El próximo 26 de enero Perú elegirá un nuevo parlamento luego que el Presidente Martín Vizcarra, en virtud de sus facultades constitucionales, decidiese su disolución, tras graves conflictos con la mayoría fujimorista, aliada con otras fuerzas políticas, que intentaron bloquear o modificar sustancialmente algunas de las reformas institucionales impulsadas por Vizcarra.
Es preciso recordar que Martín Vizcarra, ex gobernador de Moquegua, vicepresidente electo de Pedro Pablo Kuczynski – que curiosamente se desempeñaba como embajador en Canadá al momento de su designación- asumió el poder luego que el mandatario fuera obligado a dimitir por acusaciones de corrupción vinculadas a la constructora brasileña Odebrecht.
Al asumir el poder Vizcarra emprendió una verdadera cruzada contra la corrupción sistémica que enfrenta el país, implicando que los cinco últimos ex mandatarios de ese país estén imputados, al igual que la líder de la oposición, Keiko Fujimori, varios miembros del parlamento y miembros del poder judicial.
Al asumir el poder Vizcarra emprendió una verdadera cruzada contra la corrupción sistémica que enfrenta el país.
De igual manera, el mandatario interino propuso cambios institucionales para reformar el estado, volver al sistema bicameral (actualmente Perú cuenta con un sistema unicameral compuesto por 130 congresistas) y asegurar mayor participación de las mujeres en funciones públicas.
Los fuertes conflictos institucionales entre el Ejecutivo y la mayoría opositora en el congreso, llevaron a Vizcarra a proponer el adelantamiento de las elecciones generales previstas para el año 2021, para el inicio del presente año. Una propuesta que no contó con el apoyo de la oposición aunque sí con un amplio respaldo ciudadano, culminando con la decisión de disolver el parlamento.
La multiplicidad de partidos que configuran el variopinto mapa político peruano, en su gran mayoría de carácter instrumental y escasamente ideológico o programático, han tenido más de una dificultad para componer sus listas de candidatos al nuevo congreso.
La multiplicidad de partidos que configuran el variopinto mapa político peruano, en su gran mayoría de carácter instrumental y escasamente ideológico o programático, han tenido más de una dificultad para componer sus listas de candidatos al nuevo congreso. Muchos de ellos han sido rechazados por el Tribunal electoral por registrar antecedentes judiciales, deudas impagas o no reunir los requisitos establecidos por la ley electoral. Finalmente son catorce los partidos o agrupaciones políticas que han presentado candidatos (as) para llenar los 130 escaños en juego, sin claras propuestas políticas o programáticas.
Un gobierno sin opciones de mayorías y una crisis política en desarrollo
La gran duda es como estas elecciones extraordinarias configurarán el nuevo mapa político del país. En especial, lo que sucederá con el fujimorismo, dividido entre Keiko, acusada de recibir financiamiento ilegal para sus anteriores campañas no tan sólo de la constructora Odebrecht (cumplió más de un año en prisión preventiva y corre el riesgo de volver a prisión) y Kenki, que se disputan la herencia política de su padre, igualmente en prisión.
El fujimorismo contaba con una fuerte representación en el parlamento disuelto por Vizcarra y pese a que la división protagonizada por Kenki Fujimori le restó cerca de diez diputados, seguía siendo la principal fuerza parlamentaria del país. Y las encuestas señalan a Fuerza Popular, el partido liderado por Keiko, como uno de los más competitivos de cara a las próximas elecciones legislativas.
La izquierda está dividida luego que su joven abanderada, Verónika Mendoza, candidata por el Frente Amplio que se ubicara en el tercer lugar en las pasadas elecciones presidenciales, con un respetable 18,8 % de los sufragios, decidiese romper con la agrupación izquierdista para fundar Nuevo Perú.
La opción nacionalista que encabezara Ollanta Humala ha entrado en crisis luego del procesamiento de su líder natural.
Por su parte el APRA, uno de los partidos tradicionales de Perú, enfrenta una severa crisis luego que Alan García, acusado de actos de corrupción se quitara la vida al momento de su detención
Lo que parece evidente es que Vizcarra, que militara en el hoy disuelto Partido por el Kambio (PPK), fundado por Pedro Pablo Kuczynski, no tiene cómo asegurar una mayoría parlamentaria que respalde su gestión en los dos últimos años de mandato.
Lo que parece evidente es que Vizcarra, que militara en el hoy disuelto Partido por el Kambio (PPK), fundado por Pedro Pablo Kuczynski, no tiene cómo asegurar una mayoría parlamentaria que respalde su gestión en los dos últimos años de mandato. Las elecciones del año 2021 están a la vuelta de la esquina y las diversas agrupaciones políticas tienen la mirada puesta en su sucesión.
un extendido malestar social, que muchos tienden a comparar con lo que sucede en Chile y preguntarse si pueden reeditarse los hechos que han configurado el estallido social que vive nuestro país.
Perú, al igual que la mayoría de los países de la región, enfrenta los efectos del fin de los altos precios de las materias primas de los que se benefició América latina y que le permitiera a ese país crecer aceleradamente por cerca de una década. Y aunque aún mantiene ritmos de crecimiento razonables, en torno al 3 %, está obligado a políticas de ajustes del gasto fiscal acentuando conflictos sociales, a los que se suman los medioambientales en el sector minero y un extendido malestar social, que muchos tienden a comparar con lo que sucede en Chile y preguntarse si pueden reeditarse los hechos que han configurado el estallido social que vive nuestro país.
Ciertamente todo se agrava por las numerosas denuncias de corrupción que afectan no sólo a la mayoría de los partidos y sus liderazgos, incluyendo a los cinco últimos exmandatarios y la líder de la oposición, sino también al poder judicial, exparlamentarios y alcaldes.
Martín Vizcarra, que no parece tener mucho apego al cargo, protagonizó duros enfrentamientos con la mayoría fujimorista que dominaba el parlamento, con el apoyo de otros partidos de oposición y no aspira a la reelección.
Pedro Pablo Kuczynski fue elegido en segunda vuelta con los votos de la derecha y de la izquierda, para evitar el inminente triunfo de Keiko Fujimori y nunca contó con una mayoría parlamentaria que apoyara su gestión. Martín Vizcarra, que no parece tener mucho apego al cargo, protagonizó duros enfrentamientos con la mayoría fujimorista que dominaba el parlamento, con el apoyo de otros partidos de oposición y no aspira a la reelección.
abriéndose un terreno fértil para al populismo. De derecha, de izquierda, o todo lo contrario.
Y nadie aún en el Perú visualiza una alternativa de sucesión de un gobierno que parece condenado a la mera administración. Las elecciones legislativas del próximo 26 de enero dibujarán un nuevo mapa político, pero no necesariamente resolverán la crisis política y el vacío de poder que se genera, abriéndose un terreno fértil para al populismo. De derecha, de izquierda, o todo lo contrario.
Nada muy novedoso.