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Soy un hombre solitario
que vive en una cabaña
en medio de la montaña.
Consumo frutas, verduras
y huevos de gansa.
Me gusta cabalgar
bajo el cielo estrellado.
Colecciono piezas de ajedrez,
sellos antiguos
y máscaras orientales.
Me defino como antipoeta
por el humor, la ironía
y en lenguaje cotidiano.
Tengo un hijo en Cuba
cuando fui guerrillero.
Fumo solo tabaco negro
y soy adicto al licor de caña.
Soy un audaz amante pansexual
y creo firmemente que dios
habita en nuestros corazones.