La agresión de Trump a México nos incumbe a todos

por La Nueva Mirada

Por Jaime Gazmuri

En una declaración emitida el 3 de junio el Foro Permanente de Relaciones Exteriores – a raíz de la amenaza del Presidente Trump de subir los aranceles a las exportaciones de México si este país no detiene flujos migratorios a Estados Unidos – exhorta al “Gobierno a expresar la solidaridad de Chile con México, y a promoverla con los otros Gobiernos y Parlamentos de la región”.

La inusual amenaza de Trump es gravísima por muy diferentes razones, y constituye un duro golpe al orden internacional que, con innumerables dificultades, se ha venido construyendo desde la derrota del nazismo alemán y el militarismo japonés en 1945.

La inusual amenaza de Trump es gravísima por muy diferentes razones, y constituye un duro golpe al orden internacional que, con innumerables dificultades, se ha venido construyendo desde la derrota del nazismo alemán y el militarismo japonés en 1945.

En primer lugar, viola unilateralmente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) suscrito por los Estados Unidos, Canadá y México, y que está en proceso de renegociación por las partes. Ello introduce un factor de grave incertidumbre en las relaciones comerciales de todos los países que han suscrito acuerdos comerciales con los Estados Unidos, en la medida que su Gobierno ha notificado que está dispuesto a incumplirlos por vía administrativa de manera completamente unilateral.

El eventual alza de los aranceles desde un 5 al 25% tendrá efectos negativos importantes en la economía mexicana, cuyas exportaciones a su vecino alcanzan al 80% del total. Pero también afectarán negativamente a la economía norteamericana, tanto a nivel de consumidores por el alza de las exportaciones, la mayoría bienes industriales, como a nivel de la industria que se provee de partes y piezas producidas en México. Estados como Texas e industrias como la automotriz serán las más afectadas.

Tanto, e incluso más grave, es vincular sanciones comerciales a un tema de la complejidad de los procesos migratorios, que incluye múltiples dimensiones, incluida los derechos humanos básicos de los migrantes y sus familias. Los datos duros señalan que la migración de mexicanos a los Estados Unidos disminuye. Aumenta la de los países del llamado triángulo de América Central: Honduras, El Salvador y Guatemala, afectados por graves problemas de pobreza y seguridad. Es absurdo exigir a México hacerse cargo de esta situación. Su solución requiere la acción conjunta de todos los países involucrados y de la comunidad internacional y tiene como condición ineludible enfrentar las causas que originan el éxodo masivo de esas poblaciones.

Tanto, e incluso más grave, es vincular sanciones comerciales a un tema de la complejidad de los procesos migratorios, que incluye múltiples dimensiones, incluida los derechos humanos básicos de los migrantes y sus familias.

Recientemente el Gobierno de México, con el apoyo de diversas agencias de las Naciones Unidas ha lanzado una iniciativa en este sentido. Las amenazas y bravuconadas de Trump no harán sino agudizar las tensiones en la región.

Cuesta entender las razones de una política tan irracional como la de la actual administración estadounidense. La única explicación plausible es que ella se orienta por el objetivo exclusivo de asegurar la reelección de Trump el próximo año.

Cuesta entender las razones de una política tan irracional como la de la actual administración estadounidense. La única explicación plausible es que ella se orienta por el objetivo exclusivo de asegurar la reelección de Trump el próximo año.

Cuando la política exterior de la mayor potencia militar del mundo y con una economía de su magnitud se orienta por las veleidades de las opiniones de su electorado más conservador, el orden mundial está sujeto a permanentes incertidumbres y peligros. Una vez roto el derecho internacional, por precario que sea, solo queda el imperio de la fuerza. Nos encaminamos peligrosamente a ese escenario.

Una vez roto el derecho internacional, por precario que sea, solo queda el imperio de la fuerza. Nos encaminamos peligrosamente a ese escenario.

Chile también está potencialmente amenazado, en caso de que alguna de nuestras políticas internas o internacionales, disgusten a los halcones que dominan la Casa Blanca. De allí la urgencia de desplegar iniciativas de solidaridad con México a nivel regional, que colaboren al difícil diálogo que el Presidente López Obrador intenta desarrollar con el Gobierno de Trump.

De allí la urgencia de desplegar iniciativas de solidaridad con México a nivel regional, que colaboren al difícil diálogo que el Presidente López Obrador intenta desarrollar con el Gobierno de Trump.

En el escenario internacional que se avecina, donde la confrontación económica, tecnológica y política entre China y Estados Unidos será un factor determinante que afectará directamente a Chile y a América Latina, construir una posición regional común será determinante para no quedar aprisionados en la lógica de una nueva guerra fría.

La convergencia entre la Alianza del Pacífico y el MERCOSUR debería ser el instrumento para tal objetivo.

Construir una posición regional común será determinante para no quedar aprisionados en la lógica de una nueva guerra fría.

 

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