Si no fuera por una minúscula ventanita pintada al borde de un cuadro, donde una mujer espera mientras mira por ella, la historia de desamor entre Juan Pablo Castel y María Iribarne no hubiese sucedido. Él, obsesionado con la única persona que se fijó en ese pequeño detalle de su obra, decidió buscarla durante meses por Buenos Aires, hasta que el azar los unió dando vida a un tormento que finalizó con la muerte de ella.
El túnel (1948) fue la obra con la que Ernesto Sábato debutó como novelista y si lo que buscaba era impactar, lo logra desde la primera página cuando el protagonista se presenta en un relato que será durante toda la novela en primera persona: “Bastará decir que soy Juan Pablo Castel, el pintor que mató a María Iribarne”. Lo que busca Castel es contar su historia en pos de que al menos una persona logre comprender por qué los hechos lo llevaron a convertirse en un asesino.

¿Novela policial?
Mientras la novela policial tradicional finaliza cuando el investigador descubre el enigma y conoce quién y por qué cometió los hechos, El túnel se mueve en una superficie psicológica donde el misterio no es el crimen sino las razones que desencadenaron los hechos.

Castel se exculpa de su crimen mostrando a una víctima merecedora de la muerte: la presenta como una mujer infiel, no solo a su ciego marido, también a él, su amante, lo engañaba con otro amante. Se trata de una “novela sobre el abismo, suele considerarse como literatura psicológico-existencial, cuyo problema esencial es el de la soledad o de la incomunicación del protagonista”, explica Eva Lukavská en su texto Algunas reflexiones sobre la lectura mitológica de El túnel de Ernesto Sábato.
En el asesinato, Castel busca el consuelo, “tengo que matarte, María. Me has dejado solo” le dice antes de apuñalarla y terminar con la única persona que lo entendió. El protagonista sale de su túnel y encuentra un nexo con la realidad, la cual le fue siempre ajena e incomprensible.
El enigma se entiende a partir de la ventanita que Castel pintó en el borde de su cuadro en donde una madre observaba a su hijo –Maternidad-, detalle del que nadie se percató excepto María. De ahí en adelante se desata la obsesión amorosa del pintor por la joven mujer: mientras él insistía en conocerla en profundidad, ella con casi monosílabos trataba de ocultarle su verdad.

A quién quiere María se transforma en la gran pregunta del relato: está casada con Allende, Castel intuye que tiene una relación amorosa con Hunter y tiempo antes Richard se suicidó por ella. Estas “pistas” lo llevan al borde del abismo y a justificar de manera delirante su crimen. “El relato dejará ver que (…) al matar a María el protagonista está matando a su madre, en cierta medida a sí mismo”, planta José Miguel Oviedo en el capítulo que dedica a Sábato en Historia de la literatura hispanoamericana.
Sábato –en una clara ironía a Borges en donde compara sus formas de relatar- explica que mientras escribía El túnel muchas veces quedó perplejo ante los resultados, tan diferentes a lo que había planificado. “La soledad metafísica se transforma en el aislamiento de un hombre concreto en una ciudad concreta (…) el cuento que parecía destinado a ilustrar un problema metafísico se convierte en una novela de pasión y de crimen”, explica Lukavská.
Y mientras Sábato fue un activo miembro de la política argentina (perteneció al Partido Comunista y si bien luego renegó del totalitarismo siempre abogó por la justicia social); Borges se mantuvo ajeno sin implicarse en la vida política y devenir nacional. Pero esta no es la única característica que los aparta, pues en lo literario Sábato tiene la impronta de crear personajes con intrincados aspectos psicológicos, usa la ciudad (Buenos Aires) como si se tratara de un protagonista más y presenta las relaciones humanas como eje de su relato. Tiene el influjo de la realidad. Borges, por su parte, es atemporal y en sus cuentos presenta laberínticas situaciones que valen por la narración más que por el protagonista y su desenlace.
Y nunca supo realmente quién era ella
Los nombres de los protagonistas de la novela no parecen ser parte del azar. Mientras María puede representar tanto a la Virgen o a Magdalena; Pablo corresponde al apóstol que escribió sobre la muerte y resurrección de Cristo. Además, está Hunter, traducido como cazador, quien a los ojos de Castel iba tras los pasos de María para atraparla, hacerla suya. Contrariamente a Allende, el del otro lado, quien tiene una doble ceguera, la literal y la que no le permite ver la naturaleza de María.
“Ese estremecimiento de orgullo, ese deseo creciente de posesión exclusiva, debían haberme revelado que iba por mal camino, aconsejado por la vanidad y la soberbia”, dice Castel reflexionando sobre su crimen. Asesinato que cometió cuando María ya le había confesado su amor, más la incertidumbre de no tenerla para siempre lo llevó a apuñalarla en su casa de Mar del Plata.
La descripción de Buenos Aires, de sus rincones lúgubres, de las prostitutas y marineros, del exceso de alcohol, dolor y caos, se enfrentan con la defensa de la dignidad humana. El túnel es una novela negra que se revela desde el Yo –freudiano-, con alusión a sueños.
En medio del apogeo existencialista, Sábato la escribe tras recluirse en Córdoba, el nacimiento de su primer hijo y el fin de la Segunda Guerra Mundial –a la cual hace alusión al hablar de aquellos que sobrevivieron a los campos de concentración y, aun así, tras recuperar algo de la humanidad perdida y la estabilidad social en un país ajeno, se atreven a pedir más de lo que la nueva tierra les ofrece- “Es esa inestable relación entre el narrador y su texto lo que da a éste su tono de malestar existencial”, plantea Oviedo. La creencia en Dios se ha debilitado, el existencialismo centra el interés por la realidad vital concreta, que derivó en el irracionalismo: aparecen nombres como los de Kierkegaard, James, Bergson, Unamuno, Spengler El hombre ya no es soberano y la razón no da sentido de trascendencia… Arrebatar la vida humana es la afirmación de la vida.
Bibliografía
Lukavská, E. (1995) Algunas reflexiones sobre la lectura mitológica de El túnel de Ernesto Sábato. Pdf. https://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-2359035-dt-content-rid-29613460_1/courses/2019_0410_A_20066/3.3.%20Eva%20Lukavsk%C3%A1-%20Algunas%20reflexiones%20sobre%20la%20lectura%20mitol%C3%B3gica%20de%20El%20t%C3%BAnel%20de%20Ernesto%20S%C3%A1bato.pdf
Marías, J. (1953) El existencialismo en España. Ediciones “Universidad Nacional de Colombia”. Bogotá. PDF. http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/el-existencialismo-en-espana/
Oviedo, J. M. Historia de la literatura hispanoamericana. Capítulo dedicado a Sabato: La búsqueda existencialista: la ficción y la reflexión. Pdf. https://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-2359000-dt-content-rid-29613184_1/courses/2019_0410_A_20066/3.2.%20La%20b%C3%BAsqueda%20existencialista%20de%20Ernesto%20Sabato.pdf
Rivera, V.S. Demencia y racionalidad en Juan Pablo Castel. Pdf. https://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-2359136-dt-content-rid-29615635_1/courses/2019_0410_A_20066/demencia_castel.pdf
Ruiz, J. A. Evolución de la novela negra: del detective duro al monstruo educado. Pdf. https://campus.unibarcelona.com/bbcswebdav/pid-2359033-dt-content-rid-29613436_1/courses/2019_0410_A_20066/3.1.%20Jes%C3%BAs%20Alonso%20Ruiz-%20Evoluci%C3%B3n%20de%20la%20novela%20negra.pdf
Sábato, E. (2011) El túnel. Grupo Editorial Planeta S.A.I.C. Buenos Aires. Quinta edición.