¡Qué!: después del “estallido”, el virus y la recesión.

por La Nueva Mirada

 Por Rafa Ruiz Moscatelli

Desde Octubre del año pasado vivimos en un conflicto político social sin pausa. Desde Febrero del 2020 resistimos una pandemia global que alteró muchos aspectos de la vida. Es peor en las ciudades más grandes y, coincidencia o destino, afecta más a los países de la OCDE. La fuerza expansiva de la infección alteró la malla productiva y distribuidora mundial. La pandemia relentiza todo y vamos rumbo a una recesión económica internacional.

EE.UU, desde hace unos años sin estallidos, ahora es afectado de lleno por el virus. “Que no sea peor el remedio que la enfermedad” dijo Trump al inicio de la crisis sanitaria. Solo con voluntad económica intenta que funcione todo. Primero las finanzas. Éstas como en la depresión de 1930 son el corazón del sistema. A meses de las elecciones presidenciales se enfrentan distintas visiones ante la pandemia y la crisis generada por ella. Esto, junto a la recesión económica, crean un debate ajizado y real entre gobierno y oposición. En medio de una gran crisis la disputa política continua. Incluso en el sector conservador de Trump discrepan con él. Un Nobel de Economía, Stiglitz, le dijo que “tenía las manos manchadas con sangre”. Y un innovador y magnate como Bill Gate apoya financieramente a la OMS cuando Trump le quitó el financiamiento de EE.UU. Semanas antes el presidente llamó al orden a los ejecutivos de la OCDE y el FMI recordándoles el peso de EE.UU. Esas son contradicciones importantes. Se discuten y nadie sale corriendo a pedir un armisticio político o paz interna y unidad nacional.

Esas son contradicciones importantes. Se discuten y nadie sale corriendo a pedir un armisticio político o paz interna y unidad nacional.

En Chile ¿cuál es el temor de abordar a un tiempo el descontento expresado en las movilizaciones masivas durante más de cuatro meses, las consecuencias de la pandemia y la crisis recesiva? No hay fuerza capaz de separar estos hechos. Ellas se discutirán vinculadas tratando de encontrar soluciones políticas y sociales en la que pueda surgir una economía menos frágil. Hay una vía política clara: plebiscito, AC, y elecciones presidenciales.

¿cuál es el temor de abordar a un tiempo el descontento expresado en las movilizaciones masivas durante más de cuatro meses, las consecuencias de la pandemia y la crisis recesiva?

Hay una vía política clara: plebiscito, AC, y elecciones presidenciales.

Los alardes sobre la resiliencia del sistema capitalista y de la economía confunden el razonamiento. Salir de una crisis para volver a otra similar en 5 o 12 años a nivel global no tiene sentido. El sistema genera un ambiente inhabitable, la disminución del 40% de la contaminación por el confinamiento en Santiago, es un gran dato para ver que nuestro cotidiano mercantil es un peligro para nosotros mismos. No tiene futuro, muchos niños y jóvenes saben que nosotros no tenemos futuro para ellos. Por cierto, la situación actual genera discusiones. Hay que debatir e impedir que un gobierno evaluado negativamente convierta la calamidad en una tragedia política nacional. Evitar la discusión, frenar plebiscitos y elecciones, es abrir un espacio a los más desesperados por su debilitamiento político y la pérdida de poder económico, para que agudicen las contradicciones brutalmente arrasando con todo. Hay que frustrar la cooptación a un poder desgastado de tradiciones y conocimientos, a quienes creen que luego de octubre 19, Covid y recesión 2020 vamos a volver a los inicios del 2019. Es una ilusión. Los cambios en la materialidad de la vida se reflejaran en modificaciones importantes. No hay que temer. Hemos vivido de manera conservadora sin ganas de cambiar. Eso puede llegar a ser una enfermedad política. Pero la realidad se volvió cruzar en el plan. Pongamos ganas, podemos mejorar en vez de empeorar. Hablemos sobre lo que no nos gusta. Incluso de nosotros mismos, de nuestras prácticas, de nuestras organizaciones y de nuestros pareceres. Cuidarse y cuidar es distinto a automutilarse.

El sistema genera un ambiente inhabitable, la disminución del 40% de la contaminación por el confinamiento en Santiago, es un gran dato para ver que nuestro cotidiano mercantil es un peligro para nosotros mismos.

Hay que debatir e impedir que un gobierno evaluado negativamente convierta la calamidad en una tragedia política nacional.

Hay que frustrar la cooptación a un poder desgastado de tradiciones y conocimientos, a quienes creen que luego de octubre 19, Covid y recesión 2020 vamos a volver a los inicios del 2019. Es una ilusión.

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