Las Universidades y la sociedad frente al espejo. Por Julio Sau Aguayo

por La Nueva Mirada

Nuestra sociedad está frente al espejo. ¿Qué nos une y qué nos separa?, ¿cómo podemos (sobre)vivir juntos? A ello apuntó con precisión médica el Rector de la Universidad de Chile Ennio Vivaldi en su entrevista a “El País” del 25 de junio: “hasta octubre pasado, Chile parecía vivir feliz y contento sin asumir la desigualdad, la precariedad y el descontento que ahora estamos obligados a enfrentar”. Justamente, reconocer y superar esa tríada de grandes desafíos es lo que coloca la post pandemia a nuestro país por delante, pues ya no será posible dejar de vernos frente al espejo y sin mirar los efectos de privilegiar el ámbito de lo privado, el individualismo y el interés personal, por sobre la idea de lo público.

El estallido social arrojó luz sobre la desigualdad y sus agudos problemas sociales respecto de los cuales un sector de la sociedad «no tenía conciencia de la magnitud que tenían”, como aseguró a fines de mayo el ex ministro de Salud, Jaime Mañalich, al referirse a la incidencia de los contagios y el nivel de hacinamiento existentes en Santiago. A pesar de la integración de los sistemas público y privado de salud, la exautoridad sanitaria debió esforzarse por minimizar el hecho de que la pandemia dejaba al descubierto la desigual cobertura en salud que, según la Encuesta Casen de 2017, divide a un 14,4% de los chilenos que acceden a la medicina privada, del 78% que se atiende en un sistema público con servicios precarios y desfinanciados, y del 2,8% que carece de cobertura en salud.

En la urgencia por salvar vidas, la pandemia ha permitido mirarnos en el espejo y observar que la barrera de contención a una mayor propagación del coronavirus ha sido humana, pues como precisa Vivaldi, sólo se ha mantenido la excelente calidad de los médicos y demás trabajadores de la salud. En las demás condiciones de vida de la inmensa mayoría de los chilenos, la mala calidad de las viviendas y el hacinamiento característico en las comunas populares, junto a la imposibilidad de guardar cuarentenas para quienes viven de su trabajo diario, la pandemia dejará una secuela de muertes, pobreza y decrecimiento del PIB de -4% según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

No será una tarea fácil relevar y renovar la necesidad de lo público y de lo colectivo en todos sectores de la vida social para poder vivir juntos, pero es imprescindible y sin el aporte de las universidades será difícil lograrlo. Prontamente, a través de la conformación de grupos de trabajo biomédico y de expertos en datos, la Covid-19 ha concitado esfuerzos universitarios, a los que también las ciencias sociales también estarán crecientemente convocadas para centrar la discusión democrática, abierta y constructiva en la persistente y peligrosa desigualdad.

El rector Vivaldi afirmó que no corresponde a la Universidad de Chile dar o quitar apoyo político contingente porque estamos todos en la misma embarcación e increpando al piloto solo contribuiríamos a hundirnos como país. También relevó que es necesario participar abierta y activamente en la oportunidad histórica para delimitar los contornos de un modelo de Estado de bienestar del siglo 21 durante el momento constituyente que se iniciará con el plebiscito por una nueva Constitución Política.

increpando al piloto solo contribuiríamos a hundirnos como país.

Durante su desarrollo, a las iniciativas de salud e investigación ya reorientadas o iniciadas por las Universidades de Chile, Católica, de Santiago de Chile, de Concepción, Diego Portales y prácticamente todas las demás casas de estudio públicas y privadas, le seguirá la enorme tarea de enfrentar la crisis de salud, política, económica y social. Frente a ello, las universidades de Chile y Católica,  junto a decenas de personalidades de diversos ámbitos y un gran número de instituciones de la sociedad civil, ya organizaron la plataforma de colaboración ciudadana Tenemos que hablar de Chile que, a modo de cabildo, ya convoca a la población a miles de encuentros y conversaciones que durante 2020 serán analizados y sistematizados por ambas casas de estudio para generar un gran diálogo reflexivo sobre la situación actual de Chile y su futuro.

Para que nuestra sociedad se vea frente al espejo, sepa qué nos une y separa, y cómo podemos vivir juntos, el rol de los rectores universitarios en la coyuntura histórica del Chile contemporáneo es vital. Se necesita que continúen participando en la Mesa Social Covid-19 y en el debate público, así como conduciendo experiencias inéditas y necesarias como el diálogo abierto entre y desde las universidades para reencausar con una visión humanista nuestro futuro. Como lo precisó el rector de la Universidad Católica Ignacio Sánchez al entregar la “Recomendaciones y guías de acompañamiento frente a duelos por Covid-19”, “no es posible que haya gente que muera en soledad”.

Estamos en el desafío de lograr vernos en el espejo para poder vivir juntos, e impedir que la polarización nos conduzca de nuevo a enfrentamientos en los que como sociedad y nación sólo pierde Chile.

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