de 1985, cuando Nancy Wake escribió su autobiografía, que tuvo gran éxito de ventas en su país, se han escrito al menos dos novelas sobre su vida:  la ya referida “Liberación” que editorial Planeta publicó en el 2018 y que cuenta, escrita a cuatro manos, la historia de la Capitana Wake; y luego, en 2019,  la editorial Antonio Machado Libros amplía su colección con Nancy Wake, la biografía, escrita por  el australiano Peter FitzSimons, conocido y uno de los más leídos  escritores del país y que es el resultado de muchas horas de conversación con la propia Wake.

«Llevó a cabo su tarea con completo éxito dando extraordinarias muestras de valentía, resistencia y determinación. Su marcada personalidad la convirtió en líder de un gran número de patriotas franceses, a quienes organizó y dirigió con gran tacto y savoir-faire para enfrentarse con eficacia al enemigo. (…) Ha llevado a cabo un trabajo extraordinariamente importante con un éxito incomparable», escribió en 1946 el coronel Maurice Buckmaster, a cargo de su unidad.

También, el escritor Russell Braddon plasmó la vida de Nancy Wake “una mujer común que hace cosas extraordinarias” Nancy Wake: the story if a very brave woman. 

“…hay muchas novelas acerca de la Segunda Guerra Mundial, pero fue un conflicto que llegó a todos los puntos del mundo y afectó a millones de vidas por lo que estoy segura todavía hay muchas historias interesantes que encontrar. Aunque es verdad que hay pocas tan dramáticas e interesantes como la de Nancy», asegura Darby Kealey

“Todas las generaciones deberían tener la oportunidad de conocerla y de inspirarse en ella de nuevo”

«Es, en todos los sentidos, una mujer imponente: su pasión, su personalidad, sus emociones, su justa ira y, sobre todo, su coraje la convierten en un personaje fascinante para interpretar. En un mundo hambriento de historias más inclusivas, es hora de que se cuente la suya», ha señalado la actriz Anne Hathaway que la interpretará en la película sobre la historia de Wake.

También te puede interesar

1 comment

Maria del Pilar Clemente agosto 12, 2022 - 8:38 pm

Toda una valiente!!!!

Reply

Deja un comentario