Fiesta de disfraces. Por Jorge Ragal

por La Nueva Mirada

En aquella memorable fiesta de disfraces,

los invitados llegaron con sus máscaras y antifaces.

Llegó un hombre disfrazado de rey,

con su reina y un séquito de esclavos.

Curiosamente otro hombre también lucía una corona,

una capa real y una espada.

Los demás invitados vestían de magos,

vampiros y arlequines.

Se hicieron concursos y se entregaron regalos.

La fiesta era una verdadera orgía.

En medio de la música y del baile

se apagó la luz del salón.

Cuando se encendieron las velas,

los dos reyes yacían decapitados

y la reina se había fugado con sus esclavos.

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