Por Luis Breull
Cuando el escritor italiano neorrealista y fantástico, Ítalo Calvino, publicó sus libros de cuentos Las Cosmicómicasy Tiempo Cero, dio vida a Qfwfq, un ser que –ironías mediante- presenció el desarrollo de la vida desde la gestación del Big Bang en adelante. Un ente que en medio de la nada y de todo repasa sus experiencias como observador participante de un mundo donde los seres humanos emergieron para querer dominarlo y someterlo todo (pero sin conseguirlo)… Un empeño que por mucho avanzar las tecnologías y el conocimiento no termina de encajar en finales felices en medio de múltiples plagas, con personas queribles y miserables a la vez.
Un empeño que por mucho avanzar las tecnologías y el conocimiento no termina de encajar en finales felices en medio de múltiples plagas, con personas queribles y miserables a la vez.
Algo de esos mismos sujetos, que transitan entre la normalidad, la locura, los celos y las paranoias están siendo protagonistas a escala global de la mediatización audiovisual del pánico por la pandemia del coronavirus. Una enfermedad que se propaga de la mano de la histeria colectiva. Y en Chile brota con pánico acaparador y egoísta por temor a una muerte infecciosa, junto con el desprecio por el bienestar del otro. Un fenómeno que llevó a inicios de esta semana a que grandes supermercados como Jumbo, la cadena de Horst Paulmann, vendiera más que para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Y en Chile brota con pánico acaparador y egoísta por temor a una muerte infecciosa, junto con el desprecio por el bienestar del otro. Un fenómeno que llevó a inicios de esta semana a que grandes supermercados como Jumbo, la cadena de Horst Paulmann, vendiera más que para las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Uno para mí; treinta para ti
Después de recorrer y observar esta semana algunos supermercados, negocios de barrio y farmacias -además de conversar con vendedores-, los relatos e imágenes dan cuenta de una nueva estampida social en pro de alimentos, artículos de aseos y fármacos.
Un impulso acaparador temeroso del presente y futuro, afirmado en los relatos y noticias que casi ininterrumpidamente nos han acompañado estos días. Carros atestando pasillos donde era imposible avanzar, como por ejemplo en los Jumbo y Líder de Las Condes y Providencia, donde desde ancianos a jóvenes daban rienda suelta por igual al saqueo de las góndolas de detergentes, jabones, papel higiénico, desinfectantes, carnes, lácteos, huevos, harinas, aguas, azúcar, arroz, pan, etc.… Incluso con algunas personas llevando de a veinte o treinta jabones, o farmacias de barrio en las que dos o tres adultos cegados por el pánico compraron todo el stock de alcohol, mascarillas y vitaminas C disponible.
Incluso con algunas personas llevando de a veinte o treinta jabones, o farmacias de barrio en las que dos o tres adultos cegados por el pánico compraron todo el stock de alcohol, mascarillas y vitaminas C disponible.
Otra cara de esta crisis sanitaria de corte apocalíptica se exhibe en el sitio de ventas online mercadoclibre.cl, con innumerables revendedores de mascarillas desechables a precios que alcanzan casi 20 mil pesos por unidad (cuando su valor real antes de esta pandemia no superaba los 500 pesos). O alcohol gel que llega a diez veces su costo, así como oferta de productos falsificados y sin ningún estándar de seguridad o calidad. Tanto yapo.cl como mercadolibre.cl informaron que bajarán las cuestas en donde se comercie de manera especulativa con estos insumos. No obstante, aún es posible acceder a múltiples ofertas usureras.
Tanto yapo.cl como mercadolibre.cl informaron que bajarán las cuestas en donde se comercie de manera especulativa con estos insumos. No obstante, aún es posible acceder a múltiples ofertas usureras.
¿Por qué siendo Chile un país que habitualmente enfrenta catástrofes climáticas o geológicas no existe una legislación que prohíba y sancione este tipo de conductas abusivas? Baste solo como ejemplo que en Estados Unidos –en Tennessee- un individuo compró 17 mil 700 botellas de alcohol gel y miles de cajas de toallas desinfectantes, siendo detenido y procesado por abuso de precios. Sus insumos fueron confiscados, donde dos tercios se entregaron a iglesias que atendían enfermos y el resto se destinó a recintos médicos de salud para enfrentar la crisis del coronavirus.
Necesaria vuelta a la normalidad
La reciente declaración oficial de Estado de emergencia por catástrofe -por parte del Gobierno- apunta a ayudar a enfrentar tanto la expansión de la enfermedad y la atención a los contagiados, como el abastecimiento de la población y el resguardo de las zonas de seguridad.
Está claro que el cierre de fronteras y las recomendaciones de no salir a la calle a menos que sea estrictamente necesario ayudarán a controlar o disminuir la propagación del virus. Así también la cuarentena en los hogares de ancianos y la campaña de vacunación contra la influenza, para evitar que la gripe aumente el riesgo de eventuales contagiados por la nueva pandemia.
También se hace evidente que el plebiscito constitucional deberá cambiarse de fecha y esperar que la Teletón pueda realizarse en medio de la psicosis imperante. Sin embargo, si los casos aumentan exponencialmente se hará difícil realizar esta cruzada solidaria, porque es ilusorio pensar que las donaciones en forma mayoritaria puedan hacerse por la vía de transferencias electrónicas.
mientras menos uno se exponga a la saturación cíclica de la información televisiva, mayor distancia y perspectiva se tomará respecto del desarrollo de la crisis y menos psicosis se incubará en nuestro entorno.
Solo como recomendación ante esta contingencia mediática que nos ha robado la tranquilidad del presente: mientras menos uno se exponga a la saturación cíclica de la información televisiva, mayor distancia y perspectiva se tomará respecto del desarrollo de la crisis y menos psicosis se incubará en nuestro entorno. Una cuestión fundamental para focalizarse en actividades de distracción, en la que casi todo está fuera de nuestras propias manos.
