Hablando de lo que no sé. Por Mario Valdivia V.

por La Nueva Mirada

De geopolítica. Prefiero hacerme preguntas de lo que amo, que dejarme llevar por la indiferencia pretextando no saber.

Al otro lado de la pandemia nos encontraremos con Estados Unidos concentrado en China, y China en crecer económicamente y en Estados Unidos. Europa seguirá obsesionada consigo misma y con Rusia. Rusia seguirá preocupada de Europa y obsesionada con los países de Europa del Este. Los latinoamericanos estaremos por nuestra cuenta, si se excluye a México, quizá, demasiado enredado económicamente con su vecino del norte.

No va a ser por poco tiempo.

Podemos pensar que ganaremos autonomía. También que nadie nos defenderá de nosotros mismos. El dueño del garrote estará distraído conteniendo al poder emergente de Asia. Y, lo más importante, hace tiempo que no somos un “nosotros, los latinoamericanos”. Lo fuimos. Ya no. Hemos pasado muchos años conectados al mundo global, cada uno como pudo. Hace tiempo que América Latina no es nada más que el lugar en el mapa que compartimos casualmente.

Nos veremos obligados a inventar un nuevo espíritu nacional, tal como el resto del mundo. A tomarnos en serio el estado nacional, más que las reglas internacionales de comercio y de flujos financieros. Nos podemos ver unos a otros como socios o amenazas. Al otro lado de la pandemia estaremos agotados, con las economías rotas, las masas empobrecidas, el estado quebrado, ahogados en deudas. Más de alguno desesperado. Podemos hacer un frente común. Pero en situaciones así, también son posibles los autoritarismos, la xenofobia, el racismo, seudo fascismos. Morder a los perros del lado ocurre a menudo cuando escasea la comida.

Morder a los perros del lado ocurre a menudo cuando escasea la comida.

Nuestro territorio es un largo tallarín mal cuidado.

Podemos iniciar una política coordinada de inmediato, dejando atrás arrogancias y sentimientos que nos hacen considerarnos excepcionales. O más vale que los chilenos nos preocupemos. Nuestro territorio es un largo tallarín mal cuidado. Miles de kilómetros desérticos en el norte en los que no hemos sabido hacer nada más que extraer piedras del subsuelo. Miles de kilómetros sin conexión terrestre en el sur; si no fuera por los salmones en el agua… Entre los dos, el Chile del que nos hemos hecho cargo – mil kilómetros, algo así. Angosto el tallarín: la distancia entre dos capitales regionales es por lo común mayor que la de ellas al país del lado.

El orden global en el que nos fue tan bien durante un tiempo se terminó.

El orden global en el que nos fue tan bien durante un tiempo se terminó. No se basaba en reglas que se sostenían por sí mismas (por su racionalidad, como creían los economistas de lado y lado), sino por el poder de Estados Unidos. La globalización era el orden americano. China salió al camino.

La globalización era el orden americano. China salió al camino.

¿Mejor girar? 

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1 comment

Fernando Reyes Matta julio 16, 2020 - 7:07 pm

Este artículo llama a pensar el concepto de cadenas regionales de valor como visión pragmática para integracionismos de siglo XXI

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