La ratificación del TPP11

por La Nueva Mirada

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, también conocido como TPP11, negociado originalmente entre 12 países del Asia Pacifico, América del Norte y dos países de América del Sur (Chile y Perú) – quedó reducido a 11, luego que el gobierno de Donald Trump se restara a la iniciativa (de allí su denominación)- debiera ser ratificado por el parlamento chileno en los próximos días.

El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, también conocido como TPP11, negociado originalmente entre 12 países del Asia Pacifico, América del Norte y dos países de América del Sur (Chile y Perú) – quedó reducido a 11, luego que el gobierno de Donald Trump se restara a la iniciativa (de allí su denominación)- debiera ser ratificado por el parlamento chileno en los próximos días.

Sin embargo han surgido diversas objeciones en los partidos chilenos  que tan sólo hace un año integraban la coalición oficialista y hoy son parte de la oposición. Los críticos sostienen que la situación ha cambiado y hoy pudiera resultar lesivo para el interés nacional. Se argumenta que si la actual administración se ha negado a suscribir el pacto medio ambiental o el pacto migratorio de Naciones Unidas, e incluso tendría objeciones al protocolo sobre los derechos de la mujer, aduciendo que ello implicaría ceder soberanía, mal se puede aprobar el citado tratado que abriría aún más nuestra economía, ya suficientemente abierta a los inversionistas extranjeros por los múltiples tratados de libre comercio suscritos por el país.

Pero el TPP11, sin Trump,  puede representar  un avance del libre comercio y en contra del proteccionismo al que apela el mandatario estadounidense para proteger a sus industriales y agricultores, cerrando sus fronteras a la competencia internacionales. Nada en ese tratado limita la soberanía nacional para establecer regulaciones o implementar políticas  públicas. De hecho establece claramente el derecho a regular en beneficio del interés público.

Los críticos sostienen que la situación ha cambiado y hoy pudiera resultar lesivo para el interés nacional. Se argumenta que si la actual administración se ha negado a suscribir el pacto medio ambiental o el pacto migratorio de Naciones Unidas, e incluso tendría objeciones al protocolo sobre los derechos de la mujer, aduciendo que ello implicaría ceder soberanía, mal se puede aprobar el citado tratado que abriría aún más nuestra economía, ya suficientemente abierta a los inversionistas extranjeros por los múltiples tratados de libre comercio suscritos por el país.

Y poco se ha dicho lo que el país gana con el TPP11, permitiendo una mayor apertura hacia la estratégica región del Asia Pacífico, así como el acceso con rebajas arancelarias para miles de productos a mercados tan relevantes como Japón, Malasia. Canadá, Vietnam y México.

Ningún país puede aspirar a conseguir beneficios y concesiones de parte de otros países, sin entregar nada a cambio. En eso consisten los tratados. Y la salida de EE.UU. del acuerdo permitió darle a este acuerdo un carácter bastante progresista en temas esenciales como el combate en contra de  la corrupción, el respeto a las normas medio ambientales y laborales. Así como en identidad y diversidad cultural, los temas de género y la relevancia de la pequeña y mediana empresa.

Por cierto, siempre subsistirán voces que clamen por el proteccionismo para desarrollar sus modestos emprendimiento locales, eliminando la competencia internacional. Pero es un poco demasiado tarde para dar marcha atrás. El libre comercio es beneficioso para un país como el nuestro y este nuevo tratado  abre nuevos horizontes a nuestro desarrollo.

Tempranamente Chile optó por el camino de abrir su economía al mundo como una necesidad para un país pequeño y un mercado modesto como el nuestro. Una apuesta que ha resultado exitosa, por más que haya debido asumir algunos costos y romper una cultura proteccionista y clientelista.

Por cierto, siempre subsistirán voces que clamen por el proteccionismo para desarrollar sus modestos emprendimiento locales, eliminando la competencia internacional. Pero es un poco demasiado tarde para dar marcha atrás. El libre comercio es beneficioso para un país como el nuestro y este nuevo tratado  abre nuevos horizontes a nuestro desarrollo.

Tal como ha sostenido el ex Canciller y actual Presidente del Partido por la Democracia, Heraldo Muñoz, a quien pertenecen la mayoría de los argumentos expuestos, el actual gobierno no ha hecho su pega para reafirmar las múltiples razones por las cuales el parlamento debiera aprobar este  tratado, en que la administración anterior empeñó sus mayores esfuerzos, sin mayores dilaciones y sin sopesar adecuadamente los supuestos costos de imagen que su aprobación podría significar.

Tal como ha sostenido el ex Canciller y actual Presidente del Partido por la Democracia, Heraldo Muñoz, a quien pertenecen la mayoría de los argumentos expuestos, el actual gobierno no ha hecho su pega para reafirmar las múltiples razones por las cuales el parlamento debiera aprobar este  tratado, en que la administración anterior empeñó sus mayores esfuerzos, sin mayores dilaciones y sin sopesar adecuadamente los supuestos costos de imagen que su aprobación podría significar. Especialmente en aquellos sectores minoritarios, nostálgicos del proteccionismo y enemigos declarados del libre comercio, en contraste con los enormes beneficios que su aprobación representa para el país.

También te puede interesar