Muy lejos de ser lineales y con buenos augurios navegamos en tiempos borrascosos, plenos de incertidumbres, cuando cualquier planificación puede verse frustrada por la acción de la naturaleza y el propio accionar de líderes que, supuestamente, conducen las naciones.
La intearcción del ser humano con el medio ambiente ha sido un choque frontal, desastroso para gran parte de la población.
La pandemia nos llevó a un punto inimaginable hace más de un año, provocando miles de muertos en todo el mundo mientras Chile ya suma más de 30 mil víctimas fatales con las consecuencias dolorosas para las familias, acentuando una gran cuota de miedo a lo desconocido.
Nuestra forma de vida ha cambiado del cielo a la tierra. Sometidos a teletrabajo y teleestudio un segmento importante de la población se contrasta con aquellos que deben salir a la calle a buscar sustento, ya que carecen de medios o seguridad laboral.
Nuestro país ya venía encaramado a un tsunami social y político provocado por la desigualdad donde el 1% más rico se “come” casi el 40% de la torta.
Educación, salud, trabajo precario, pensionales miserables y más encima una corrupción institucional que ha marcado la última década, ocasionaron una revuelta social que al borde de la corniza estuvo a punto de derrumbar toda la estantería.
Con una clase política desprestigiada y el gobierno de Piñera en el suelo, se logró sin embargo articular un itinerario que permitiría salir del atolladero. La realización del plebiscito se hizo a pesar de la oposición de la mayoría de una derecha aferrada a la esencia de la Constitución de Pinochet. El mismo primo del presidente, Andrés Chadwick, su ministro del Interior, advirtió ante los empresarios: “el Ejecutivo no quiere que avance el proyecto de nueva Constitución presentado por la expresidenta Michelle Bachelet. “Una Constitución no es un juego”, sentenció. A raíz del estallido social, la cabeza de militante UDI, rodaría por los pasillos del Palacio de la Moneda. Y hoy Chile en medio de la incertidumbre se apresta a elegir 155 constituyentes que en nueve meses deberán elaborar la Carta Fundamental.
Era 2018 cuando en ICARE delineó los ejes de la administración derechista: seguridad, infancia, salud y crecimiento.
En materia de seguridad existe un cuadro desastrozo con asaltos, robos a mano armada, portonazos (a la esposa del Intendente Metropolitano le quitaron el auto), asaltos, por minuto, en la calle, sin abundar en el impacto de narcotráfico, instalado por doquier.
En cuanto a la infancia, desgraciadamente el SENAME sigue siendo una piedra en el zapato para la sociedad. En salud, la pandemia puso en jaque al sistema y miles de consultas y operaciones debieron suspenderse.
La gestión sanitaria de la pandemia por el gobierno ha sido deficiente. Renuente a escuchar a las sociedades científicas, colegios profesionales y universidades lo ha llevado a cambiar 3 veces ministro de salud en 3 años.
En lo político social, ya van 4 ministros del interior.
Desorden y agravios institucionales
EL presidente de la República en lugar de buscar alianzas constructivas para capear un temporal mayor ha cometido desatino tras desatino, desafiando al Congreso Nacional, tratando de imponer sus aspiraciones en el contexto de un programa de gobierno hecho trizas.
Así convocaría a La Moneda a representantes de instituciones del estado para “un diálogo”. Al final de la cita, en uno de los patios del Palacio Presidencial. Piñera habló, como lo hace al menor pretexto, retirándose e ignorando las palabras de la segunda autoridad de la República. Un agravio para la presidenta del Senado en ese momento, la parlamentaria por la región de Coquimbo Adriana Muñoz. Ella diría más tarde que Piñera no dialoga. Hace un monólogo.
El crecimiento galopante de la pandemia condicionó la postergación de las elecciones de constituyentes, gobernadores, alcaldes y concejales. La nueva presidenta del senado, Yasna Provoste, se manifestó dispuesta al cambio siempre y cuando hubiera un diseño de ayuda economica efectiva a la población con más carencias y al mismo tiempo un resideño de la estrategia para enfrentar la pandemia, cuya expansión tiene a mas del 80% de los habitantes del país recluidos en sus viviendas.
El ya inefable ministro Secretario General de Gobierno Jaime Bellolio, dijo: “eso es un chantaje inaceptable”. Curiosamente más tarde intentó aclarar: “no me refería a la presidenta del Senado”. A buen entendedor, pocas palabras.
Capítulo aparte ocurrió en la comisión de gobierno interior, presidida por la diputada Parra (PPD), donde concurrieron 3 ministros por la postergación de las elecciones. Le dijo al ministro de salud: «Lo dejaron solo ministro” emplazando a un más que abrumado Paris, quien lamentándose decidió permanecer en el encuentro.
En fin. La Presidenta del Senado marcó un liderazgo necesario, concurriendo a La Moneda (acompañada por el Vice pdte Jorge Pizarro) y consiguiendo una base de acuerdos con Piñera para darle una salida política a la crisis con apoyo económico y transparentando las medidas anticovid. Veremos cómo se cumple.
Paralelamente el exministro Jaime Mañalich reaparece dando directrices desde su “exilio” de la cartera de salud (MINSAL), que sin duda incomoda al Dr. Enrique Paris, bastante vapuleado por sus errores. El Colegio Médico y sus Consejo General, encabezados por la Dra. Iskia Siches ya habían reclamado por el incumplimiento de una serie de compromisos adquiridos por el MINSAL.
El descontrol de la llamada macrozona
Los sucesos que marcaron el ataque a un equipo de TVN en la denominada macrozona, en Arauco, resaltan nuevamente otro capítulo gravísimo en un cuadro de violencia que el poder político no ha sido capaz de abordar con la diligencia y perspectivas futuras que se requieren en un estado de derecho.
Un camarógrafo baleado con pérdida de su ojo derecho y un periodista que también recibió parte del fuego graneado sobre la camioneta en que viajaban a cumplir con su deber profesional, se suma a una sucesión de hechos condenables y de incierta autoría en que la autoridad, siendo parte del problema más que de la solución, evidencia incapacidad para garantizar convivencia pacífica en la convulsionada región.
Todos afirman que la proclamada solución es política, pero no hay liderazgo claro que vaya al fondo del problema. El presidente nombró un delegado presidencial, cuya nefasta gestión estuvo siempre condenada al fracaso. Ahora se ha nombrado a dos personas con distinto rango que el anterior y la situación se mantiene igual o peor.
Se requiere con urgencia una investigación de los hechos criminales que además provocan, aparte de la pérdida de vidas, robos cuantiosos, especialmente de camiones cargados de madera robados por delincuentes que, según antecedentes fundados, han contado con complicidad policial. ¿Quiénes son los que roban? ¿Dónde la comercializan? ¿Quién los protege?
Se suman demasiadas preguntas sin respuesta y eso provoca incertidumbre e indignación en la ciudadanía.
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Excelente descripción del panorama que estamos viviendo., escrito por un gran profesional del Periodisno