Otoño frío y oscuro.
Iluminado por uno que otro liquidámbar rojo anaranjado.
Me duelen los huesos y el lado izquierdo del alma.
Tercer 10%, postergación de elecciones, el virus rebelde y la cancelación estúpida.
¿Qué me robará el mes de abril? Si no te cuidas, la vida y las elecciones.
“El gobierno tampoco pudo rastrear la afluencia de visitantes extranjeros después de que Chile reabrió sus fronteras que permitió que el virus, incluidas las cepas más infecciosas de Brasil y el Reino Unido, se extendiera por todo el país”. Críticas compartidas, por The Telegraph, The New York Times, y de Washington Post. (Una “conspiración” de elite).
Los ventiladores y las vacunas, instrumentos de poder “blando” biopolíticos empresariales.
“Fueron malas ideas las mezclas poblacionales producidas por los permisos vacacionales, “de contagio vacacional”, las exenciones de intervenciones en diferentes fases (cómo permisos a restaurantes, cines gimnasios, etc”. Asevera un profesor de Salud Pública U. de Chile, miembro del ICOVID 19.
Si no hay un quiebre de la curva más pesimista de pronósticos, “nos iremos hacia 8.560 casos el 19/ 4 con más de 4000 casos en la R.M.”. Las vacunas aún no han sido capaces de este quiebre. Veamos si pueden las cuarentenas radicales comunales como un todo, tardías como siempre.
Respecto a las vacunas, el primer estudio, liderado por la U. de Chile mostró que le efectividad clínica de las vacunas en Chile, es sólo de un 57% después de la segunda dosis. “El estudio indica que el desafío de lograr la inmunidad de rebaño será mayor en Chile, que en países que están aplicando vacunas con mayor efectividad”. ¿Cuáles son esas?
¿Y las variantes? El coordinador del consorcio de Ues que estudia el genoma del COVID afirma que “estamos a ciegas”, y pregunta “¿cuál es el universo total de virus que ha secuenciado el ISP”?
Ciegos y jodidos
En el jardín de al lado.
“Uno camina y encuentra dos huevitos”, exclamó el domingo alborozado.
En el sepulcro contiguo.
El gusano miró “el esqueleto soberbio/ como una flor abrirse”.
Un niño y un gusano danzaron. Tomados de las manos. Comiendo tierra.
Celebran una vida imposible. Llena de futuro esperanzado.
Todos seremos muertos algún día.
“¿Para esto recé con todas mis fuerzas/y lloré y juré y pateé la escalera (…)?
¿Para encuarentenarme a las nueve de la noche?
¿Todo esto por el ¡El error! ¡El horror!, pandémico?
Negación. Arrogancia. Incompetencia.
En una vida clandestina, el sexo clandestino. Alcohol clandestino.
La prohibición. La prohibición.
Baudelaire huye por los techos. Con” amores descompuestos”.
“La vida es una porquería…” (Leer y cantar con ritmo de tango).
Una “catástrofe”, tituló un columnista avezado.
Cien muertos diarios esperaran su Pascua de Resurrección.
“Las moscas zumbaron sobre vientres pútridos”.
La divinidad no se está tranquila.
Los pusilánimes culposos, tampoco.
Ya no hay insurrección, ni rechazo de la muerte, ni protesta contra el mal.
Ni rebeldía metafísica, ni nihilismo creador.
Nadie lucha por la libertad terrible, “escrita en el carro de las tormentas”. Citó Camus.
Sólo luchas pequeñas e individuales. Leves como el parpadeo de un muerto. Molestas como el zumbido de una mosca. Oscuras como una cueva sin fondo.
Silencio y tedio.
Leyendo un buen libro, el autor mencionó con admiración a la pianista Marta Argerich y su interpretación de la “Polonesa Heroica” de Chopin. Con razón era una de las piezas favoritas de mi padre ya fallecido. Realmente la interpretación y la pianista son de una belleza sensual que arrastran a la vida entera por un instante. Un amigo lo afirma en persona.
Confieso que prefiero sus “Nocturnos”. Debe ser por mi temperamento de naturaleza melancólica.
Un amigo me calificó de “izquierdista escéptico”. Pesimista, diría yo.
La izquierda: nube de polvo sobre un campo de ruinas.
Si pierde, será por falta de inteligencia y pasión, suerte y energía.
Por su izquierdismo anémico. Solo un colgajo sobre una herida de guerra.
Agónica. Conectada a un ventilador.
Quizá haya que desconectarla.
Eutanasia redentora.
Ahora, “levántate y anda”.
¡Si puedes!
Que queda poco tiempo.
Tiempo y melancolía.