J. D. Salinger, el escritor oculto en el centeno

por La Nueva Mirada

Por Tomás Vio Alliende

En 1951 se publicó en Estados Unidos “El guardián entre el centeno”, el libro más conocido de Jerome David Salinger, un autor controvertido y polémico que nació en Nueva York en 1919 y falleció en 2010 en Cornish, New Hampshire.

 Proveniente de una familia judía acomodada que importaba quesos y carnes desde Europa a Nueva York, a Salinger nunca le gustó la exposición pública. Con el estallido de la II Guerra Mundial y después del bombardeo a Pearl Harbor se alistó en el ejército y participó en el desembarco de Normadía. Afectado por el conflicto bélico, regresa a Nueva York y publica “El guardián entre el centeno”, una obra iniciática que se demoró 10 años en escribir y que narra las aventuras de Holden Caulfield, un deslenguando quinceañero que se arranca por varios días a Nueva York, donde vive una serie de aventuras propias de su edad que cambian su vida para siempre.

Con una prosa rápida que tiene la capacidad de meterse en la cabeza de un adolescente como Caulfield, el libro se transformó en un auténtico clásico de la literatura norteamericana que ha mantenido su vigencia y ha vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo.

ha vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo.

Posteriormente, en 1953, Salinger publicó “Nueve cuentos”, en 1961 “Franny and Zoey” y en 1963 “Levantad carpinteros, la viga del tejado” y “Seymour: una introducción”. Aunque estos últimos libros de cuentos no tuvieron el mismo reconocimiento que “El guardián entre el centeno”, el escritor terminó por agobiarse de la gente y se trasladó a una granja de Cornish, New Hampshire, donde se quedó el resto de sus días escribiendo, pero sin publicar absolutamente nada.

A partir de 1965 pasó 45 años evitando a la prensa y las apariciones públicas. Salinger no quería ser visto y se convirtió en un mito de la literatura con una única novela. ¿Por qué el confinamiento si no era víctima de una pandemia y no estaba en cuarentena? Se dice que en la guerra sufrió una crisis nerviosa que lo marcó para siempre. Expertos también señalan que Salinger se exigía a sí mismo rectitud y gentileza que también esperaba de los demás, y siempre mostraba sorpresa y aflicción cuando lo trataban de forma ruda o decepcionante. Lo que más le dolía era la insensibilidad y los malos comentarios de los demás.

A partir de 1965 pasó 45 años evitando a la prensa y las apariciones públicas.

De esta forma, “El guardián entre el centeno” muestra la mirada que hace el autor sobre un adolescente atormentado e inconformista que no encuentra su espacio en la sociedad burguesa en la que vive porque se siente incomprendido por su familia y amigos. A través de Holden Caulfield, J. D. Salinger hace una crítica a la falsedad que observa en la sociedad con ironía y humor. El escritor plantea una búsqueda personal que se refleja, por ejemplo, en actitudes de vida. En uno de los pasajes del libro Holden se encuentra con su hermana Phoebe y le dice:

A través de Holden Caulfield, J. D. Salinger hace una crítica a la falsedad que observa en la sociedad con ironía y humor.

“¿Sabes lo que me gustaría ser de verdad si pudiera elegir?… Muchas veces me imagino que hay un montón de niños jugando en un campo de centeno. Miles de niños. Y están solos, quiero decir que no hay nadie mayor vigilándolos. Sólo yo. Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a donde van, yo salgo de donde estoy y los cojo. Eso es lo que gustaría hacer todo el tiempo. Vigilarlos. Yo sería el guardián entre el centeno. Te parecerá una tontería, pero es lo único de verdad que me gustaría hacer. Sé que es una locura”.

Estoy al borde de un precipicio y mi trabajo consiste en evitar que los niños caigan en él. En cuanto empiezan a correr sin mirar a donde van, yo salgo de donde estoy y los cojo. Eso es lo que gustaría hacer todo el tiempo.

Esta actitud salvadora que le entrega Salinger a Caulfield, como ángel redentor y cazador de hipócritas, fue lo que posiblemente malinterpretaron del libro sicópatas de la talla de Mark Chapman. El asesino de John Lennon no pudo soportar que el músico dijera que “Los Beatles eran más grandes que Jesús” y acabó con la vida del ex Beatle a la salida de su casa en 1980. Posteriormente se dedicó a esperar a la policía leyendo el último capítulo de “El guardián entre el centeno”. Horas antes Lennon le había autografiado a Chapman “Double Fantasy”, su último disco.

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