638
Quiero que me trasplanten el cerebro
de un monje para conseguir la paz,
los ojos de un explorador
para admirar el cielo estrellado,
la columna de un atleta
para mantenerme erguido,
las orejas de un anciano
para recordar nuestra historia.
Quiero que me trasplanten las piernas
de un joven para escalar la montaña,
los dedos finos de un niño
para tocar el piano,
el hígado de un canuto
para visitar los bares de mi pueblo,
el corazón de una poeta surrealista
para seguir escribiendo.