Se anuncia la primavera. Son tiempos políticos en medio de dedales de oro floridos y el canto de los chincoles. Son los tiempos de los llamados a “canalizar la violencia hacia el sabotaje” de la CAM, y de lo que parece ser un intervencionismo “pauteado” y hoy investigado que amenaza por descontrolarse. Son los tiempos acelerados de “hacer historia” en medio de la ¿fake new?, que afirma que todo es “fake news”. Son los tiempos de las amenazas públicas de muerte, y de la falta de querellas del gobierno. Es el tiempo de los líderes audaces que manejan la incertidumbre.
“Cuando sea el tiempo, (nos vamos a poner de acuerdo)”, dijo el presidente. Se refería al tiempo plebiscitario. Pero los overoles blancos y las molotov, llegaron ya…sin acuerdo alguno. Llegó el tiempo de los bonos de invierno y de los días extras para las fiestas patrias. Ya conocían de estas maneras burdas los emperadores romanos para tener tranquilos y a su favor al pueblo. Sólo falta saber sobre los gladiadores (y ahora gladiadoras) que arrojarán al circo para pelear, hasta morir o el perdón. O simplemente para ser devorados (as) por leones y leonas, siempre, eso sí, de forma paritaria. (También podrían ser arrojados algunos partidos completos en degradación).
Llegó el tiempo de seguir intentando leer el librillo constitucional completo. Quienes lo redactaron descubrieron la palabra “sustantiva” (sustancia, esencia, fundamento). Cada cierto tiempo se revela una palabra que invade el campo semántico (como antes estrategia y complejidad) que es usada hasta el hartazgo. No sé por qué no la han presentado como una constitución sustantivamente “sustantiva”. Yo descubrí que sólo debe considerarse un texto de consulta que intenta socavar audazmente el capitalismo neoliberal chileno con una mirada global latinoamericana postmoderna. No intente memorizarla ni comprender todo sustantivamente, porque resulta imposible. Solo subraye lo sustantivo, lo que le interesa (física o digitalmente).
El nuevo proyecto constitucional parece existir independiente de la conciencia, inaccesible, pero no es así. Es como si existiera independiente de nosotros, indiferente a nuestros valores y significados con que la revestimos (y la revisten) para que resulte más acogedora. Existe a la par de lo que pienso, siento e imagino. En la experiencia subjetiva de su lectura se necesita tiempo de reflexión para dotarla de sentido. Para llenar de pensamientos sus aparentes vacíos y contradicciones. No me cabe duda de que después será recordada como un objeto de culto pop/posmoderno y expuesta en los museos polvorientos de la historia de la historia.
Es necesario darle tiempo al tiempo. La historia es un entretejido de múltiples líneas de tiempo. Una red espacio temporal. Llegó la hora del tiempo histórico político de lo que muere, cambia y renace. El tiempo de las mutaciones. Un tiempo espiritual. El tiempo donde el pasado nace en un futuro que es presente. Es el tiempo de la ética y el bien común.
¡Hagamos historia!
Finalmente, recomiendo antes de intentar discernir el sentido de estos oscuros y luminosos tiempos políticos turbulentos, (con énfasis en la nueva constitución), leer con cuidado lo siguiente: “El mundo es una misteriosa cáscara. No se la puede comprender. Quien quiera comprenderlo lo perderá” (Laozi). Ahora algo para los creyentes: “(…) ¿Quién no ve en todo esto/ que es la mano de Dios quien lo hace”? (Job 12, 7-9). Y si no le gusta la poesía, o la Biblia ver en Star+ La serie cuántica “Devs” de Alex Garland.