Mondrian.El pintor que prohibió el color verde en su casa. Por Tomás Vio Alliende

por La Nueva Mirada

Lo que más se conoce del holandés Piet Mondrian (1872 – 1944) es la abstracción geométrica de su pintura. A través de ella, el artista buscó encontrar la estructura básica del universo, la “retícula cósmica” con figuras rectangulares y colores primarios. Esa búsqueda del arte puro, de la esencia primigenia de las cosas, lo hizo llegar al extremo de prohibir el color verde en su casa. Su visión artística fue siempre tan radical que cuando el fundador y compañero del movimiento De Stijl (“El Estilo”), Theo Van Doesburg, decidió buscar variaciones diagonales a sus cuadros, a partir de 1924, Mondrian abandonó el grupo. Para él ya no valía la pena pertenecer al movimiento y a la revista del mismo nombre, ya que no se estaban cumpliendo cabalmente las reglas de neoplasticismo que los artistas se habían planteado en un principio.

Nacido en Ámsterdam, Holanda, en el seno de una familia calvinista, Mondrian estudió en la Academia Estatal de Ámsterdam. Se inició como profesor mientras también practicaba la pintura. Comenzó haciendo paisajes e imágenes bucólicas con molinos, campos y ríos. En sus trabajos, especialmente en “Avond” (1908), predominaba el uso de los colores primarios rojo, amarillo y azul. Ya en ese entonces quedaba al descubierto su interés y viaje personal hacia lo abstracto. Sus posteriores trabajos se inclinaron hacia el cubismo, con obras que se redujeron a formas redondas con triángulos y, por supuesto, cuadrados y rectángulos.

Entre 1911 y 1914 estuvo en París, donde recibió la influencia de los cubistas.  Posteriormente volvió a Ámsterdam.  Allí conoció a Van Doesburg, con el que fundó el ya mencionado movimiento De Stijl en 1917.

Regresó a París con una impronta creativa orientada hacia los colores primarios, el blanco y el negro. Fue tal su influencia artística en 1930, que su arte traspasó los umbrales de lo establecido para la época y una estilista de la Casa Hermes de París – el más importante espacio de modas de Francia, fundado en 1837- creó una línea decorativa de bolsos y maletas con los diseños y colores de Mondrian.

Más allá de la moda y de los efectos estéticos en sus pinturas, la búsqueda del artista se centró en encontrar una base, un conocimiento profundo de la naturaleza en lo definitivo, en lo esencial, en el origen de las cosas “Solo cuando estemos en lo real absoluto, el arte ya no será más necesario”, señaló una vez.

Tal vez por eso, tiempo después de abandonar al grupo De Stijl, se fue a Londres y a Estados Unidos buscando una mayor inspiración en las grandes ciudades. En la década del 40 sus trabajos fueron menos estructurados que en años anteriores y variaron levemente en los colores, siempre manteniendo la estructura primaria y el esquema de los rectángulos y cuadrados, lo que se puede apreciar en obras como “Broadway Boogie-Woogie” (1943). En esta pieza, la arquitectura, y sobre todo el jazz fueron dos de sus principales influencias en ese período neoyorquino.  Influenciado por el estilo de blues muy de moda en la época, el boogie-woogie, Mondrian trazó sus líneas imitando la ciudad con sus luces, sus enormes edificios y movimiento incandescente, parecido a un juego de bloques creado por un niño.

Lejos de lo simple, la obra abstracta de Mondrian demostró una interesante evolución con pinturas complejas y atractivas que marcaron el estilo moderno del Siglo XX.  Escultura, arquitectura y diseño se influenciaron por sus llamadas “composiciones”. Rojo, amarillo y azul fueron sus estandartes. El verde, castigado por no ser primario, no logró tener cabida en sus telas y menos en la cotidianeidad de su hogar. Excentricismo a toda prueba.

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