El pensamiento rebelde. Por Sergio Canals Lambarri

por La Nueva Mirada

“Para quienes no piensan sólo existe un camino y un único sentido: por donde vaya la mayoría. Pensar, en cambio, es descubrir (creativamente) en cada camino, una multitud de sentidos y en cada sentido una multitud de caminos” (Óscar de la Borbolla: “La rebeldía de Pensar”)

En Chile hemos dejado de pensar. Creo que practica escasamente como forma educativa familiar, y menos en los colegios y las universidades.

En Chile hemos dejado de pensar. Creo que practica escasamente como forma educativa familiar, y menos en los colegios y las universidades.

Más aún, en estas instituciones, el pensamiento crítico es visto como peligroso. Tiende a ser castigado. Huele a ser revolucionario, loco o a lo “negativo”, al “pesimismo” que “no ve lo bueno” y que impide realizar cosas en conjunto con otros.

Pero el filósofo nos advierte: “Necesitamos un procedimiento en que el pensar se ejercite sin descanso y, además, que se presente en todos los seres humanos. ¿Cuál puede ser este? LA CRÍTICA”. La crítica es “esa deliberación que nos permite pronunciarnos, a favor o en contra de algo, que nos induce a preferir una cosa y no otra”. Nos permite a su vez, jerarquizar y valorar. La crítica también debería aplicarse también a lo pensado críticamente como una tarea permanente.

Luego, no duda en plantearnos a la misma duda, como fundamento primero del pensar:

“La DUDA es el medio del pensar, su hábitat”. La duda como “un camino”, un “fin en sí mismo”. Propicia el pensar mejor que la crítica.

“La DUDA es el medio del pensar, su hábitat”. La duda como “un camino”, un “fin en sí mismo”. Propicia el pensar mejor que la crítica.

Todo este ejercicio del pensamiento, que definiría y haría posible nuestra humanización, estaría radicado para el autor en una premisa (de resonancias nietzscheanas): “La verdad -o su apariencia- es enemiga del pensar”.

Para el filósofo de marras, hombre tiene un “instinto de verdad”. Un impulso, un deseo de conocer la verdad radicado en el pensar.

Una vez que uno se asienta en “LA VERDAD” definitiva y resignifica el sentido global de la existencia en torno a ella, habrá dejado de pensar en “UNA VERDAD” nueva.

Para Nietzsche la verdad es sólo “¡El ensueño exaltado de un dios!”. El sino del hombre sería “la verdad de estar condenado a la falsedad”. Frente a esta terrible verdad, su opción sería “creer en una verdad alcanzable como una ilusión confiable (…) La >creencia en la verdad< es necesaria para los hombres (…) La verdad es fría, la creencia en la verdad es poderosa”.

Toda esta (dudosa) reflexión, nace frente a la imperiosa necesidad actual de dudar y criticar sistemáticamente, es decir, de PENSAR en y sobre “las verdades” políticas, económicas y sociales que se nos presentan especialmente, a través de los medios de comunicación masivos (televisión y periódicos), y de las redes sociales.

Veamos algunas que “dan que pensar”, sobre la pandemia y la economía.

Es necesario un equilibrio entre la necesidad de reactivar económicamente el país y la protección de la salud frente a la enfermedad (se menciona actualmente primero la economía).

Paradojalmente, en un editorial reciente de un periódico, – qué al parecer pocos leen-, se afirmó el lunes de esta semana: “la falsedad de la premisa que plantea elegir entre salvar vidas o rescatar la economía (…) Investigaciones posteriores han determinado que La reapertura (precoz) del libre movimiento interno y entre países provocó la segunda ola de la pandemia (…) El marginal repunte comercial en Europa durante el verano fue revertido con creces en los dos últimos meses”.

La presidente de la Comisión Europea afirmó: “Nuestras estrategias de reapertura (como en Chile), fueron excesivamente aceleradas y las medidas (precautorias) se soltaron demasiado rápido”.

Las vacunas contra el Civid-19 que se comienzan a aplicar, son seguras.

El mundo médico y los especialistas en Salud Pública advierten:

Las autorizaciones de uso fueron de emergencia. Se necesitan 5 años o más, para una autorización regular de una vacuna. Los reportes actuales sólo provienen de los laboratorios sujetos a presiones comerciales y competitivas asociadas a los países que las compraron, qué informan políticamente. Para qué sean efectivas en controlar la expansión y contagio del virus, se necesita vacunar al 80% de la población, especialmente a la de riesgo y con posibilidades de expandir el contagio. En Chile se necesita más de 6 meses para esto.  Además, se utilizará una vacuna (Pfizer- BioNTech) qué utiliza un modo no tradicional-con virus atenuado o desactivado-, nunca probado, dirigido a introducir un código ARN Mensajero con instrucciones para que las células creen la proteína de la corona del virus (que usa para abrir e infiltrar las células humanas) en la persona, y así producir anticuerpos. Definitivamente no se sabe el tiempo de inmunidad que proporcionarán las vacunas. Algunas no se aplicarán en un comienzo a los mayores de edad, embarazadas o con patologías de riesgo, es decir, de quienes no se tiene claro sus reales efectos. Y DOS de estos grupos, SON LOS QUE SE MUEREN CON LA INFECCIÓN.

Cualquier procedimiento médico, especialmente nuevo, necesita hoy de un consentimiento verdaderamente INFORMADO sobre los riesgos y efectos colaterales.

-El comportamiento de la pandemia es impredecible e inédito. No sabemos cómo se va a comportar

Hace meses que las formas de contagios del virus y factores etarios culturales y psicosociales de comportamientos de riesgos (pobreza, hacinamiento…) son CONOCIDOS, y las curvas de modelamiento de escenarios predictivos con sus indicadores críticos son realizados y también CONOCIDOS por los especialistas del mundo científico en Chile y el mundo. La “segunda ola”, era una realidad muy probable y conocida hace meses.

Pienso que actualmente los intereses económicos han sobrepasado a los sanitarios y que estamos viendo sus lamentables resultados. Basta ver lo ridículo y absurdo que resultan los mensajes de la campaña sobre el “Eclipse seguro”, con las medidas e información del “Paso a Paso” (modificadas económicamente), que se tomaron el lunes de esta semana.

Basta de aceptar acríticamente aseveraciones como “las personas están cansadas de ¿no poder salir’”, cuando todas (salvo los y las de mayor edad o enfermedades de mucho riesgo), sí salen hace semanas.

Basta de aceptar acríticamente la idea de que es necesario para disfrutar la vida y poder ser feliz, ir a comprar a los centros comerciales-especialmente para la Navidad-, e ir a centros de espectáculos de entretención masivos, a los casinos, o a comer a restaurantes.

Lo que necesitan es reactivar los negocios y el comercio en primer lugar.

Basta de aceptar acríticamente que la importancia esté primero en las personas sin trabajo y luego las contagiados, y no en la gran cantidad de personas QUE SIGUEN MURIÉNDOSE.

Basta de aceptar acríticamente que las democracias son la antítesis de la no deseada y terrible presencia de la violencia que acompañan las manifestaciones masivas del pueblo ciudadano para realizar cambios. Baste ver con atención lo recién sucedido en Francia, – paradigma democrático y de los derechos humanos de impronta revolucionaria-, del último movimiento social. Vimos quemas, barricadas, saqueos y una violenta represión qué logró el retiro de la iniciativa ejecutiva legal dirigida impedir el control ciudadano sobre la acción policial. El movimiento de los “chalecos amarillos”, sólo produce perturbaciones y cambios necesarios en UNA ROBUSTA DEMOCRACIA DE PROFUNDA VOCACIÓN REPUBLICANA.

Bueno, después de la lectura, si lo lee, recuerde dudar y reflexionar críticamente sobre estos contenidos. Yo ya estoy en eso. En el arduo y cansador TRABAJO DE INTENTAR PENSAR CRÍTICA Y CREATIVAMENTE. (Le advierto que la menor de las veces, uno se siente satisfecho del esfuerzo realizado).

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