La situación parecía propicia para una operación mayor, respaldada por orden judicial. Aprovechando que buena parte de sus habitantes no se encontraban porque algunos viajaron a la ciudad de Angol, incluidos los familiares del asesinado Camilo Catrillanca, para escuchar la sentencia judicial por el crimen – donde fueron impedidos de ingresar por una fuerza policial que, entre otros, retuvo por la fuerza a la viuda y la hija de 7 años de la víctima – mientras otros comuneros se dirigieron a la Feria de Victoria para vender hortalizas
La mañana de ese jueves 7 de enero 850 agentes de investigaciones, incluido el grupo especializado ERTA(de reacción táctica) conformado por 84 hombres de elite, que habían esperado en las cercanías de la comunidad de Temucuicui para ingresar bajo sorpresa a varios Lof del territorio(Comunidad Huañaco Millao, Butaco, Pancho Curamil, sector de Pidima y Temucuicui , entre otros). Los efectivos, fuertemente armados, como confirmaría posteriormente en sus detalles el Director General de Investigaciones, ingresaron con equipo militar y el apoyo de dos helicópteros. El prolongado procedimiento, algunas de cuyas imágenes fueron difundidas posteriormente por la institución policial, significó el ingreso violento a varios de los hogares deshabitados y solo ocupados por menores de edad que experimentaron la violencia armada con destrucción de pertenencias y golpes. En el lof Dawulko Karulen fueron heridos con perdigones en el rostro y pérdida dental un joven de 23 y un adulto de 51 años. También se pudo verificar la muerte de animales producto del descontrol policial. Durante el masivo procedimiento fueron intervenidas y cortadas las señales de celular que impidieron la conexión de los afectados con parientes y de un medio de prensa que intentó contactar al padre de Camilo Catrillanca.
Como se informó profusamente por los medios de comunicación que fueron alertados por fuentes oficiales, el Director General de la Policía Investigaciones(PDI) comunicó el deceso del funcionario Luis Morales Balcázar, la existencia de otros heridos y la detención de dos comuneros . En esas horas las imágenes oficiales dieron cuenta del abandono, en retirada, de las fuerzas de investigaciones trasladando el cuerpo baleado del efectivo que falleció por la gravedad de sus heridas.
El director Héctor Espinoza con evidente pesar y frustración por el resultado de la inédita operación denunció el alto poder de fuego que los habría obligado a abandonar el lugar. Algunos funcionarios de la PDI lamentaron posteriormente su incapacidad para el logro a que fueron convocados en el masivo procedimiento. En el mismo sentido se expresó, más críticamente, Ramón Morales Balcázar , hermano del fallecido en el operativo:” Mi madre y mi familia nos enteramos por la prensa que mi hermano, miembro de la brigada antinarcóticos de Iquique, fue trasladado al Walmapu para un operativo cuyos fines reales no son claros y donde perdió la vida. ¿Por qué se realiza operativo en el mismo momento en que se lee el veredicto por el cobarde asesinato de Camilo Catrillanca? ¿Dónde están las pruebas de la presencia de drogas al interior de las comunidades?
Así han surgido las interrogantes por el despliegue inédito de fuerzas policiales, incluyendo el grupo de mayor preparación operativa, para finalmente mostrar el triste resultado de un fallecido, algunos heridos, 700 kilos de marihuana y un arma de mayor calibre, con la justificación gubernamental de que se trató del cumplimiento de una orden judicial.
El factor Casanova
La confusión e ineptitud oficial para enfrentar la compleja situación de la Araucanía no es de hoy y se acentúa con un clima de polarización que pareciera no resistir más la ausencia de una respuesta consistente del Estado al mal llamado conflicto indígena.
La confusión e ineptitud oficial para enfrentar la compleja situación de la Araucanía no es de hoy y se acentúa con un clima de polarización que pareciera no resistir más la ausencia de una respuesta consistente del Estado al mal llamado conflicto indígena.
Durante la actual administración Sebastián Piñera no sólo echó por los suelos los iniciales intentos dialogantes del exministro Moreno, resistidos por grupos patronales y enterrados por la torpe y aparatosa – al estilo del mandatario – conformación del Comando Jungla entrenado en Colombia, intentando emular la reacción a una amenaza guerrillera, al menos absurda en la singular explicación oficial, como pareciera verificarlo el reciente episodio.
En su momento el efímero ministro Víctor Pérez alentó la mano dura que había atenuado su predecesor Gonzalo Blumel, buscando recuperar el apoyo esquivo de un belicoso sector patronal que demanda una decidida intervención militar, al estilo pacificador de Cornelio Saavedra. La incidencia de las grandes forestales es cuestionadas por los grupos más violentos de agricultores que les imputan debilidades y concesiones ante los grupos más radicales que operan en la región.
En ese contexto no existe aún una versión oficial de las circunstancias en que falleció el militante de la UDI Orwall Casanova, a cuyo funeral acudió erráticamente y siendo denostado con amenazas el ministro del Interior Rodrigo Delgado. Fue el ex líder de Patria y Libertad Roberto Thieme – conocedor de la zona- quien reveló, hace algún tiempo, la conducta histórica de Casanova, que actualmente formaba parte de un grupo armado antimapuche que alienta una intervención militar. Casi simultáneamente con el operativo frustrado de los 850 funcionarios de Investigaciones habría sido un certero franco tirador quién apuntó y acertó a distancia en la cabeza no protegida por la habitual tenida antibalas con que se movilizaba Orwall Casanova. Ello explicaría la ausencia de un comunicado oficial, como sí ocurrió con la víctima de la Policía de Investigaciones.
Casi simultáneamente con el operativo frustrado de los 850 funcionarios de Investigaciones habría sido un certero franco tirador quién apuntó y acertó a distancia en la cabeza no protegida por la habitual tenida antibalas con que se movilizaba Orwall Casanova.
Para no ser menos en la confusión, el Presidente Piñera junto con aseverar que las víctimas eran resultado del terrorismo y el narcotráfico operante en la Región, no hizo mención alguna a las circunstancias que rodearon la muerte de Orwald Casanova Cameron. El pato del enredo de La Moneda – donde las palabras del subsecretario Galli solo multiplican la confusión – los terminó pagando el ministro Delgado, que junto al Director de Investigaciones debió soportar en el Senado las interrogantes sobre el lamentable resultado de la inédita intervención policial en la Araucanía. ¿Cuánto le importa eso a Piñera?
El pato del enredo de La Moneda – donde las palabras del subsecretario Galli solo multiplican la confusión – los terminó pagando el ministro Delgado, que junto al Director de Investigaciones debió soportar en el Senado las interrogantes sobre el lamentable resultado de la inédita intervención policial en la Araucanía. ¿Cuánto le importa eso a Piñera?