Morir de hambre, vivir por siempre. El ayuno como forma de lucha por Cristina Wormull

por La Nueva Mirada

El prisionero se aferra a la reja de acero,
con sus dedos empezando a enrojecer mira al mundo exterior,
sujetando su raída manta gris, lucha por mantener el equilibrio.
Su enfermiza y amarillenta cara está casi oculta por la hirsuta barba,
desordenada, sucia, enmarañados mechones como enredaderas.
Sus ojos son duros y fieros y arden con la llama penetrante de la
insensibilidad y la locura.
El ballet del crepúsculo. Fragmento.
(Bobby Sands)


No nos criminalizarán, no nos robarán nuestra verdadera identidad, no nos arrebatarán nuestra personalidad, despolitizándonos, para convertirnos de manera sistemática e institucionalizada en robots obedientes de sus leyes. Nunca etiquetarán nuestra lucha como criminal.
Del diario de Bobby Sands

La huelga de hambre es una forma de protesta social, pacífica y extrema al mismo tiempo, a través de ella se tensionan valores esenciales del individuo, como la vida y la libertad, contenidos en el núcleo de la dignidad humana. La huelga de hambre ha sido una herramienta extrema utilizada por innumerables personas  que luchaban por lograr atención y reconocimiento a la causa por la que peleaban:  las sufragistas inglesas lideradas por Emmeline Pankhyurst, allá por el 1909, fueron torturadas, encerradas en manicomios y cuando optaron por la huelga de hambre, obligadas a alimentarse amarradas a una silla y con un embudo introducido a través de sus gargantas; Mahatma Gandhi, mantuvo extensas abstinencias por la independencia de India y, así tantos otros que han marcado un camino muchas veces sin retorno.

Muchos hablan de que es una forma de suicidio y con ello justifican la alimentación forzada de los huelguistas, pero según la Declaración de Malta de la Asociación Médica Mundial sobre las personas en huelga de hambre, el médico debe respetar la autonomía de la persona (…) Toda decisión pierde fuerza moral si se toma involuntariamente bajo amenazas, presión o coerción de los pares. No se debe obligar a las personas en huelga de hambre a ser tratadas si lo rechazan. La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable.

La alimentación forzada contra un rechazo informado y voluntario es injustificable.

La historia es larga y es cruel.  Para ilustrarla bastan dos grandes y trágicas huelgas de hambre…

En los inicios de la década del 80, la lucha en Irlanda estaba declarada y el IRA (Ejército Republicano Irlandés) luchaba activamente contra el gobierno inglés.  Muchos de sus militantes y soldados cayeron presos en condiciones degradantes.  La huelga de hambre irlandesa de 1981 fue la culminación de cinco años de protestas por parte de los republicanos irlandeses prisioneros en Irlanda del Norte. Comenzaron con la Protesta de la Manta de 1976, cuando el Gobierno Británico denegó el Estatus de Categoría Especial para los paramilitares convictos. En 1978, después de que varios presos fueran atacados mientras vaciaban sus orinales, se convirtió en una Protesta Sucia, en la que los prisioneros se negaban a lavarse y embadurnaban las paredes de su celda con excrementos. En 1980, siete presos participaron en una primera huelga de hambre, que finalizó tras 53 días.

A poco andar vino la Segunda huelga de hambre en 1981 y pronto se convirtió en una prueba de fuerza entre los prisioneros irlandeses y la Primera Ministra Margaret Thatcher que obtuvo una victoria pírrica en este caso. Bobby Sands, uno de los huelguistas, llegó a ser elegido Parlamentario durante la huelga, provocando el interés de medios de comunicación de todo el mundo. La huelga fue desconvocada después de que Sands, y otros nueve prisioneros que continuaron la huelga en solidaridad fallecieran. Al funeral de Sands asistieron unas 100.000 personas. Su muerte provocó que Margaret Thatcher declarara, que “El señor Sands era un criminal que decidió quitarse la vida, opción que no dio a sus múltiples víctimas”. La huelga radicalizó la política nacionalista y convirtió al Sinn Féin, el brazo político del IRA, hasta entonces un partido minoritario, en una fuerza política de primer orden.

La huelga fue desconvocada después de que Sands, y otros nueve prisioneros que continuaron la huelga en solidaridad fallecieran.

Día 34
Náuseas la náusea
Con los labios pintados
vomita la muerte
Último día
He plantado ya la bandera
de Irlanda en los acantilados
libre mar de mi celda

Carmen Berenguer, Bobby Sands desfallece en el muro (1983)

En Turquía los kurdos han sido perseguidos durante décadas.  El Grupo Yorum, una de las bandas de música más famosas de Turquía, ha estado sometido a constantes presiones y hostigamiento por parte del gobierno, especialmente después del abortado golpe militar de julio de 2016. Los miembros de la banda han estado enfrentando detenciones, arrestos y prohibiciones debido a sus ideas políticas. Varios de sus miembros han optado por la huelga de hambre para hacer escuchar sus demandas.  Tres de ellos han muerto de inanición: Helin Bölek, cantante del grupo, falleció después de 288 días en huelga de hambre, murió a los 28 años.  Ibrahim Gökcek, el bajista de la banda murió un par de meses después luego de 320 días de iniciada la huelga.  Antes, había fallecido Mustafa Koçak, otro integrante de la banda. Ellos luchaban contra la persecución política y la prohibición de conciertos del grupo Yorum demandando la liberación de los presos políticos y el fin de las redadas contra sus centros culturales.

En la primavera de 2013, en la Plaza Taksim, las canciones de la banda Grup Yorum se convirtieron en símbolos de lucha y demanda por libertad de prensa, expresión, reunión y contra violación de los derechos humanos en Turquía.

En la primavera de 2020, en la ladera suroeste de la Acrópolis en Atenas, en los amplios escalones que conducen al Odeón de Herodes Ático, 120 músicos, actores y técnicos honraron la memoria de Helin Bölek, Mustafa Koçak e İbrahim Gökçek, quiénes tras una agotadora huelga de hambre, exhalaron su último aliento, luchando por la libertad de expresión. Cantaron TENCERE TAVA HAVASI (Sonido de ollas y sartenes) de Kardeş Türküler, una canción símbolo de las luchas sociales que tuvieron lugar en las plazas de Turquía en 2013.

tras una agotadora huelga de hambre, exhalaron su último aliento, luchando por la libertad de expresión.

Celestino Córdova y otros 27 presos políticos mapuche han llevado a cabo largas huelgas de hambre, 107 días la que acaba de deponer Córdova, luego de un dramático tira y afloja acerca de las condiciones para deponerla -con intervención inicialmente silenciosa de parlamentarios y organismos de Derechos Humanos- ante el ministro de Justicia que cedió ante la posibilidad cierta del fallecimiento del Machi Córdova si iniciaba una huelga seca tras declarar a modo de despedida  “Solo espero que al Estado de Chile le sigan exigiendo de todas las formas devolver nuestro territorio ancestral mapuche y la deuda histórica con todos los pueblos originarios y exigir no realizarme autopsia después de mi muerte”. Terminaba señalando, “Será un orgullo dar la vida por mi pueblo mapuche”

La tensa situación que actualmente se vive en la Araucanía es consecuencia de los abusos, discriminación e injusticias tras un inocultable despojo histórico de las tierras ancestrales el pueblo mapuche. La responsabilidad principal le cabe al Estado de Chile que en el siglo XIX decidió, a sangre y fuego, colonizar la Araucanía. La demanda histórica se acentuó luego que la dictadura cívico militar abrió paso a las forestales, con subsidios del Estado, destruyendo los ecosistemas de la tierra mapuche, plantando pinos y eucaliptos, que empobrecieron aún más a su pueblo. La protesta, las huelgas de hambre y la violencia en el Wallmapu no se detendrán mientras no se llegue a un acuerdo histórico que involucre al Estado chileno en el reconocimiento de los derechos ancestrales del pueblo mapuche y las comunidades originarias a lo largo del territorio nacional.

inocultable despojo histórico de las tierras ancestrales el pueblo mapuche. La responsabilidad principal le cabe al Estado de Chile que en el siglo XIX decidió, a sangre y fuego, colonizar la Araucanía.

Bobby Sands y los militantes del IRA; Helin Bolek y los miembros de Grup Yorum, Celestino Córdova y presos mapuche, tomaron la decisión de sacrificarse por la libertad e independencia de sus naciones. Aquello contrasta con la postura insensible y despectiva de instituciones y políticos que ignoran los derechos legítimos en juego. Imposible ignorar los grandes intereses económicos de quienes esconden la mano y alientan la represión con provocaciones violentas. La intransigencia de los grandes poderes cierra los caminos del entendimiento, alentando la represión del Estado y la reacción de grupos que abandonan un diálogo que consideran inviable. Lo que sucedió con las sufragistas inglesas, también en Irlanda del norte, como en Turquía, se puede deslizar por una delgada cuerda floja en la Araucanía.

Imposible ignorar los grandes intereses económicos de quienes esconden la mano y alientan la represión con provocaciones violentas.

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1 comment

Mónica Silvamonge agosto 20, 2020 - 1:35 pm

Muy bien desplegada la idea limpia sobre la huelga de hambre, último instrumento ante una injusticia impenetrable, un gobierno que no gobierna sino que administra los intereses de su propio círculo, un poder legislativo que no legisla bien, y unos medios que no median entre el estado y el pueblo.
Con una redacción fluida, Wormull, la periodista, extiende sobre la mesa, la historia de mujeres y hombres que han acudido a la huelga de hambre, ofrendando sus vidas por sus respectivas causas, todas ellas, que cuando triunfan han mejorado el mundo en que vivimos. Felicitaciones…

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