Trump, el irredentista. Por Jorge A. Bañales

por La Nueva Mirada

Dos meses y medio después de irse de la Casa Blanca sin saludar a su sucesor Joe Biden, el expresidente Donald Trump ha cambiado la “marca” de su negocio, ha inaugurado su propio sitio web, y continúa repitiendo los logros que imagina de su gestión y la Gran Mentira del fraude electoral.

Según Wikipedia, el irredentismo es un “movimiento político y popular cuyos miembros reclaman un territorio que consideran ‘perdido’ o ‘irredento’ sobre la base de la historia o la leyenda”.

Donald Trump, quien a los 74 años juguetea con la idea de su candidatura presidencial en 2024, está dando pasos concretos para reclamar, a nombre de los 74 millones de ciudadanos que por él votaron el año pasado, el territorio político que no supo conservar y del cual dos veces le expulsó la mayoría de los ciudadanos.

Hombre de negocios y ducho manipulador de las prácticas de mercadeo, un primer paso ha sido el cambio de la marca. Ya no usa tanto la marca “Trump” con la cual se enriqueció por décadas vendiendo su nombre para hoteles y casinos que no construyó.

Después de la asonada que fomentó el 6 de enero, con un asalto al Congreso, Trump perdió sus cuentas en Reddit, Twitch, Shopify, Twitter, Google, Youtube, Facebook, Instagram, Snapchat, TikTok, y otras redes sociales que han vedado cuentas pro-Trump. Las redes sociales fueron la herramienta genial que Trump usó para movilizar a sus seguidores, y un medio que por más de cuatro años atormentó la psique nacional con resmas de insultos y falsedades.

Ahora el expresidente lanzó su propio sitio: “45office.com,” en un esfuerzo por reconstruir su presencia digital. El nombre merece explicación. Trump fue el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, y el término “office” (que se traduce literalmente como oficina) se refiere al cargo presidencial.

“45office.com” ofrece una visión idílica del gobierno de Trump, atribuyéndole logros que no logró, y omite realidades como el Gran Muro de la Frontera que prometió, pero no edificó, o la desinformación sobre una pandemia que ha dejado ya más de medio millón de muertos.

También ofrece a sus simpatizantes la posibilidad de que reciban un saludo personalizado de Trump y su esposa Melania para ocasiones tales como bautismos, graduaciones o casamientos.

El pugilato

Durante una boda en su club de Mar-a-Lago, en Florida, Trump retornó a su falsedad preferida: el fraude en la elección de 2020. Uno podría atribuir la pertinacia a la edad y el egotismo de Trump, pero la reiteración de la Gran Mentira es una táctica excelente: el ex presidente sigue siendo muy popular entre los votantes republicanos y ya le ha puesto la mira a los legisladores de ese partido que no le han sido totalmente fieles. El apoyo o disgusto de Trump para con esos políticos puede ser decisivo en las elecciones legislativas de noviembre de 2022.

En la misma línea, Trump se metió al ruedo en la controversia nacional sobre leyes que promueven los republicanos en varios estados y cuyo efecto será restringir el acceso al voto a minorías como los negros y los latinos, y los ciudadanos de ingresos más bajos. Una ley tal aprobada a fines de marzo en Georgia ha levantado protestas y llamados para que grandes corporaciones que tienen sus sedes en ese estado (como CNN, la aerolínea Delta, JPMorgan Chase, ViacomCBS, Citigroup, Cisco, UPS , Merck y Coca-Cola) presionen a la legislatura georgiana hacia la extinción de esa ley.

Las protestas corporativas incluyen, asimismo, la Liga Mayor de Béisbol que decidió que no disputará en Atlanta el partido anual, tradicional, All Stars. Y en respuesta, Trump ha convocado a sus simpatizantes para que boicoteen a esas empresas.

La lealtad de esos simpatizantes, y la sumisión por conveniencia del Partido Republicano, aparentemente están más allá de simples razones políticas. Es un acto de fe por el cual, según una encuesta de Reuters/Ipsos, mientras que el 59 % de los estadounidenses cree que Trump fue responsable por la asonada del 6 de enero, entre los republicanos el 70 % cree en una versión alternativa de los hechos que exime al incitador en jefe. El 60 % de los republicanos sigue creyendo en la Gran Mentira sobre un fraude electoral de mayor magnitud, y el 60 % de los republicanos opina que Trump debería postularse para la presidencia en 2024.

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