Las voces de la Enade. “Ubi Concordia, Ibi Victoria”
El Encuentro Nacional de la Empresa, es el máximo evento anual que le permite al empresariado exponer sus puntos de vista corporativos acerca de la marcha de la economía, plantear sus principales demandas e interpelar a las autoridades y al mundo político, que puntualmente acuden a la cita empresarial para reafirmar su compromiso con el desarrollo y crecimiento económico y la importancia de la colaboración público privada.
La mirada autocomplaciente del gobierno
Este año no fue la excepción. El Presidente Sebastián Piñera, un gran habitué a estos encuentros, primero como empresario, luego como candidato y Presidente, concurrió a la cita para defender los resultados económicos de sus primeros meses de gobierno, barajando con gran habilidad datos y cifras, tanto de organismos nacionales como extranjeros, para demostrar que el crecimiento, la productividad, la inversión, local como extranjera, y el empleo, se estaban recuperando con fuerza en estos primeros meses de su gestión, tras los modestos índices de crecimiento de cuatro años precedentes.
La defensa de los resultados de sus primeros meses de gestión parecía más que necesaria teniendo a la vista los preocupantes signos de ralentización que muestran algunos indicadores, entre otros la capacidad de la economía para generar nuevos empleos, indicadores de crecimiento más modestos en los últimos meses y proyecciones que no garantizan la meta de 4 % proyectada para el presente año (más cercana al 3,5 %) e incluso inferiores para el 2019.
Reconociendo la volatilidad que presenta la economía mundial, amenazada por una guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos con China, las turbulencias europeas y la crisis que enfrentan algunos países de la región (un reconocimiento que no siempre tuvo la anterior administración), los empresarios sienten que a este gobierno le ha faltado audacia y decisión para desplegar una potente agenda en pro del crecimiento y que ha desaprovechado el llamado “período de gracia” para impulsarla.
El empresariado no está satisfecho con la marcha de la economía, ni menos con sus proyecciones futuras. Reconociendo la volatilidad que presenta la economía mundial, amenazada por una guerra comercial que enfrenta a Estados Unidos con China, las turbulencias europeas y la crisis que enfrentan algunos países de la región (un reconocimiento que no siempre tuvo la anterior administración), los empresarios sienten que a este gobierno le ha faltado audacia y decisión para desplegar una potente agenda en pro del crecimiento y que ha desaprovechado el llamado “período de gracia” para impulsarla.
Una crítica que el gobierno ha debido asumir en estos últimos meses para desplegar lo que algunos denominan un frenesí legislativo para enviar, de manera sucesiva, el proyecto de “modernización tributaria”, la reforma previsional, la reforma del sistema de Isapres y afinar el proyecto de “flexibilización laboral” que se anuncia para antes de fin de año.
En la cita empresarial el mandatario reafirmó su confianza de alcanzar la meta de un país desarrollado y sin pobreza a fines de la próxima década. Incluso antes, si Chile alcanza una tasa de crecimiento en torno al 5 % anual, para lo cual se plantea un programa a ocho años plazo, asumiendo que la derecha se proyecte hacia un segundo mandato.
Esta visión autocomplaciente entregada por el primer mandatario a los empresarios reunidos en la ENADE, había sido previamente ratificada por el titular de Hacienda, Felipe Larraín, sosteniendo que hoy en día Chile crece más que el promedio de la economía mundial y regional y que las proyecciones de crecimiento de las llamadas economías emergentes han sufrido ajustes a la baja, mientras las proyecciones para nuestro país han ido al alza, con índices de crecimiento en torno al 3,8 % para el presenta año y 3,9 % para el año próximo.
Claudio Muñoz, Presidente de ICARE, sostuvo que la cooperación público-privada permite traer nuevas miradas e innovaciones al mundo público y también agrega nobles motivaciones a los desafíos empresariales”, demandando “una energía épica de la fraternidad de la Teletón o del milagro de rescatar a los 33 mineros atrapados”
Sin embargo el titular de Hacienda debió reconocer que el desafío de crear mayores puestos de trabajo se ve afectado por el impacto de las nuevas tecnologías y el incremento de la fuerza laboral, que hace aún más difícil reducir las cifras de desempleo.
Para no mencionar las supuesta rigideces que en su opinión (y la de los empresarios) muestra el mercado laboral. Entre ellas el sistema de indemnización por años de servicio, que, en opinión del Ministro del Trabajo, representa una traba para dicho mercado.
La voz de los empresarios
Precisamente, una de las demandas más sentidas del mundo empresarial- además de la modernización y simplificación tributaria y de los trámites de aprobación medioambiental para los proyectos de inversión- es la llamada flexibilización laboral, que no tan sólo apunte a la jornada laboral, sino al tema de los reemplazos de trabajadores en huelga y la llamada titularidad sindical. Es decir una verdadera contra reforma a la reforma laboral aprobada durante la pasada administración.
“No hay democracia estable con millones de chilenos en situación de pobreza. Sin democracia estable tampoco hay clima para los negocios. Sin negocios no hay inversión y empleo” sostuvo el senador Montes.
Pero la mirada empresarial va mucha más allá, como lo muestra el lema que presidiera el reciente encuentro de la ENADE. “UBI CONCORDIA, IBI VICTORIA” (donde hay concordia, hay victoria) para referirse a la necesidad de diálogo y construcción de acuerdos que permitan destrabar conflictos. Eso tiene relación con los incidentes registrados en la Araucanía, que culminaron con el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca y la necesidad de recuperar las confianzas, retomando un diálogo en donde el sector empresarial ha tenido un rol protagónico para apoyar al ministro de Desarrollo Social en su llamado Plan Araucanía, que viabilizaría nuevas inversiones en la zona. Una propuesta que va mucho más allá, relevando la posibilidad de retomar la llamada política de los acuerdos o democracia de los consensos, que marcó los inicios del proceso de transición y post transición, cuando aún la derecha tenía la llave de las reformas gracias a los llamados enclaves autoritarios.
Claudio Muñoz, Presidente de ICARE, sostuvo que la cooperación público-privada permite traer nuevas miradas e innovaciones al mundo público y también agrega nobles motivaciones a los desafíos empresariales”, demandando “una energía épica de la fraternidad de la Teletón o del milagro de rescatar a los 33 mineros atrapados”
Voces diferentes o alternativas
No es la primera vez que los empresarios invitan a un representante del mundo progresista a su encuentro anual. Obligadamente debieron hacerlo mientras la centroizquierda estuvo en el gobierno y sistemáticamente lo han venido repitiendo cuando están en la oposición. Mal que mal representan un sector sustantivo del país y hoy cuentan con mayoría parlamentaria.
Esta vez fue el turno del actual Presidente del Senado, Carlos Montes, que inicio su intervención reconociendo una relativa incomodidad de participar en dicho evento por primera vez ante un público que conocía más bien de referencias, aludiendo al escaso diálogo y contacto entre el mundo empresarial y el sector político que representa el senador, el llamado socialismo democrático, insistiendo en la necesidad de que este sector mantenga un diálogo directo y sin intermediarios con el mundo de la empresa privada.
Además Carlos Montes insistió que se debe enfrentar la sensación de abuso y malestar que se instala en la ciudadanía y cuyas causas son compartidas por el Estado, el mercado y los partidos políticos.
Carlos Montes optó por la franqueza y claridad para asumir que el único camino para superar las desigualdades es el desarrollo económico sustentable. Un concepto bastante más incluyente que el de crecimiento económico. Pero alcanzar dicha meta no se debe sustentar en condiciones del pasado que ya cumplieron exitosamente su ciclo, sino asumir los desafíos del futuro que Carlos Montes englobó en la fórmula de las tres D: Mejor democracia y mejor política, Desarrollo económico y enfrentar las Desigualdades.
“No hay democracia estable con millones de chilenos en situación de pobreza. Sin democracia estable tampoco hay clima para los negocios. Sin negocios no hay inversión y empleo” sostuvo el senador Montes, detallando los desafíos que debe asumir no tan sólo el mundo político para superar malas prácticas e incrementar los niveles de transparencia, recomponiendo sus lazos con la sociedad, sino también el Estado, que requiere de profundas reformas en sus estructuras y modalidades de operación, para adecuarse a los profundos cambios y trasformaciones que ha experimentado el país en estas últimas décadas. Además Carlos Montes insistió que se debe enfrentar la sensación de abuso y malestar que se instala en la ciudadanía y cuyas causas son compartidas por el Estado, el mercado y los partidos políticos.
Finalmente el Presidente del Senado se refirió a un tema más que sensible para los sectores empresariales, referido a las franquicias o estímulos tributarios cercanos a los US 10.000 millones de dólares, muchas de las cuales han perdido su justificación original y que son necesarios de reorientar a nuevas áreas como la Innovación y Desarrollo (ID), nuevas tecnologías de vanguardia, internacionalización de las Pymes y nuevas tendencias como la electro movilidad.
Finalmente el Presidente del Senado se refirió a un tema más que sensible para los sectores empresariales, referido a las franquicias o estímulos tributarios cercanos a los US 10.000 millones de dólares, muchas de las cuales han perdido su justificación original y que son necesarios de reorientar a nuevas áreas como la Innovación y Desarrollo (ID), nuevas tecnologías de vanguardia, internacionalización de las Pymes y nuevas tendencias como la electro movilidad.
Por su parte el rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña advirtió que hoy el Estado debe encargarse de resolver una nueva cuestión social, aludiendo a transformaciones sociales durante las últimas décadas, que han cambiado no tan sólo las condiciones materiales de los chilenos que mayoritariamente gozan de un bienestar que ninguna generación anterior disfrutó, sino también la propia conciencia ciudadana que en su opinión enfrenta una dialéctica permanente de progreso y desilusión. Ello, según Peña, plantea el desafío de transitar desde una sociedad contributiva a una sociedad de prestaciones mínimas universales, acortar la brecha de las desigualdades y resignarse a la idea de tener una ciudadanía universal.
No es para nada evidente que estas intervenciones hayan encontrado un terreno abonado en ese escenario y con esos auditores que, en general, representan un sector bastante ideologizado y por momentos partisano, con serias dificultades para mantener un diálogo abierto a opiniones y propuestas que no coincidan con sus intereses o puntos de vista.
Sin embargo, el propio reconocimiento de connotados empresarios que participaron en los diálogos en la Araucanía, reconociendo que habían aprendido en esos dos días mucho más que a lo largo de su vida, permite abrigar esperanzas de una mayor receptividad del sector empresarial.
No es para nada evidente que estas intervenciones hayan encontrado un terreno abonado en ese escenario y con esos auditores que, en general, representan un sector bastante ideologizado y por momentos partisano, con serias dificultades para mantener un diálogo abierto a opiniones y propuestas que no coincidan con sus intereses o puntos de vista.
Y tal como afirmara el propio senador Montes en su intervención en la ENADE, le hace bien al país, a los empresarios y al propio mundo progresista, ese diálogo franco, directo y sin intermediarios, sobre los temas del presente y del futuro.