El que pone la plata pone la música. Por Frank Kotermann

por La Nueva Mirada

Obedientes electores eludieron la multa y Chile se anotó un nuevo récord facilitado por la georreferenciación. El rotundo triunfo del Rechazo era celebrado por amarillos y arrepentidos reformistas que se abrazaban emocionados, mientras el ex constitucionalista Bernardo Fontaine sonreía satisfecho por el éxito de su millonaria campaña a través de 29 cuentas – sin control del Servel – en redes sociales contra la apabullada Convención.

La esperable autoflagelación de los adherentes a la vapuleada propuesta constitucional, asumiendo miopías políticas, ensimismamiento y horrores verbales cargados a la pesada cuenta de sus protagonistas se multiplicaba exponencialmente. En contraste resaltaban los sueños de grandeza de los ocasionales voceros del Rechazo, adjudicándose lo que desde las sombras los defensores del viejo orden constitucional celebraban con genuina propiedad. A los pocos minutos de conocerse el resultado resucitaron los Alf   convenientemente silenciados para hacerse cargo del negocio propio: J. A. Kast, respirando odiosamente por la herida incurable que le significó la elección del Presidente Boric; los más uniformados del gremialismo enmendándole la plana a su propio mandamás Javier Macaya por “dialogante”, y el nunca ponderado Chahuán poniendo condiciones “al voleo” y orinando contra el viento. Es decir, nada nuevo bajo el sol.

Los temores y horrores que los llevaron a palidecer ante el colapso del gobierno de Sebastián Piñera en noviembre de 2019, estallido social mediante, rindiéndose ante un inédito proceso constituyente ya eran cuento del pasado. En buena hora la pesadilla se transformaba en fiesta para la derecha.

En estos aparentemente sorprendentes giros de la historia social y política cunden natural y espontáneamente el desconcierto y los desgarros ante una esperanza que pareciera diluirse por cegueras o incoherencias colectivas. Bien lo expresó Miguel Lawner, contrastando los dramas sociales en numerosas comunas populares castigadas por el actual orden con el resultado de la reciente votación. Una de tantas: “La población de Petorca y Cabildo hace años que se abastece de agua mediante camiones aljibes, ya que las aguas del río La Ligua han sido usurpadas por los agricultores que la destinan para regar plantaciones de paltos y mira que hablar que: ”toda persona tiene derecho humano al agua y al saneamiento suficiente, saludable, aceptable, asequible y accesible. Es deber del Estado garantizarlo para las actuales y futuras generaciones”. Un 60, 25% de la población de Cabildo apoyó el rechazo y también un 56, 11%de los electores de Petorca, quienes optaron por seguir abastecidos de agua potable mediante camiones aljibes”.

Un querido amigo me recordaba el sentimiento poético de Joan Manuel Serrat: “Y con la resaca a cuestas vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a las divisas”

Ciertamente no pareciera muy alentador el futuro para un nuevo proceso constituyente, asumiendo la composición del actual parlamento, factor más que incidente para hacerlo viable y someter un nuevo articulado a la consideración ciudadana.

Pasado el impacto emocional y político en los protagonistas de la historia tan   intensa de estos últimos años nadie puede aventurar el futuro. Las cuentas alegres de Bernardo Fontaine y el exhibicionismo obsequiado en pantalla al más letrado de los amarillos ya fueron. Ambos debieran recordar que solo   excepcionalmente la historia la escriben los vencedores. Aunque parezca de mal gusto bastaría mencionar los nombres de Augusto Pinochet y Sebastián Piñera.

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1 comment

Isabel Maturana septiembre 9, 2022 - 1:31 pm

Bien escrito , habla de realidades y de la historia
de nuestro paìs.
Gracias.
Espero seguir recibiendo lo que escribas.

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