Reflexiones sobre la violencia. “Ahora me van a llamar hermano”Por Dr. Sergio Canals L, Psiquiatra

por La Nueva Mirada

“KALLFV WENU MEW, KALLFV
Wiriken ta ko mew, Kallfv ñi aywiñ mew
Wiiriken wenu mew fey chi Aliwen ga
       Ñi yafvlmakeetew ta ñi Rakizuam
Allushkvlelley ta vyew Lliz neyen
Wilvfkvlelley ga faw fey chi Poyen pelom”

Elicura Chihuailaf

Estos días:

“De forma inédita, habitantes de Curacautín se enfrentan en desalojo de toma del municipio”.

“El que no salta es mapuche”.
“Ciudadanos van a desalojar a comuneros mapuches”.
Queman algunos de los municipios tomados.
Sólo “comuneros mapuches” participantes en las tomas, están detenidos.

Queman algunos de los municipios tomados.
El prójimo se levanta contra el prójimo
El hermano contra el hermano

“La violencia es el destino de la especie (…) La violencia no desaparece, sólo cambia de rostro (…) es omnipresente (…) producto de la cultura humana (…) Domina de principio a fin la historia de la especie humana (…) Los hombres siempre han destruido y asesinado como si eso fuese natural (…) La violencia engendra el caos y el orden engendra violencia. Este dilema es insoluble” (Wolfang Sofsky, sociólogo).

La violencia actual parece arrastrar al dolor sólo a quien la padece. La mayoría permanece indiferente o la contempla como “lamentable” espectáculo ajeno a ella misma.

La violencia actual parece arrastrar al dolor sólo a quien la padece. La mayoría permanece indiferente o la contempla como “lamentable” espectáculo ajeno a ella misma.

La levedad de la historia negada:

“El día 28 de marzo de 1971, se realizó en Temuco un encuentro del compañero Salvador Allende con el campesinado mapuche. En esa ocasión el compañero Allende firmó el proyecto de Ley que crea la Corporación de Desarrollo Indígena y modifica la ley 14,511”

“Si nos entregan la tierra, si nos dan un poco más (…)
Quisiéramos progresar, tener abundancia (…)
Hermano, amigo, hermano mío (…)
Entonces nosotros gracias les diremos (…)
Los que se creen poderosos ahora nos están castigando (…)
Quisiéramos progresar, tener abundancia (…)

(Frases del cortometraje de Raúl RuizAhora te vamos a llamar Hermano” Cortometraje de 1971 con la promulgación de la Corporación de Desarrollo Indígena).

Luego se les despojó de sus tierras o se les compró a precios que no respetaron su valor.
Luego se les estigmatizó como flojos.
Luego dejaron de ser un nosotros.
Luego dejaron de ser comunidad.
Luego se les negó su identidad y sus valores.
Luego se les negó su historia.
Luego se les negó su religión y su lengua.
Luego se les negó su condición económica.
Luego se les negó su condición de ciudadanos.
Luego se les negó su condición de personas.
Luego se les negó su condición de hijos de la tierra.
Luego se les negó dignidad de seres humanos.
Todo esto era violencia, y engendró la violencia.

Y así nació la violencia del hermano contra el hermano. La violencia como propaganda, como espectáculo en los medios y redes sociales. Degradación y decadencia más allá de los límites. En las fronteras de la humanidad.

Luego la indiferencia frente a la barbarie. La “realidad del horror” en su estado bruto sin capacidad de generar sentido.

“¿No hay algo obsceno en la exposición directa del sufrimiento?”
(Michela Marzzano)

Frente al abismo de la realidad de la violencia experimentamos la nada.

La realidad humana se vacía de su propia humanidad.

Hoy parece haber indiferencia frente al “prójimo que se levanta contra el prójimo”.

“EN EL CIELO AZUL, AZUL
Escribo en el Agua, en su reflejo Azul
Escribo en el cielo que nutre el Árbol
           De mis Pensamientos
Matriarcal es ahí el aire de la Libertad
Paterna la luz de tu Ternura”
Elicura Chihuailaf (Poema inicial en español)

El tiempo de las musas no es el tiempo de la violencia.

La violencia arrastra al dolor a quien la padece, a quienes la realidad les duele.

La violencia habita en el dolor sensible de los poetas.

“Jamás hombres humanos/ hubo tanto dolor en el pecho, en la solapa, en la cartera/ en el vaso, en la carnicería, en la aritmética (…)” (Cesar Vallejo).

El dolor crece paso a paso.
Jamás hubo tanto dolor en la Araucanía.
Perdón por tanto dolor.
Ahora los llamaremos hermanos.

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