Feminismo de género. Por Sergio Canals L

por La Nueva Mirada

Pañuelos verdes en el cuello y las muñecas. Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. Justicia, y Educación de Genero. Sexualidad de género. Política del “todes”. Aborto libre. Mujeres, disidencias, emigrantes y pueblos originarios unidos, jamás serán vencidos. El gobierno y el estado envueltos en un género verde feminista. Una performance. El poder de la visión feminista de la identidad de género.

Valga resaltar algunos alcances y reflexiones ideológicas y filosóficas en tiempos de cambios, de pueblos originarios y sectores ciudadanos.

¿“Feministas interseccionales o feministas queer”? Queer interseccionales.

Queer: “Movimiento político y corriente teórica crítica, un instrumento revolucionario. La teoría Queer aborda la disidencia sexual y, establece que los géneros, las identidades sexuales, son el resultado de una construcción social ficticia y estereotipada, por lo que no están esencial o biológicamente inscritos en la naturaleza humana (¿?), sino que se trata de formas socialmente variables. Una trasgresión a la hetero sexualidad institucionalizada que constriñe los deseos que intentan escapar de su norma”. (De Afroféminas.com-publicad, Google).

A grandes rasgos, sostiene que para des marginalizar a grupos históricamente excluidos por razón de género (y también de raza) hay que subvertir lo que tenemos por normal y natural y exhibirlos como construcciones socioculturales” (Gabriela Caviedes).

Del esencialismo natural, al constructivismo socio cultural creado por el ser humano. Fundamentos y esencias reconstruidas y disueltas. Hace algún tiempo que ya matamos lo absoluto y la metafísica. Desde allí, fácilmente a facilitar el aborto. En la primera célula procreada, yace la esencia genética dual sexual de la vida humana. Si no es así, el embrión y el feto como seres humanos serían sólo una construcción sociocultural virtual con categoría de subhumanos o infrahumanos hasta que nazcan y emerja un cuerpo sujeto a un devenir en una reconstrucción de género, como un proceso en un flujo permanente.

Filosóficamente esta posición feminista de género, acude -entre otras pensadoras-, a Judith Butler como un referente central.

No podemos decir, (escribe la pensadora), que los cuerpos tienen una existencia significante antes de la marca de género”.

“No se hace mujer, se deviene”, es la citada frase feminista de Simone de Beauvoir. “Cuando empleo las palabras mujer o femenino, no me refiero, evidentemente, a ningún arquetipo o esencia inmutable (…) En la colectividad humana nada es natural (…) la mujer es un producto elaborado por la civilización”. La civilización como la medida de todas las cosas.

Veamos ahora la posición de Emmanuel Levinas, un filósofo de lo absoluto como sentido y misterio.

Reconociendo “las legítimas pretensiones del feminismo, implicadas en los propios logros de la civilización”, plantea que “el sexo no es una diferencia específica entre otras. Está al margen de la división lógica entre géneros y especies”. Se apresura a precisar que “esta división está fuera de alcanzar un contenido empírico”. Para luego plantear que “la diferencia sexual es una estructura formal, pero una estructura formal que troquela la realidad de otro modo y condiciona la posibilidad misma de la realidad como multiplicidad, contra la realidad del ser proclamada por Parménides”. Así se referirá al poder de lo femenino: “Todo su “poder” consiste en su alteridad. Su misterio, constituye su alteridad”. Una alteridad misterio de lo absoluto. Allí radicarían la libertad del hombre y la mujer.

Lo femenino es otro para un ser masculino, no sólo porque es de naturaleza diferente, sino también en cuanto a la alteridad es, de alguna manera su naturaleza”. Podría aventurarse que lo masculino recoge y se diferencia en forma absoluta de lo femenino, desde su origen como primera célula, y luego como feto y embrión.

Para el filósofo, la relación plena con y entre este tipo de libertades de la alteridad, a partir del otro y la otra, entre el hombre y la mujer, nunca se alcanzará a través de una “sumisión y el avasallamiento”. Sumisión y avasallamiento a través del poder que siempre conllevarían una “aniquilación” de la libertad del otro o de la otra. Estas formas de lucha para la dominación del otro y la otra, siempre se inician y terminan con diferentes formas de violencia deshumanizadoras como se dan en el femicidio y el aborto. Realidades que quizás podrían formar parte de la ontogénesis de lo subhumano o infrahumano (utilizando gratuitamente y de forma aventurada, parte de lo desarrollado por Thomas Teo).

Solo cabría una relación “amorosa” a través de un humanismo de acogida en la diferencia, desde y con el otro o la otra como respeto y responsabilidad, destinado a descubrir permanentemente esta alteridad misterio y absoluta a través de la donación y el regalo.

Tanto el hombre como la mujer nacen y se “hacen” en la diferencia existencial y la igualdad esencial natural. Fluimos en un proceso fluyente del y entre el devenir y el porvenir. Somos seres de la frontera entre dos absolutos.

(*) Colaboraron Bérénice Levet: “Teoría del Género o el mundo soñado de los ángeles”, Emmanuel Levinas: “El Tiempo y el Otro” / “Ética e infinito”, y Thomas Teo https// youtu.be/zyDxtACe504

También te puede interesar

Deja un comentario