Los desafíos del 2020

por La Nueva Mirada

Por Claudia Pascual

Como un balance desde el 18 de octubre de 2019 a la fecha, podemos constatar fenómenos relevantes que desafían nuestro futuro como país.

El país ya no tolera más abusos, privilegios extremos, ni la agresiva desigualdad.

A su vez, que existe una profunda desconfianza en las instituciones en general, pero muy en particular en el gobierno, carabineros, el parlamento y los partidos políticos.

También que se ha vuelto a hablar de pueblo como categoría que representa las movilizaciones y sus demandas.

Que nuevamente en Chile se violan los DDHH de forma generalizada, grave, reiterada y por ende sistemáticamente.

Que se criminaliza la protesta social y a los dirigentes sociales y políticos que adhieren o convocan a ella.

Que lo que el pueblo reclama es una agenda para desmercantilizar los derechos sociales, asociada a un nuevo rayado de cancha, es decir la elaboración de una nueva constitución.

Por otro lado, tenemos el gobierno y el presidente con menos apoyo y aprobación de la gestión en la historia de las encuestas. Y que pese a 6% de aprobación, que a cualquier gobernante lo hace renunciar o lo obliga a legislar para satisfacer las demandas que el pueblo reclama, éste titubea impulsando un agenda criminalizadora, represiva y autoritaria.

tenemos el gobierno y el presidente con menos apoyo y aprobación de la gestión en la historia de las encuestas.

El Chile que despertó no solo lo hace frente a los fenómenos antes nombrados, también hay cansancio con el individualismo y falta de solidaridad asociado a un despertar de lo colectivo como seres humanos. Se agota el país donde no te saludas con el vecino, del consumismo y del egoísmo individualista.

también hay cansancio con el individualismo y falta de solidaridad asociado a un despertar de lo colectivo como seres humanos.

Frente a este panorama y despertar que para algunos es desconcertante y amenazador, surge la esperanza de un Chile más justo, sin desigualdad y más humanidad. De allí la relevancia del desafío para profundizar la democratización del proceso constituyente en curso, con paridad de género, escaños reservados para pueblos originarios, garantías para independientes, resguardando derechos para disidencias, diversidad sexual y personas en situación de discapacidad.

Ante la posibilidad que – fruto de la resistencia de sectores empeñados en aterrorizar a la población por la democratización que viven como amenaza a sus privilegios excluyentes – en temas relevantes que no se llegue a los 2/3 exista la posibilidad de plebiscitar dichos temas. 

Este 2020 ha llegado como oportunidad para elaborar democráticamente una nueva constitución que consagre los derechos sociales y abra senderos para un nuevo modelo de desarrollo. El desafío involucra, como en otros momentos históricos, la ampliación de la conversación y el debate en todos los ámbitos de la vida social, desde las casas y barrios hasta las nuevas e históricas organizaciones sociales.

Este 2020 ha llegado como oportunidad para elaborar democráticamente una nueva constitución que consagre los derechos sociales y abra senderos para un nuevo modelo de desarrollo.

Ante la campaña del terror para mantener el estatus quo, que ha iniciado la derecha más retrógrada, el sendero para enfrentarla deberá estar marcado por las convicciones democráticas y la mayor unidad asumiendo la diversidad de nuestra sociedad.

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