“Recuerdo que el resumen verbal que me entregó el general Mauro Vicctoriano hace alusión a que los vehículos y el personal de Carabineros recibieron disparos, pero no precisó cuándo se habían producido, si antes o después de la muerte de Catrillanca”, declaró el luego destituido general Christián Franzani, entonces jefe nacional de Orden y Seguridad.
“Informé al Sr. Ministro la situación, él me preguntó si a los carabineros les habían disparado y si los ocupantes del tractor llevaban armas, y le informé que no, pero por lo que me había dicho (el sargento) Alarcón, le señalé que habían disparos”, declaró el también destituido general Mauro Victtoriano, ex Jefe de la Zona Araucanía de Control de Orden Público.
Todo aquello coincidía con las primeras declaraciones del ministro Chadwick: “ Estos son los hechos que tuvieron su origen en un delito común y no tiene que ver con el conflicto mapuche». La vocera Cecilia Pérez agregaba que: “nosotros creemos que Carabineros, en todo Chile y también en la Región de la Araucanía, está cumpliendo su mandato constitucional y su mandato legal que ellos deben estar previniendo la comisión de delitos, y una vez que estos se cometen, como fue este hecho del robo de tres vehículos con seis víctimas, mujeres y niños, frente a un delito flagrante, deben actuar. Y si son enfrentados a balazos está dentro de sus facultades el poder defenderse”.
En lugar de reconocer que el clima de tensiones internas y versiones falsas de los mandos de la policía uniformada, desnudaron el vacío de conducción y control del gobierno, optó por la peor de las explicaciones para justificar la demora en reconocer el crimen de Catrillanca.
La mentira oficial se cayó rápidamente a pedazos y el gobierno se lavó las manos, pidiendo la renuncia al Intendente Luis Mayol quien avaló las falsedades sobre el supuesto enfrentamiento armado.
Las evidencias y filtraciones aportadas por los integrantes de la patrulla asesina, condicionaron el abrupto giro de la versión oficial liderada por Chadwick y los drásticos cambios en el mando policial.
El ministro del Interior sorteó los escollos, incluida la interpelación parlamentaria, con el mero costo de su baja en las encuestas, compartido con su protector mandatario tras el asesinato de Catrillanca y el descalabro en la policía uniformada.
Serían precisamente los coletazos de la crisis de Carabineros y el fuego cruzado entre grupos internos los que pusieron en un nuevo aprieto a Chadwick. En lugar de reconocer que el clima de tensiones internas, por versiones falsas de los mandos de la policía uniformada, desnudó el vacío de conducción y control del gobierno, optó por la peor de las explicaciones para justificar la demora en reconocer el crimen de Catrillanca.
“Le señalé al fiscal de todas las conversación que tuve el miércoles y una de ellas fue nuestra conversación telefónica con el general (Mauro) Victtoriano que estaba ahí. Lamentablemente había una muy mala comunicación e interferencia, por lo tanto el general me pudo haber dicho lo que señala, pero no fue recibido adecuadamente”.
En el propio oficialismo, que no tardó en cuadrarse con la defensa de Chadwick – amenazado de una posible acusación constitucional por sectores opositores – se reconocía la sorprendente torpeza del jefe de gabinete de Piñera. Valga señalar que la Subsecretaría de Telecomunicaciones informaba que más del 98% de las llamadas telefónicas en el sector de “Las Lagunas”, donde se encontraba Victtoriano, resultan exitosas. Y, obvio, que existía la posibilidad de nuevas llamadas. Elemental ministro.
En el propio oficialismo, que no tardó en cuadrarse con la defensa de Chadwick – amenazado de una posible acusación constitucional por sectores opositores – se reconocía la sorprendente torpeza del jefe de gabinete de Piñera. Valga señalar que la Subsecretaría de Telecomunicaciones informaba que más del 98% de las llamadas telefónicas en el sector de “Las Lagunas”, donde se encontraba Victtoriano, resultan exitosas. Y, obvio, que existía la posibilidad de nuevas llamadas. Elemental ministro.
La fiebre opositora por animar la acusación por una mentira oficial, no tardó en atenuarse ante la incierta mayoría parlamentaria –con dudas especialmente desde el PDC y la resistencia de quienes advertían de los costos de un show mediático inconducente – y la posterior ratificación a su jefe de gabinete por parte de un nervioso mandatario que debió regresar a la capital antes de lo programado.
En todo caso las bancadas de diputados de toda la oposición coincidieron en crear un equipo técnico jurídico del “más alto nivel” que deberá concluir su trabajo a fines de enero. Si, hipotéticamente, se aprobara la acusación, implicaría alterar las programadas vacaciones de febrero. Algo más que improbable, a menos – nadie puede negarlo en el actual contexto- que surjan nuevos antecedentes desde el descompuesto ambiente de carabineros, activos, procesados o en retiro forzado.
En todo caso las bancadas de diputados de toda la oposición coincidieron en crear un equipo técnico jurídico del “más alto nivel” que deberá concluir su trabajo a fines de enero. Si, hipotéticamente, se aprobara la acusación, implicaría alterar las programadas vacaciones de febrero. Algo más que improbable, a menos – nadie puede negarlo en el actual contexto- que surjan nuevos antecedentes desde el descompuesto ambiente de carabineros, activos, procesados o en retiro forzado.
PALOS DE CIEGO EN LA ARAUCANÍA
Mientras el ruido mediático se concentra en los tropiezos oficiales y las huellas del crimen de Catrillanca, el Ejecutivo carece de iniciativa política para encausar el tratamiento del acentuado conflicto con las comunidades indígenas.
El hoy silencioso ministro Alfredo Moreno ha visto desvanecerse las expectativas del bullado Plan Araucanía- que alentaba expectativas en el sector empresarial – y debe lamentar la confianza debilitada entre comunidades que se abrieron inicialmente a un diálogo indispensable para su desarrollo.
El desgaste de la aplicación del “garrote y la zanahoria” con las comunidades es más que evidente. Chadwick es el que anuncia nueva visita a la Araucanía, tras comprometerse con la Sociedad Nacional de Agricultura en aplicar mano dura a la violencia que denuncian los empresarios en la zona de conflicto. Ya durante la semana el GOPE operó en desalojo de tomas de municipios y tierras, reprimiendo las manifestaciones que demandan la devolución del Colegio Intercultural, hoy transformado en recinto policial.
El desgaste de la aplicación del “garrote y la zanahoria” con las comunidades es más que evidente. Chadwick es el que anuncia nueva visita a la Araucanía, tras comprometerse con la Sociedad Nacional de Agricultura en aplicar mano dura a la violencia que denuncian los empresarios en la zona de conflicto. Ya durante la semana el GOPE operó en desalojo de tomas de municipios y tierras, reprimiendo las manifestaciones que demandan la devolución del Colegio Intercultural, hoy transformado en recinto policial.
El cambio en el mando institucional de Carabineros, más allá de los límites al empleo del Comando Jungla en la zona del conflicto, no se traducirá en una baja de las tensiones acrecentadas tras el asesinato de Catrillanca, mientras el Ejecutivo no se abra a un diálogo para el que un amplio y representativo grupo de organizaciones indígenas estableció condiciones básicas, muy lejanas a las prioridades que anuncia el ministro Chadwick.