El próximo 6 de junio se realizarán dos elecciones muy importantes en la región. La segunda vuelta en las elecciones peruanas, que enfrentan a Keiko Fujimori y Pedro Castillo, que muchos asemejan a la situación que podría enfrentar nuestro país el próximo mes de noviembre, en las elecciones presidenciales y parlamentarias. Ese mismo día se realizan las elecciones de mitad de mandato en México, las más numerosas, en donde se eligen 15 gobernadores estatales, 30 congresos regionales, 500 parlamentarios, y se renuevan 1926 municipios, con un total de casi 20 cargos de elección popular.
La segunda vuelta de las elecciones peruanas
En un escenario de gran dispersión, con más de 15 candidatos a la presidencia, Pedro Castillo, el candidato de izquierda radical, alcanzo la primera mayoría, seguido por Keiko Fujimori – la heredera política de Alberto Fujimori – procesada por la justicia, acusada de recibir financiamiento ilegal para su campaña de parte de la constructora brasileña Odebrecht y en donde el fiscal que investiga la causa ha solicitado una pena de 30 años de cárcel para la presidenciable.
Así, de no vencer, Keiko Fujimori enfrentará la acción de la justicia, con la posibilidad de una fuerte condena. La única manera de paralizar el proceso judicial es que resulte electa.
Para muchos peruanos y peruanos es como elegir entre el Sida y el Cáncer, parafraseando a Mario Vargas Llosa, que ha entregado su respaldo a la candidata fujimorista como la única manera de “salvar la democracia e impedir que caiga en manos del terrorismo”, como califica a Pedro Castillo.
Sin lugar a dudas esta segunda vuelta ha polarizado las opiniones en el país. Pedro Castillo ha mantenido la ventaja en las encuestas durante toda la campaña, mientras Keiko se ha estancado y retrocedido en las últimas semanas. Su fuerza electoral se encuentra en la capital, mientras que Pedro Castillo se fortalece en regiones, especialmente en el norte del país.
Otra campaña del terror
Cesar Combina: “Castillo y Cerrón ponen en duda atentado terrorista en el Vraem”
Unas 16 personas fueron asesinadas a manos de Sendero Luminoso en Vizcatán del Ene.
El candidato izquierdista ha debido enfrentar una verdadera campaña del terror de parte de los sectores mas conservadores y los poderes fácticos, que anuncian el cataclismo y las siete plagas en caso de que gane, acusándolo de mantener vinculaciones con Sendero Luminoso, que sospechosamente ha recobrado protagonismo a menos de dos semanas de la elección, en una acción armada en el VRAEM, que ha cobrado 16 víctimas. Una acción que Castillo no ha dudado en condenar, exigiendo que se investiguen los hechos y se castigue a los responsables. Al igual como lo ha hecho Keiko Fujimori.
En teoría, este nuevo atentado de Sendero Luminoso (o lo que queda de ‘el) debiera favorecer a Keiko Fujimori (cuyo padre combatiera duramente y apresara a su líder) y perjudicar a Pedro Castillo, reavivando los temores del resurgimiento de la violencia en el país. El ex ministro Fernando Rospigliosi, asesor de Keiko Fujimori, no dudó en señalar a Sendero Luminoso con los responsables de la masacre. “Sin embargo, los aliados y defensores de Pedro Catillo (en alusión a Vladimir Cerrón, lidero de Perú libre y mentor de Pedro Castillo, que planteara la duda acerca de la autoría), culpan al narcotráfico o a cualquiera para ocultar la verdad. ¿Por qué será? ¿Por qué defienden a Sendero?”, afirmo el vocero del fujimorismo.
En verdad, en la actualidad es muy difícil determinar las fronteras entre el narco tráfico y lo que queda del movimiento senderista, un pequeño y atomizado grupo que opera en el VRAEM, fuertemente comprometido con el crimen organizado.
Alberto Fujimori. El invitado de piedra
La candidata fujimorista, que ha prometido indultar a su padre en caso de resultar electa, he debido enfrentar el repudio de amplios sectores ciudadanos, que se han movilizado para impedir su elección. El pesado “legado” de Alberto Fujimori polariza fuertemente las opiniones entre fieles partidarios y severos detractores, que no olvidan las graves violaciones a los derechos humanos durante su mandato, al auto golpe que protagonizara al cerrar el congreso, así como la corrupción de su gobierno.
Esta es la tercera vez que Keiko Fujimori se postula a la presidencia. Muchos de los que hoy día la apoyan (incluyendo a Vargas Llosa) se unieron en el pasado para impedir su triunfo en las pasadas elecciones presidencial. Sin embargo, no deja de ser sorprendente que Keiko Fujimori haya logrado pasar a segunda vuelta (aunque por márgenes estrechos), con un movimiento disminuido, que perdiera la mayoría parlamentaria en la última elección, enfrentado un complejo proceso judicial y cargando con la herencia de su padre, que aun cumple condena.
Pedro Castillo, el favorito y sus desafíos
La real sorpresa fue la victoria de Pedro Castillo en primera vuelta y su favoritismo para ganar el balotaje y convertirse en el próximo presidente de Perú. Profesor primario, identificado con una izquierda radical. De discurso rupturista, anti sistémico (también chauvinista, contra de los inmigrantes que ha prometido expulsar al más breve plazo en caso de ser elegido). Algo misógino y antifeminista, hasta muy avanzada la campaña de primera vuelta marcaba muy poco en las encuestas (partió con un 2 %), irrumpiendo en las ultimas semanas para ganar la primera vuelta. Es, según las encuestas, el mas probable vencedor de las elecciones del próximo domingo 6 de junio.
Sin embargo, en la eventualidad de ser electo, Pedro Castillo tendrá severas dificultades para gobernar y no menos para cumplir su radical programa de gobierno. Sería un gobierno de minoría (aunque tenga la bancada más numerosa), con serias trabas para conseguir alianzas más allá de las fronteras de la izquierda.
Es muy dudoso que el resultado de las elecciones, cualquiera que este sea, logre resolver la profunda crisis política que arrastra el Perú por décadas, incluyendo la extinción de los partidos tradicionales, la disgregación política, la corrupción, el narco tráfico (Perú sigue siendo uno de los principales productores de Cocaína en la región) y el crimen organizado.
Durante el último quinquenio Perú tuvo cuatro presidentes y la gran duda es cuánto puede durar el próximo mandatario electo el 6 de junio. Y tan importante como lo anterior, cómo se resuelve la crisis sanitaria, económica y social que vive el país. Por ahora ambas interrogantes no tiene respuesta.
Lo que se juega en las elecciones de mitad de mandato en México
Tradicionalmente las elecciones de mitad de mandato se constituyen en un test de apoyo o rechazo al gobierno de turno. Y desde ese punto de vista, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) parece tener asegurado el éxito. Pero lo que se juega es mucho más más trascendente. El mandatario mexicano apuesta a revalidar la mayoría absoluta que conquistó en las pasadas elecciones presidenciales y legislativas, permitiéndole mantener un férreo control sobre el Congreso y las gobernaciones estatales (sus críticos afirman que aspira a controlar los otros poderes del Estado para transformarse en una suerte de emperador). Incluso afirman que AMLO aspira a la reelección, en abierta violación a uno de los principios fundantes de la democracia mexicana, que establece la no reelección. El propio mandatario ha declarado que muchos de sus partidarios le solicitan que se postule a la reelección y ya los diputados están habilitados para esos efectos.
Las opiniones están fuertemente polarizadas a la hora del balance gubernamental en esta primera mitad de su mandato. Sus críticos sostienen que ha sido un desastre en materia de desarrollo económico. Lo acusan de populismo, mala gestión e intentos por hacerse del poder total. De haber mantenido una política de subordinación con EE.UU. durante la administración de Donald Trump, pese al muro divisorio en la frontera y su política migratoria. De mesianismo y autoritarismo. Incluso, de no ser un gobierno de izquierda, como afirmara recientemente el líder del PRD.
En verdad, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, siguiendo una muy antigua tradición de su país en materia de política exterior, no ha jugado un rol protagónico a nivel internacional, salvo para mantener su política de neutralidad y no injerencia respecto de Venezuela y el régimen de Maduro. De manera muy reciente hizo un gesto al gobierno argentino y a su presidente, Alberto Fernández, al recibirlo y marcar sus coincidencias en materia de política exterior. Y no mucho más.
“La santa alianza opositora”
Precisamente es por aquellas razones, “para salvar la democracia”, como afirman sus suscriptores, se ha formado “una santa alianza”, que reúne a los tradicionales adversarios de la política mexicana- el PAN, el PRI y el PRD- de la derecha a la izquierda, para enfrentar los afanes hegemónicos y de concentración del poder, del que acusan a López Obrador, que ha protagonizado fuertes polémicas con el Instituto Nacional Electoral, el organismo que controla y norma las elecciones, por objetar la postulación de algunos candidatos del oficialismo.
La campaña electoral ha sido dura y no exenta de violencia y acusaciones de intervención del gobierno, Trece candidatos locales han sido asesinados en el transcurso de la campana, Acusaciones cruzadas de corrupción (en verdad en prácticamente todas las listas se incluyen a candidatos implicados en casos de corrupción, malas prácticas, incluso de abusos sexuales).
Todo parece indicar que el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), el partido fundado por López Obrador de una escisión del PRD no logrará retener la amplísima mayoría alcanzada en la ultima elección presidencial que llevo al poder tras tres intentos fallidos. La esperanza es que sus aliados logren aportar los escaños para retener esa mayoría, pero la atención estará también centrada en lo que ocurra en las 15 gobernaciones estatales en disputa, en varias de las cuales las encuestas señalan resultados ajustados cuando no empates estadísticos, así como en los 1926 municipios.
El senador José Miguel Insulza, en representación de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América latina (COPPPAL), presidirá la misión, integrada por cerca de 50 observadores del proceso electoral en México, el país donde Insulza vivió su exilio( casándose con una mexicana) y conoce muy bien. En declaraciones a un diario de ese país, el senador Insulza manifestó su esperanza que la elección fuese normal, condenando todo acto de violencia y manteniendo una estricta neutralidad en relación a los temas de la campaña.
Será una tarea compleja en el cuadro de polarización de la campaña electoral y el clima de violencia que la ha anticipado. Una violencia que se ha naturalizado en el país y que ha cobrado miles de victimas en las ultimas décadas, a la que ningún gobierno ha logrado poner coto. El poder del narco trafico y el crimen organizado es muy relevante, no solamente el armado sino también el económico y su estrategia de cooptar a funcionarios del Estado y ganar influencia política. No son pocos los candidatos que reciben la ayuda financiera para sus campañas provenientes de los carteles de la droga.
López Obrador puede salir fortalecido o debilitado en estas elecciones de mitad de mandato, pero, muy probablemente obtendrá una mayoría significativa. Es muy dudoso, sin embargo, que pueda materializar ese obscuro objeto del deseo de una reelección que contradice una arraigada tradición de la democracia en ese país. Hay un precedente en esa dirección, de un mandatario mexicano que lo intentó y duró unos pocos días. No seria un buen final para un mandatario que buscaba refundar la republica y no instaurar una monarquía, como acusan sus críticos.