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Un niño juega entre la basura
del peladero de la esquina de la pobla;
entre los guarenes y perros en descomposición
pasa su infancia;
entre las papelinas que dejaron las gárgolas de la noche,
entre vidrios de parabrisas rotos
de accidentes de borrachos que arrebatan más que un
vida, una familia.
Un niño juega entre la basura,
y aprende a recoger palos para hacer el fuego,
para que la madre fría papas en la esquina del pasaje
y le alcance a comprar los útiles del colegio;
un niño juega entre la basura del peladero
y mira con ojos ya sin inocencia a su hermana
en el colchón, con los amigos, fumando un marciano.
Un niño juega en el peladero,
ve pasar un futuro
y no sabe si será el de él
