Gran cantidad de mujeres han sido las inventoras desde cosas simples como el fondo plano de las bolsas de papel, autoras de los primeros ordenadores, el descubrimiento de la doble hélice del ADN, la división del átomo, hasta el wifi y la bomba atómica, por mencionar algunos avances de la ciencia, los que fueron desconocidos o reclamados por hombres.
Hoy se nos va marzo, el tercer mes año, pero el que marca el reinicio de las actividades laborales… El otoño se posa sobre los árboles y tapiza las calles de bellas hojas ocres que, lamentablemente, si tuviéramos la suerte de recibir una lluvia, taparían todos los desagües de Santiago tal como la historia ha ocultado los aportes al avance de la humanidad de un gran número de mujeres.
Ha sido un tiempo de meditación y de intentar volver a la normalidad que ya no es tal y, como una de las cosas más relevantes de este mes es la mujer, empecé a pensar en el pedregoso camino que han tenido que recorrer en la ciencia las mujeres científicas autoras de los primeros ordenadores, el descubrimiento de la doble hélice del ADN, la división del átomo, el wifi, y tantos otros. La mayoría de estas creativas inventoras de la historia no pudieron vanagloriarse de sus aportes porque les fueron desconocidos o los vieron reclamados por hombres.
Y empecé a pasearme por la historia en busca de féminas creativas como Beulah Louise Henry que fue nada menos que autora de 110 invenciones durante su vida. Tanto así, que se la apodó con el nombre de Señora Edison… Esta notable científica inventó una máquina de hacer helados con cámara congeladora incorporada, los paraguas plegables, las muñecas que hablaban o movían los ojos y una máquina de escribir capaz de sacar cuatro copias del mismo documento sin papel de calco, entre muchos otros aportes al progreso.
Luego, casi como anécdota ¿quién no ha jugado al Monopoly o Monopolio?, uno de los juegos de mesa más populares en varios continentes que fue creado por Elizabeth Magie Philips. Ella lo llamó originalmente “El Juego del Propietario’, con el objetivo de demostrar los beneficios del sistema económico de Henry George sobre la apropiación de tierras y contra los monopolios y protestar fuertemente contra personas líderes de ellos como John D. Rockefeller.
Philips solicitó patente para su juego y comenzó a tener éxito, pero entonces, un señor obtuvo los derechos de autor sobre una versión supuestamente mejorada del juego a la que llamó “Monopoly” con algunos cambios menores. Él vendió los derechos a Parker Brothers y de Philips no se habló hasta nuestros días.
Cuando se propuso patentar su invención… un hombre llamado Charles Annon le robó la idea, llegando incluso a obtener una patente propia. Pero Knight lo llevó a los tribunales y, aunque la defensa fue que «ninguna mujer podría inventar una máquina tan innovadora», finalmente ganó y obtuvo su patente.
La creatividad de las mujeres va desde solucionar pequeños problemas cotidianos hasta revolucionar teorías físicas de gran magnitud. Y Margaret Knight creó la bolsa de papel con fondo plano que simplifica notablemente el trabajo de empaquetar y que hoy vemos como tan natural en todo delivery y en la mayoría de las tiendas de retail.
Cuando quiso patentar su invención, un hombre llamado Charles Annon le robó la idea, llegando incluso a obtener una patente propia. Pero Knight, resultó mujer de armas tomar y lo demandó, logrando luego de un largo litigio, el reconocimiento de su invento y la patente para el mismo.
A la que no le fue tan mal con su creación fue a Caresse Crosby quien es la responsable del sujetador (brassiere, le decía mi abuela) moderno, una socialité que molesta con el corsé, lo creó una noche con pañuelos de seda, cuerdas, cintas, aguja e hilo y lo llamó originalmente “sujetador sin espalda”. Stephanie Caresse creó una empresa: Fashion Form Brassiere Company en Boston que luego vendió a la Warner Brothers Corset que eliminó su nombre como inventora.
Como decía, las mujeres pueden crear en muchos ámbitos y así, ya en el siglo veinte, la química Stephanie Kwolek, trabajando en DuPont, inventó una fibra muy delgada, fuerte y versátil que hoy se conoce como “kevlar” y que es más resistente que el acero. Esta fibra se usa hoy para confeccionar chalecos antibalas, cascos militares y materiales de construcción. Esta es una de las pocas mujeres reconocidas por su invento y recibió varios galardones en vida. Póstumamente fue la cuarta mujer incluida en el Salón Nacional de Inventores de Estados Unidos.
Y así suma y sigue y hoy a nadie le parece extraño que se usen pañales desechables para niños y adultos, pero no siempre fue así y fue Marion Donovan la que cambió esto a inicios de la década del 50 creando una funda de pañal impermeable primero y luego patentando el pañal de papel desechable. Diez años después de patentar su invento, un señor llamado Víctor Mills decidió abrir Pampers con la idea de Donovan, pero sin darle crédito alguno.
Y así, pasando a ligas mayores podemos encontrar a Katherine Burr Blodgett, la primera mujer en lograr un título de Doctora en Física en Cambridge y cuyas investigaciones la llevaron a crear múltiples productos que han contribuido al avance de la humanidad, entre ellos, el más importante fue el del vidrio antirreflectante que es básico en los lentes de las cámaras, las pantallas de computadora, los cristales para automóviles y los anteojos de sol.
Cualquier chica puede parecer atractiva. Todo lo que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida. Hedy Lamarr
Ya he hablado latamente de los casos de Ada Lovelace y Hedy Lamarr en crónicas anteriores, pero no quiero dejar de mencionarlas, aunque sea brevemente. Ada fue la inventora del primitivo ordenador que ha permitido el desarrollo de la computación moderna y Lamarr fue la descubridora del salto de frecuencia que es la razón de que se halla desarrollado mucha tecnología moderna como el WiFi, Bluetooth y GPS. Y aunque poco antes de morir se le reconoció su autoría, hasta hoy sus herederos no han recibido un peso, pese a lo multimillonaria que es esa industria.
Como han podido apreciar, ya estamos hablando de hechos ocurridos hace menos de un siglo (cien años) atrás y el tema da para mucho, y el espacio no tanto. Pero no quiero dejar de mencionar en estas líneas a la física experimental Chien-Shiung Wu que trabajó en el Proyecto Manhattan y usando cobalto radiactivo rebatió la Ley de Paridad que permitió que otros dos investigadores que ya la habían invalidado, pero sin las pruebas que aportó Wu, recibieran el Premio Nobel de Física, sin que ella fuera mencionada.
«Aunque no investigué solo por el galardón, me duele mucho que mi trabajo haya sido pasado por alto por ciertas razones”. Chien-Shiung Wu refiriéndose a la no obtención del Premio Nobel.
Ya aproximándonos al siglo XXI, la matemática Katherine Johnson (que es posible conozcan por la película “Figuras ocultas” nominada a tres premios Oscar en 2016) fue una parte fundamental en la búsqueda del camino del primer viaje a la Luna. Trabajó durante 35 años en la NASA haciendo carrera con un doble desafío: ser mujer y afroamericana. Sus extraordinarias habilidades matemáticas le permitieron un lugar en los equipos que trabajaron en el primer lanzamiento de naves espaciales y el primer alunizaje, pese a que muchos de sus logros pasaron en su momento desapercibidos por sus compañeros masculinos.
Y bueno, qué decir de Vera Rubin que logró grandes progresos en el campo de la «materia oscura«, estudiando las galaxias y el movimiento de las estrellas sin desintegrarse, en conjunto con su compañero Kent Ford en las décadas del 60 y 70. Sus cálculos la hicieron plantear que había una fuerza invisible que lo permitía y a la que llamó “materia oscura”. Tuvo que enfrentar el escepticismo de sus colegas hasta que algunos como Jeremiah Ostriker y James Peebles proporcionaron un marco de referencia adicional que consolidó la teoría de Rubin en la ciencia. Pese al extraordinario aporte de Rubin que marcó el “cambio de la teoría cosmológica a escala copernicana”, nunca recibió el Premio Nobel.
En una galaxia espiral, la relación entre la materia oscura y la luz es aproximadamente un factor de diez. Probablemente sea un buen número para la proporción entre nuestra ignorancia y nuestro conocimiento. Estamos fuera del jardín de infantes, pero solo en tercer grado. Vera Rubin
Son muchas las mujeres que se han destacado en la ciencia y recién están recibiendo reconocimiento a sus aportes. Son muchas más las que actualmente trabajan y la incorporación de mujeres es cada vez mayor, pero aún existen prejuicios, incluso entre nosotras, para optar por este camino.
Por eso, para terminar, no quiero dejar fuera a Rosalind Franklin quien fotografió la doble hélice de la estructura del ADN que confirmó la teoría de Watson y Crick quienes publicaron su estudio, apoyados en su fotografía producto de una larga investigación y recibieron el Premio Nobel poco después de la muerte de Franklin y sin darle crédito alguno a ella en vida o posteriormente.
También incluyo a Lise Meitner, física austro-sueca que descubrió cómo dividir los átomos mientras su compañero de laboratorio, Otto Hahn, se llevó todo el crédito pese a que Meitner escribió la explicación teórica del proceso de división de los núcleos atómicos durante la “fisión” y la liberación de enormes cantidades de energía. Otto Hahn recibió el Premio Nobel de Química y aunque Lise Meitner es conocida como “la madre de la bomba atómica”, el defendió su exclusión del galardón.
Podría seguir enumerando mujeres notables, de mentes lúcidas y vanguardistas en el avance de la ciencia, pero es un trabajo para desarrollar a través del tiempo. Durante estos últimos cuarenta años se han reconocido y revelado múltiples de estas historias y se han otorgado galardones y homenajes póstumos a las científicas o inventoras que fueron apartadas de la historia. En la medida que se avanza en lograr una equidad de género, iremos incorporando cada día a más mujeres en la historia de la ciencia y de la humanidad porque, como dijo un día Greta Garbo “la vida sería maravillosa si supiéramos qué hacer con ella…” y nos permitiéramos soñar para crear.