Jean Michel Basquiat. Entre el primitivismo y el neoexpresionismo. Por Tomás Vio Alliende

por La Nueva Mirada

Jean Michel Basquiat, el niño maldito de la pintura neoyorquina, traspasó todos los umbrales con su legado y ventas millonarias en el mundo del arte. Sus inicios en el grafiti, sus trazos naturales y espontáneos lograron cautivar a la crítica y a los especialistas que vieron en él la perfecta combinación entre talento y drama. 

Considerado uno de los artistas más potentes de la escena afroamericana de los 80, Jean Michel Basquiat (1960 -1988) supo combinar su fuerza imaginaria con la universalidad. Nacido en Nueva York, fue el primero de tres hijos, de un padre de origen haitiano y una madre puertorriqueña.  La familia era acomodada y desde niño Basquiat visitó museos y se impregnó de la cultura mundial, estudiando en distintos colegios privados hasta que fue expulsado del último de ellos por rebeldía. Ya, en ese entonces, había entrado en contacto con la subcultura de la Gran Manzana, con la música y las bandas callejeras. En 1978, junto a Al Díaz, formó el grupo SAMO (Same Old Shit) para rayar los vagones del metro y las paredes del barrio SoHo, famoso por su bohemia y sus galerías de arte. Inspirado por la libertad que le permitía drogarse hasta el hartazgo sin rendirle cuentas a nadie, Basquiat dejó su casa muy joven y se fue a vivir a las calles, donde a veces pernoctaba en edificios abandonados con sus amigos vagabundos. Para sobrevivir vendía postales y camisetas pintadas por él mismo. Siguió con el grafiti hasta que en 1979 escribió en distintas murallas “SAMO is dead” (SAMO está muerto) y comenzó a tocar sintetizadores y clarinete en distintos lugares de moda, hasta que se aburrió y lo abandonó porque lo suyo era la pintura. A partir de 1980, todavía viviendo en las calles, comenzó a dedicarse principalmente en la pintura, en el primitivismo que llevaba en la sangre y en el expresionismo abstracto que más tarde en él se convertiría en neoexpresionismo. La formación cultural de su casa fue fundamental en su vocación artística y un accidente que tuvo a los seis años con un auto marcaría su vida. En su convalecencia se dedicó a observar y a estudiar un manual de anatomía que posteriormente marcaría su obra. Su acercamiento al arte fue tan espontáneo como también brutal en su corta y contundente carrera.

¿Cuál es la gracia de Basquiat? Independiente de su vida callejera y sus grafitis alertando contra el sistema, Basquiat fue un artista que atrevió a expresar su manera de ver el mundo en terrenos donde nadie había incursionado pictóricamente. Alentado por el primitivismo con máscaras y calaveras y por el neoexpresionismo, retrató a la sociedad de consumo norteamericana a través de homenajes a afroamericanos deportistas y cantantes de jazz. Combinó en sus lienzos el legado de culturas antiguas como la azteca con las europeas, utilizó textos intercalados, el negro, los colores fuertes y llamativos como una manifestación de ruptura. Su obra, a veces, incomodaba. Siempre dijo que su trabajo, a pesar de sus orígenes, no tenía nada que ver con el grafiti “Lo mío es la pintura”, señaló en reiteradas ocasiones.

Su amistad con Andy Warhol, a quien conoció mientras vendía postales en la calle, llevó al artista a las altas esfera del arte neoyorquino debido a que el pintor pop lo contactó con el mundo de la moda y la publicidad, llegando a ser pareja de la cantante Madonna, quien a empezaba en la música con sus conocidas performances.

Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, las fuertes adicciones a la cocaína y a la heroína del pintor muchas veces lo dejaban en coma y paranoico, con delirio de persecución. No estaba tan ajeno a la realidad porque inescrupulosos, aprovechándose de su talento y condición de adicto, le robaban cuadros a medio terminar para exhibirlos en galerías o lo obligaban a pintar en un sótano.

Warhol y Basquiat trabajaron juntos y compartieron sus técnicas. Mientras el primero aplicaba más que nada la serigrafía, el segundo incentivó a que su compañero usara más el pincel. “Jean Michel Basquiat ha conseguido que pinte de una forma muy distinta. Y eso está bien”, dijo el ícono pop sobre su amigo. A su vez Warhol se asustaba por el fuerte consumo de heroína de BasquiatNo te preocupes Andy, soy inmortal”, le respondía el artista afroamericano. Después de la muerte de Warhol en 1987, Basquiat comenzó a vagar sin mucho rumbo hasta que fue encontrado sin vida en su departamento producto de una sobredosis de heroína. De esta forma pasó a formar parte de la infame y triste galería de artistas que han fallecido por adicciones a los 27 años como los músicos Jim Morrison, Janis Joplin y Kurt Kobain.

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1 comment

Claudio mayo 30, 2021 - 5:19 pm

Una muy buena síntesis de la vida de Basquiat. Recomiendo la película biográfica de 1996 dirigida por Julian Schnabel.

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