La pesada mochila del Ejército: Más que una lástima General Martínez

por La Nueva Mirada

No la tiene fácil el general Ricardo Martínez Menanteau. Se mantuvo en la comandancia en jefe del Ejército, tras el paso a retiro de 21 de sus pares. Un forzado tiraje en la chimenea institucional. Récord histórico, en medio de los coletazos de investigaciones judiciales, como el “Caso Pasajes” y del Fondo de Ayuda Mutual, que salpica a casi 600 uniformados, con un fraude cercano a los tres millones de dólares.

Ciertamente el forzado tiraje a la chimenea en el mando institucional dejó heridos en el camino. De allí habría surgido la grabación del sinceramiento interno del comandante en jefe ante sus subordinados que, publicados por The Clinic, obligaron a un forzado raspacachos del tembloroso ministro Espina y el consiguiente golpeteo en su pecho del desnudado general Martínez.

Muy reciente para olvidar el fin de la carrera del jefe del Estado Mayor del Ejército, general John Griffiths, procesado por presunto fraude al Fisco, cometido entre los años 2009 y 2014, por aquellos pasajes de la millonaria discordia. Ocupaba  el cargo de secretario general del entonces comandante en jefe, Juan Miguel Fuente- Alba, procesado por fraude fiscal e investigado por un monumental enriquecimiento ilícito. Fastuoso, en una emulación notable, aunque imposible de igualar con la mano larga de Augusto Pinochet (Caso Riggs y otras joyitas monetarias, que terminaron con el resto de buen humor que quedaba a sus herederos).

Ciertamente el forzado tiraje a la chimenea en el mando institucional dejó heridos en el camino. De allí habría surgido la grabación del sinceramiento interno del comandante en jefe ante sus subordinados que, publicados por The Clinic, obligaron a un forzado raspacachos del tembloroso ministro Espina y el consiguiente golpeteo en su pecho del desnudado general Martínez.

Incomodidad mayor provocaría la filtración por sus referencias a hechos delictivos en las otras ramas de la Defensa y su llamado a defender con “dientes y muelas” el actual sistema de pensiones que favorece, de manera irritante para el resto de la población, a las FF.AA.

Con “El Mercurio” siempre a mano para salidas del paso, el comandante en jefe apresuró sus débiles explicaciones. Habría mencionado a oficiales y cuadro permanente – en la referencia a ventas de armas institucionales a grupos de narcos – solo con el objetivo de “no generar una segmentación. Una advertencia para que todos tuvieran claro que son actos completamente reñidos con la ley”.

Incomodidad mayor provocaría la filtración por sus referencias a hechos delictivos en las otras ramas de la Defensa y su llamado a defender con “dientes y muelas” el actual sistema de pensiones que favorece, de manera irritante para el resto de la población, a las FF.AA.

La ida de lengua  no excluyó el malestar del comandante en jefe por el numerito del homenaje a Krassnoff en la Escuela Militar, que dejó secuelas conocidas y, ciertamente, resentidos que se suman a la lista de sospechosos por filtrar la grabación oculta.

En todo caso, hay que reconocer la sinceridad de Martínez Menanteau, cuando se le escucha decir:”la verdad es que es insostenible un sistema previsional como el que tenemos, no con la realidad del país”. Con aparente franqueza reveló que, respecto de la investigación de los generosos viajes de oficiales “estamos haciendo todo lo humanamente posible con la Contraloría General de la República, y en eso me he empleado yo también, para que se entienda el contexto de lo que eran los viajes de la Academia de Guerra y de la Academia Politécnica, de manera tal que no se lleven a cabo o no se realicen estos juicios de cuenta”. El aludido demoró nada en negar esa conversación.

La ida de lengua  no excluyó el malestar del comandante en jefe por el numerito del homenaje a Krassnoff en la Escuela Militar, que dejó secuelas conocidas y, ciertamente, resentidos que se suman a la lista de sospechosos por filtrar la grabación oculta.

Así como ocurre con Carabineros – eludiendo las consecuencias del asesinato de Camilo Catrillanca y los cuestionamientos al accionar del Comando Jungla ( con infantil negación de su existencia por parte de Sebastián Piñera) – que carece de opciones para reemplazar una virtual renuncia de su director General, el Ejecutivo no tiene más alternativa- así lo reiteran los gestos posteriores de confianza del ministro Espina – que respaldar al vapuleado general Martínez al mando del Ejército.

Otra cosa es lo que suceda con las reformas pendientes en la institucionalidad que norma el quehacer de los uniformados. Control efectivo del poder político (inexistente según el senador y, experimentado ex ministro José Miguel Insulza), transparencia presupuestaria y reformas en el financiamiento, son titulares mayores ante una corrupción con bases sistémicas, que desnuda una de las falencias de la evolución democrática del país.

Los costos políticos de los graves delitos, cuyas investigaciones continuarán penando el cotidiano acontecer de los altos mandos uniformados, los está pagando el gobierno.

Otra cosa es lo que suceda con las reformas pendientes en la institucionalidad que norma el quehacer de los uniformados. Control efectivo del poder político (inexistente según el senador y, experimentado ex ministro José Miguel Insulza), transparencia presupuestaria y reformas en el financiamiento, son titulares mayores ante una corrupción con bases sistémicas, que desnuda una de las falencias de la evolución democrática del país.

Con cierta razón el general Martínez se preguntará qué ha hecho para merecer este mal rato y de futuro incierto. La respuesta también la deben los actores políticos, principalmente aquellos que alimentaron su crecimiento y poder al amparo de una larga dictadura sostenida en la corrupción sistémica. Los mismos que sostuvieron la vitalicia herencia del dictador, haciendo vista gorda a sus crímenes y millonario enriquecimiento ilícito. En el debe, también se suman las omisiones- mal justificadas – de la transición democrática.

Con cierta razón el general Martínez se preguntará qué ha hecho para merecer este mal rato y de futuro incierto. La respuesta también la deben los actores políticos, principalmente aquellos que alimentaron su crecimiento y poder al amparo de una larga dictadura sostenida en la corrupción sistémica. Los mismos que sostuvieron la vitalicia herencia del dictador, haciendo vista gorda a sus crímenes y millonario enriquecimiento ilícito. En el debe, también se suman las omisiones- mal justificadas – de la transición democrática.

El actual ruido mediático por los escándalos en las instituciones de la defensa no debe ocultar los desafíos pendientes para transitar a una democracia que, más allá de nuestras fronteras, plantea amenazas mayores. Enfrentar la corrupción es una asignatura pendiente. Ciertamente las fuerzas armadas marcan un capítulo complejo para la democracia chilena. Ayer y ahora.

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