por Luis A. Breull
Se inicia un nuevo año en el ámbito medial y sin tratar de hacer un horóscopo, oráculo ni resumidero predictivo, proyectar lo que espera particularmente a la tv local, en su versión generalista, resulta fácil debido a que su crisis aún no termina de cristalizar:
- Inversión publicitaria a la baja en la pantalla abierta y, como contrapartida, el incremento en los medios digitales/online y en las radios segmentadas,
- continuidad e intensificación de los procesos de ajuste de costos, con nuevos despidos funcionarios y ahora también rostros, más una externalización productiva creciente,
- simplificación de la oferta de contenidos, cada vez más homogéneos, repetidos y faltos de innovación,
- nuevas audiencias en fuga, ahora centradas en los mayores de 50 años de los segmentos medios y altos, desafectadas de una programación televisiva agotada y decadente,
- hiperinflación e hipervisibilización de contenidos –al decir del investigador francés Gérard Imbert- como ejercicio impúdico de resaltar como imperdibles las ofertas que van quedando en la pantalla abierta,
- reconversiones tardías, reciclajes y cambios de rostros y/o conductores de programas, también como signo de un abaratamiento de costos de pantalla y de estrategias programáticas,
- expansión de las redes de propiedad de los grupos controladores de los canales de TV abierta privados, con el incremento de los niveles de concentración medial (debut de segundas o terceras señales, nuevos negocios, compra de radios, alianzas estratégicas con cadenas internacionales, entre otras).
Ergo, estamos ante un 2019 que nos hará reflexionar sobre todos los focos de riesgo y de oportunidades que se abrirán en esta industria, pero que requerirán primero sincerar los escenarios posibles.
Por ejemplo, Mega acaba de inaugurar en la plataforma de pago una señal de cable mayoritariamente de refritos y recirculación de ficciones ya vistas, orientado al ABC1, llamada Mega Plus. Junto con instalar esta cadena, deberá acrecentar sus niveles de ajuste de costos en su canal principal, debido a que los sobre mil 200 millones de pesos mensuales que cuesta su área dramática es insostenible en el mediano plazo y está absolutamente fuera de mercado.
Mega acaba de inaugurar en la plataforma de pago una señal de cable mayoritariamente de refritos y recirculación de ficciones ya vistas, orientado al ABC1, llamada Mega Plus.
Canal 13, que se jactó de un 2018 cuando volvió a tener utilidades, tendrá que demostrar si ellas serán sostenibles en el tiempo, porque provinieron de enajenación/explotación de activos y no de ingresos operacionales de su gestión de pantalla. Acabados estos recursos se revelará si su saneamiento de gestión es real o solo un artilugio contable para manejar su imagen en la agenda mediática.
TVN -como empresa pública en vías de extinción- tendrá el desafío quíntuple de sanear/armonizar su organigrama corporativo para sobrevivir, contratar nuevo director ejecutivo y director de programación, rediseñar o redefinir su sentido como medio estatal orientado a audiencias primariamente en su dimensión ciudadana, demostrar que se puede diferenciar del resto de los canales privados con una programación eficiente, creativa y necesaria. Parece mucho pedir para su crisis multidimensional, en donde lo más visto de su pantalla en los últimos años ha sido el Festival del Huaso de Olmué y el informe del Tiempo.
Canal 13, que se jactó de un 2018 cuando volvió a tener utilidades, tendrá que demostrar si ellas serán sostenibles en el tiempo, porque provinieron de enajenación/explotación de activos y no de ingresos operacionales de su gestión de pantalla.
Chilevisión, parte del holding de Turner con CNN Chile y el Canal del Fútbol, tendrá que superar el desafío de renunciar a la farándula hiperdura para volcarse a un proyecto que concilie algo de masividad a menores costos de producción, imagen y prestigio por años de sobreexplotación del morbo, la sangre, la intimidad, las miserias humanas y el mal gusto. Al menos ya sorteó el primer obstáculo que implicaba despejar ante la Fiscalía Nacional Económica la amenaza de monopolio que reportaba la multimillonaria compra del CDF.
Del resto, solo concentrarse en seguir bajando costos para hacer sostenible en el mediano plazo la subsistencia de La Red, y tratar de consolidar un proyecto absolutamente externalizado como nuevo paradigma de hacer televisión en estos tiempos, por parte de los nuevos dueños del ex canal UCVTV.
¿Menos es más… o menos?
Este 2019 será un año claro de ahorrativos reacomodos, donde una de las claves del proceso se dio hace pocas semanas con el previsible y esperado término de contrato a algunos rostros, como Rafael Araneda en CHV (muy caro para esta industria) y el término de Primer Plano. Francisca García-Huidobro emigró a Canal 13 y Julio César Rodríguez se reciclará en el matinal “La Mañana de CHV”.
TVN -como empresa pública en vías de extinción- tendrá un desafío quíntuple
En Mega, Ernesto Belloni y Vanessa Borghi dejaron Morandé con Compañía, estelar de humor que de dos días de emisión semanal bajará a solo una; a lo que se agrega la partida de Lucho Jara y Carla Constant de Mucho Gusto y la llegada de Diana Bolocco como reemplazo, para hacer pareja con José Miguel Viñuela.
En tanto, Canal 13 repetirá algunas teleseries turcas y tratará de potenciar la industria nacional de ficción externalizada. Además, enfrentará junto a TVN la realización del Festival de Viña, esta vez orientado a un show de humor y artistas latinos de bajo o moderado costo.
Chilevisión, parte del holding de Turner con CNN Chile y el Canal del Fútbol, tendrá que superar el desafío de renunciar a la farándula hiperdura para volcarse a un proyecto que concilie algo de masividad a menores costos de producción, imagen y prestigio por años de sobreexplotación del morbo, la sangre, la intimidad, las miserias humanas y el mal gusto.
En lo que respecta a Televisión Nacional, además de sortear la partida a Mega de una de sus principales conductoras de noticias, Andrea Arístegui, deberá enrocar sus piezas para suplir la partida de Consuelo Saavedra, quien se radicará en Londres por nuevos proyectos familiares. Todo, al parecer, dando pantalla y potenciando solo a su equipo interno.
Un escenario que -renunciando a competir por calidad frente a la oferta de otras plataformas y medios-, mantendrá su extensos noticieros y matinales, convertidos esta vez en el último bastión para los rostros que sobrevivan la razia.
Este es un panorama carente de expectativas de mejora, con el solo intento de sobrellevar la crisis actual. Un escenario que -renunciando a competir por calidad frente a la oferta de otras plataformas y medios-, mantendrá su extensos noticieros y matinales, convertidos esta vez en el último bastión para los rostros que sobrevivan la razia.