General Prats: Su aporte al Proceso Constituyente. Por Carlos Méndez Contreras

por La Nueva Mirada

Nota Bene: El siguiente artículo fue publicado el año pasado(30 de septiembre de 2020). Hoy se cumplen 47 años del asesinato del General Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires. El proyecto de Prats es continuo: Nueva Mayoría Nacional, Nueva Constitución, Gobierno representativo de esa Mayoría Nacional, Democracia Avanzada Chilena. Su aporte, anhelo y propuesta están plenamente vigentes en el Chile de hoy.

 A 10 días del atentado que culminara con su vida – y la de su esposa Sofía – (30 de septiembre de 1974), el General Prats escribía en la ciudad de Buenos Aires, su ‘Carta a mis compatriotas’ con la que introducía sus Memorias: Testimonio de un Soldado.

“Siento el deber de divulgar ‘Mi testimonio’. Porque el destino me colocó, inexorablemente, en el trance histórico de participar en acontecimientos trascendentales de los últimos años de la vida nacional.”

“Mi objetivo literario era, obviamente, ambicioso y – como nadie tiene la vida comprada – en Buenos Aires recapacité, considerando la eventualidad que me sorprendiera la muerte, dejando inconcluso un trabajo de tan largo aliento y en el convencimiento de que las nuevas circunstancias imponían la prioridad de registrar ‘mi verdad’ frente a las catástasis que viví, excepcional para un militar chileno.”

En esta introducción de su obra póstuma, estructurada en tres Títulos y un Epílogo, el inmolado general manifiesta en sus últimos párrafos: “Anhelo – humildemente – que mi escrito logre ocupar un lugar de preferencia en la sensibilidad y en la emoción de la generosa juventud chilena.”

Es precisamente en ese Epílogo, titulado Niebla sobre el Campamento, que Prats ensaya un bosquejo de ‘La Democracia Avanzada Chilena’ del futuro.

“Esta es la que todos los patriotas sinceros anhelan para su Patria, conscientes de que ya no hay cabida posible para la ‘democracia condicionada’ del pasado, cuyo certificado de defunción se extendió el 11 de septiembre de 1973, después de una autopsia que duró casi mil días.”

El proyecto de Prats señala “El Poder del Estado como expresión de la voluntad mayoritaria nacional”.

«Si anhelamos para Chile un futuro de vigencia democrática avanzada, realmente auténtica, el poder del Estado tendrá que expresar los intereses de la mayoría nacional, para que la política bregue eficientemente por un genuino ‘interés nacional’, capaz de manejar con realismo el factor común de los egoísmos individuales.» 

Prats esboza “La nueva institucionalización de la mayoría nacional”. 

Por ello sólo cabe ensayar, al escribir estas líneas – julio de 1974 – un bosquejo de la nueva democracia avanzada.”

«La nueva ‘democracia avanzada chilena’ debe construirla una sociedad humanista, cuya potencialidad resida en la colaboración solidaria entre la mayoría de los miembros de la comunidad a través de mecanismos legales que posibiliten una gran movilización nacional, afianzadora de las libertades democráticas y neutralizadora de la violencia

La visión de Prats del país de ese año (1974) y su propuesta, podría perfectamente ser enmarcada en el contexto actual. 

Luego, la corrección de la tradicional crisis sociopolítica chilena – caracterizada por la concentración excesiva del poder en manos de una minoría, por la menguada representatividad de los dirigentes y por la falta de solidaridad general – exige una solución de tipo organizativo y doctrinario.”

A lo que concluye:

Es preciso corregir la organización política del Estado, mediante una nueva Carta Fundamental. Ella no debe ser el fruto del trabajo de gabinete de un grupo reducido de eminentes juristas de concepciones filosóficas tradicionales y comprometidas con los intereses de la alta burguesía, sino que interprete realmente nuestra peculiar problemática y abra perspectivas al destino nacional, en la competencia de un mundo cada vez más interdependiente.”

El General continúa fundamentando su propuesta.

En tal sentido, la Constitución debe abrir las compuertas de los Poderes del Estado a la mayoría nacional, a través de métodos de generación simultáneos del Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Edilicio, con campos jurisdiccionales bien definidos.

El régimen de los partidos políticos, gremios, sindicatos y comunidades vecinales, debe conducir a que éstos constituyan verdaderos vehículos de la voluntad mayoritaria.”

El proyecto de Prats es continuo: Nueva Mayoría Nacional, Nueva Constitución, Gobierno representativo de esa Mayoría Nacional, Democracia Avanzada Chilena.

Por esto, cuando hablamos de una ‘democracia avanzada’, estamos refiriéndonos a un sistema de gobierno humanista, genuinamente representativo de la mayoría nacional, pluralista y libertario, con una organización económica mixta y una organización social neoclasista.”

Concepción de la nueva mayoría nacional

Prats la especifica. “Hemos mencionado repetidas veces a la “mayoría nacional” y ya parece conveniente definirla dentro de la comunidad chilena.”

En las concepciones políticas de derecha, centro e izquierda, las posiciones centristas han sido normalmente la interpretación más realista de las aspiraciones mayoritarias de nuestra comunidad nacional. Pero, como fórmula de expresión política, han fracasado, porque sus disparos reformistas no han alcanzado a corroer la estructura de la fortaleza capitalista y, tarde o temprano, han terminado por identificarse con las tendencias derechistas.

Por ello, al hablar de mayoría nacional, no nos referimos a una banda central del espectro político que deje a un tercio de éste a la derecha y otro tercio a la izquierda. Nos referimos a una banda que cubre dos tercios del centro del espectro, dejando un sexto a la derecha y un sexto a la izquierda.

Esta concepción quiebra los esquemas tradicionales ya insostenibles de la mayoría relativa o de una mayoría absoluta de la mitad más uno. También exige articular un gran movimiento nacional que agrupe a todas las corrientes políticas de avanzada social, capaces de emerger después del letargo político actual.

Al hablar de fuerzas políticas ‘de avanzada social’ o ‘renovadoras’ o ‘progresistas’, no estoy especificando partidos políticos vigentes durante el último régimen constitucional.”

Gobierno de Mayoría Nacional

«Un gobierno de un amplio margen de apoyo electoral, ubicado en la franja central que cubra los dos tercios del espectro político nacional, deja como minorías a angostas franjas en los extremos derecho e izquierdo.

Estas minorías, mientras respeten las reglas del juego democrático, tienen derecho a las diversas garantías que brinde la nueva Constitución, en forma proporcional a su representatividad.

Si los comunistas no se proponen ir más allá de los linderos del sistema democrático avanzado de economía mixta, tendrán cabida en el gran movimiento nacional.

Puede ocurrir que tanto desde las franjas políticas de la izquierda y de la derecha, emerjan grupos extremistas que en la clandestinidad recurran a la violencia armada, impulsados por una alienación sectaria, tan heroica como irracional.

Este desafío de la ‘democracia avanzada’ debe afrontarse sin incurrir en la represión indiscriminada y el primer deber de los políticos de todos los sectores es procurar su reabsorción por los partidos democráticos. Sin embargo, tampoco es posible adoptar una actitud de debilidad o tolerancia que atente contra la paz social.”

“De aquí la filosofía de la ‘democracia avanzada’, que requiere de mecanismos de generación del poder que ofrezcan a la comunidad nacional la garantía cierta de que el gobierno, elegido libremente, sea genuinamente representativo de la Mayoría – con mayúscula – Nacional.”

Prats se pregunta: “¿Prioridad económica y/o prioridad social?” A lo que puntualiza:

«De lo que se trata es de estructurar un sistema económico que logre combinar en la proporción correcta las necesidades de propiedad pública y de propiedad privada, en función de la capacidad y de las circunstancias de desarrollo real de nuestras bases económicas.”

“Por consiguiente, el ordenamiento social de la comunidad exige que el estado tenga la mayor capacidad para encuadrar a trabajadores y empresarios en un régimen basado en un nacionalismo económico, que sin desalentar la iniciativa empresarial, sostenga una efectiva política popular.”

“La transformación económica debe irse encadenando armónicamente con la búsqueda incesante del progreso social de la comunidad, considerando las claras prioridades que emergen de una justa y dolorosa apreciación de la realidad contingente del cuadro humano chileno.”

¿Cuáles son – para Prats – esas prioridades sociales en que la nueva “democracia avanzada chilena” debe concentrar el esfuerzo social preferencial?

La primera prioridad social es la absorción de la grave cesantía.” “Lograr la ocupación plena, ligada estrechamente a un aumento de la productividad.”

“La segunda prioridad democrática consiste erradicar a un ritmo acelerado la marginalidad. Ello exige realizar una obra abnegada de promoción popular, a la que deben contribuir todos los sectores activos de la población.”

“La educación popular es otra gran tarea que debe concitar no sólo la ‘atención preferente’ del Estado, como rezaba la extinguida Constitución Política, sino motivar el empeño solidario de la comunidad organizada.”

La concepción de Prats de una Doctrina Nacional 

«Una definida doctrina nacional debe interpretar la voluntad de la mayoría, de un modo más elocuente que las tendencias ideológicas. Las ideologías políticas no siempre traducen los verdaderos intereses de la mayoría, aunque a veces pueden ser necesarias como motor de solidaridad y cohesión.

Una doctrina nacional, en cambio, establece reglas y preceptos que pasan a regir la vida de la comunidad, en lo nacional e internacional, para posibilitar la grandeza del país y la felicidad del pueblo.”

Prats se plantea la situación de las Fuerzas armadas y Carabineros en la nueva “democracia avanzada chilena”.

Cuando se instaure en Chile la nueva “democracia avanzada”, a que nos referimos, uno de los más importantes problemas institucionales que surgirán será el de la recuperación del prestigio y de la eficiencia profesional de las Fuerzas Armadas y Carabineros.

El prestigio de los cuerpos armados estará gravemente deteriorado por un masivo sentimiento de odiosidad y desprecio que despertará el recuerdo de las atrocidades y arbitrariedades en que incurrieron las tropas durante la etapa represiva. El odio cerval, en muchos casos, incitará a actos de venganza y vejámenes constantes a los miembros de las distintas Instituciones.”

Prats desarrolla: “La nueva subordinación del sector militar al poder civil” 

Si concebimos la esperanza de que ‘más temprano que tarde’ emerja en Chile un gobierno auténticamente representativo de la voluntad mayoritaria del pueblo, de acuerdo con los lineamientos esbozados en el título anterior de este ‘Epílogo’, es preciso referirse, también en líneas muy generales al nuevo rol que cabe asignar a las Fuerzas Armadas y Carabineros en la concepción de una ‘democracia avanzada’.

Desde luego, no se concibe la existencia, dentro de un Estado moderno, de una fuerza pública que no sea esencialmente profesional. Sin embargo, la posición ‘profesionalista’ no debe entenderse como total indiferencia política, lo que significaría la ausencia de una meta nacional.

En tal sentido, el profesionalismo militar debe entenderse con la prescindencia propiamente partidista.

Sin embargo, el personal de las Fuerzas Armadas constituye un sector vivo de la sociedad y, como tal, no puede calificársele de un ‘instrumento de fuerza neutro’, al servicio del gobierno que ‘ocasionalmente’ asuma al poder.

En tales términos, la premisa esencial para la vigencia del Estado de Derecho consiste en que cada Institución sea utilizada en su marco apropiado y específico.”

El General Prats termina sus Memorias – 46 años atrás – con el siguiente anhelo:

Muy difíciles son los obstáculos que las Fuerzas Armadas y Carabineros tendrán que franquear en el futuro mediato para retornar a su sitial de legítima institucionalización, para recomponer su aptitud profesional en beneficio de la razón de ser de su existencia y para concitar el respeto y el cariño desinteresado de todos los sectores de la comunidad nacional.

Una vez que sus miembros tomen conciencia individual de la incuestionable necesidad patriótica de una estrecha identificación de los Institutos Armados con los intereses del pueblo – que son comunes a la gran mayoría nacional – y desplieguen en conjunto un sincero y supremo esfuerzo doctrinario verticalista para anteponer al egoísmo y a la pasión, la divisa del honor y del espíritu militar; el guerrero podrá pasar al reposo anímico y el sol de la convivencia cívica logrará disipar la espesa niebla que cubre el campamento.”

Nota: Todas las citas entre comillas corresponden a Memorias: Testimonio de un Soldado, de Carlos Prats González, Editorial Pehuén, marzo de 1985.-

(*) Carlos Méndez Contreraschileno, reside en Argentina desde 1985. Antropólogo Cultural / Sociólogo No Occidental de la Universidad de Ámsterdam. Oficial de Ejército hasta 1970.  

También te puede interesar

Deja un comentario