La estruendosa derrota de Macri en su primer paso para mantenerse en la Casa Rosada deriva en nuevos episodios mientras intenta revertir los angustiosos días en que se fue “a negro”. Cuando despertó del bochorno ya tenía instalado su nuevo círculo asesor con el protagonismo de una enloquecida Lilita Carrió, que así capitalizaba su convicción de un utópico triunfo en octubre próximo.
Cuando despertó del bochorno ya tenía instalado su nuevo círculo asesor con el protagonismo de una enloquecida Lilita Carrió, que así capitalizaba su convicción de un utópico triunfo en octubre próximo.
Macri recordó que aún era presidente de Argentina y resolvió, con no pocas dudas y contradicciones, que hasta el 7 de septiembre (cuando comienza la campaña electoral) reforzaría su rol de mandatario. Asumiendo las diferencias de aquel sistema electoral con el chileno, se debe recordar que las Paso – que parecen haber resuelto muy anticipadamente el futuro mandatario trasandino – es una votación nacional que no elige a nadie pero en este caso parece haber resuelto todo a favor de la fórmula presidencial de los Fernández.
una votación nacional que no elige a nadie pero en este caso parece haber resuelto todo a favor de la fórmula presidencial de los Fernández.
Aunque las especulaciones sobre un urgente cambio de gabinete abundaban en medio del desconcierto oficial, lo cierto es que la clave ineludible se focalizaba en la inevitable renuncia del titular de Economía, Nicolás Dujovne, interlocutor esencial con el FMI – más que “golpeado” por la derrota del gobierno por el que apostó a su salvación con préstamos que alcanzaron al 60% de los fondos atribuibles en aquel ítem – reemplazado recientemente por Hernán Lacunza quién asumió con mensajes tranquilizadores destinados a sostener el pánico financiero alimentado por largos días desde la propia Casa Rosada y estabilizar la decisiva relación peso- dólar allende Los Andes.
Hernán Lacunza quién asumió con mensajes tranquilizadores destinados a sostener el pánico financiero alimentado por largos días desde la propia Casa Rosada
Sin embargo ya había corrido suficiente agua bajo los puentes económicos con los apresurados anuncios del desesperado Macri, al más puro estilo del populismo tan denostado en sus discursos presidenciales.
Sin embargo ya había corrido suficiente agua bajo los puentes económicos con los apresurados anuncios del desesperado Macri, al más puro estilo del populismo tan denostado en sus discursos presidenciales.
Reducción de retenciones aplicadas a los salarios; partidas extras para trabajadores informales y desocupados con hijos; incremento del salario mínimo y el polémico congelamiento del precio de la gasolina, todo en aplicación hasta el fin de su mandato actual, fueron medidas que no podían caer bien en el FMI, obligado a respirar profundo por el monto de los recursos en juego, la magnitud de los compromisos ya asumidos y el desafío de entenderse muy probablemente con una nueva administración gubernamental no imaginada.
Hasta hoy las señales recibidas en Buenos Aires desde el FMI indican recelo y postergación de visitas- un nuevo desembolso estaba anunciado para septiembre – mientras el nuevo ministro Lacunza intenta calmar los mercados y las inquietudes naturales del propio Alberto Fernández.
Hasta hoy las señales recibidas en Buenos Aires desde el FMI indican recelo y postergación de visitas- un nuevo desembolso estaba anunciado para septiembre – mientras el nuevo ministro Lacunza intenta calmar los mercados y las inquietudes naturales del propio Alberto Fernández.
El contacto con el favorito para asumir el nuevo gobierno es clave para calmar aguas más que turbulentas en medio del aislamiento con gran ruido interno en el oficialismo argentino.
Su frente interno aparece dañado con el adelanto de apuestas independientes para las próximas elecciones de Intendentes, en que figuras emblemáticas como María Eugenia Vidal, otros líderes regionales del vapuleado Cambiemos y una parte significativa del radicalismo (UCR) toman distancia evidente de la imagen del tambaleante mandatario.
Derrotas tan estruendosas siempre serán cultivo para pasadas de cuentas cercanas como las que sacuden el entorno de Macri, acostumbrado a una soberbia empresarial que hoy le juega demasiado en contra. Así es como su frente interno aparece dañado con el adelanto de apuestas independientes para las próximas elecciones de Intendentes, en que figuras emblemáticas como María Eugenia Vidal, otros líderes regionales del vapuleado Cambiemos y una parte significativa del radicalismo (UCR) toman distancia evidente de la imagen del tambaleante mandatario.
De aquí al 27 de octubre hay un largo tiempo político para soñar y también para las pesadillas. De ello ahora sabe mucho más Mauricio Macri. Con el paso cambiado y reiterados tropezones, no sale de la respiración artificial.
Las medidas anunciadas por Macri apuestan a convocar apoyos que imagina relevantes para revertir el desastre definitivo. Pone el ojo en la ruralidad – realidad económica y social más que diversa- y apostando a una cierta estabilidad ante la incertidumbre monetaria y la inflación (que involucra parcialmente a Fernández, que conversa pero no pierde de vista que es todavía aspirante presidencial en carrera) intenta aminorar “el fuego amigo” y la resistencia de empresas petroleras resentidas con el gobierno por sus recientes anuncios incluidos en el ofertón final del candidato-presidente.
Cierto, de aquí al 27 de octubre hay un largo tiempo político para soñar y también para las pesadillas. De ello ahora sabe mucho más Mauricio Macri. Con el paso cambiado y reiterados tropezones, no sale de la respiración artificial.
Lo dijo él mismo en días borrascosos “después de un año y medio muy duro dijeron No Más…..sintieron que les exigí mucho, fue como trepar el Aconcagua y hoy están enojados, cansados”. Claro, son argentinos.