Por Sergio Canals L
Psiquiatra
“Entonces, me dio la náusea “… y procedía del virus. No, de mí.
“Una repugnancia dulzona”, que se extiende como una niebla pegajosa sobre el cuerpo y el alma.
Tedio nauseoso, náusea tediosa.
Con el perdón de ustedes, ya me dan náuseas el buenismo extremo pandémico y los llamados a la responsabilidad social repetidos como mantras.
“Tu conducta puede matar a otro”
¡Acusa a quién no cumple con su responsabilidad!
¡Puedes contagiar sin saber que estás enfermo!
Estás en cuarentena. Tres mil millones de personas en cuarentena.
Doscientos noventa mil contagiados. Diez y ocho mil seiscientos muertos.
En Chile sólo se han muerto tres pobres.
Finalmente, a pocos les importan de verdad los muertos. Salvo a sus familiares y a quienes los atendieron.
Cuando es un muerto, tiene nombre, existe. Más de uno, no son más que cifras y estadísticas.
Lo que no se mide ¿no existe?
Aberraciones postvirales. Nauseosas.
No quiero ver más la cara de un ministro ni un alcalde.
Todo está lleno, lleno de canciones y frases publicitarias.
Paroxismo comunicacional. Paroxismo informacional.
¡Teletrabaja! Hay que “cuarentenar”. Otra joyita televisional.
We are the World/ We are the virus / We are the Death (cantar a voz en plena).
“Hay momentos en que todo cansa. Hasta lo que nos descansaría”.
¿Has escuchado un virus solitario podrirse en una calle vacía?
Yo no. Por suerte.
En el sopor otoñal, la enfermedad viral.
“La enfermedad es como la forma depravada de la vida. ¿Y la vida? ¿No es quizás también una enfermedad infecciosa de la materia…?”
Enciendo Internet y me disuelvo en la videósfera (bonita palabra).
Inmersión viral en un flujo plasmático de realidad ficciosa.
Ser una pantalla o no ser una pantalla.
Ser un virus o no ser un virus. Ser el otro o no ser el otro.
Ser un enfermo, o no ser un enfermo. Ser dinero o no ser dinero.
Ese es el dilema. Todo es posible. Ser y no ser a la vez.
Una vaca muge a lo lejos. Mu en sanscrito significa nada.
La vaca desaparece. Desaparezco.
“La vida se deshace en el hastío y se hace en la locura”
El tiempo se vuelve espeso y viscoso. El tiempo agoniza.
“Y así pasan las tardes; silenciosas como viejas monedas en manos de avaros”.
A las cinco muere el silencio. Se fuga con la brisa del amanecer.
A las 6 una explosión ensordecedora.
Un caracol muere aplastado (por un Skate).
“Con el grito amarillo/del aromo/se despierta en la mañana”.
Abro los ojos y el virus permanecía ahí.
Silencio quejumbroso.
No más cuarentena. Salgo de mi casa. Aguanto el vómito.
Una vaca mu-ge a lo lejos. Mu en sanscrito significa nada. La vaca desaparece.
Un pecho suave y tibio cede ante la caricia.
Resistencia íntima. Proximidad.
EXISTE.
La cortina amarilla tiembla.
EXISTO.
“La realidad un puñado de arena una pesadilla”.
Inmersión total en un flujo plasmático de realidad ficciosa.
HE VIVIDO LA VIDA ENTERA.
*Colaboraron: Sartre, Tellier, Fernando Pessoa, Ciorán, Josep María Esquirol.