No sorprende que Raúl Zurita sume reconocimientos planetarios a su magna creación poética durante largas décadas. Con todo, el reciente Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (en español y portugués) marca un hito mayor. Así lo aseveró la presidenta del Patrimonio Nacional de España, María de los Llanos Castellano, al enfatizar los méritos de nuestro Premio Nacional de Literatura 2000.
Tampoco debió sorprender el énfasis en la comunicación del preciado reconocimiento a “su ejemplo poético de sobreponerse al dolor”, atendiendo a las vivencias de Raúl Zurita desde sus juveniles atrevimientos poéticos previos a la instalación criminal de la dictadura cívico militar desde el 11 de septiembre 1973 que le significó prisión y tortura.
Antes de Zurita recibieron el mismo reconocimiento, otorgado por el Patrimonio Nacional de España y la Universidad de Salamanca, los poetas chilenos Gonzalo Rojas (1992) y Nicanor Parra (2001), enfatizándose el reconocimiento a sus relevantes aportes al patrimonio cultural de Iberoamérica y España.
Raúl Zurita tuvo palabras certeras para valorar el legado poético nacional al informarse de su premiación, asumiéndola ”como un reconocimiento al caudal enorme de la poesía chilena. Uno es apenas una gota más de un río muy grande que lo antecede”.
No existe mejor fundamento para un poeta mayor en estas circunstancias que transitar por su propia palabra.
Rául Zurita: Canto a su amor desaparecido