Por Jaime Gazmuri Mujica
La semana pasada un periódico de Rosario, Argentina, lanzó la noticia de que se había producido una suerte de golpe blanco en Brasil y que el Ministro de la Casa Civil, el General activo Walter Braga Netto había asumido el ejercicio cotidiano del Gobierno. A pesar de aparecer plausible, resultó ser, como tantas de las que circulan cotidianamente, una noticia falsa. No se alcanzan a divisar razones que justifiquen una intervención militar al clásico estilo latinoamericano del golpe de estado con tropas en la calle, ocupando el palacio de Gobierno y cercando el Parlamento, en un país cuyo Gobierno está integrado por ocho ministros militares, cuatro de los cuales están instalados junto al Presidente, en el Palacio Planalto, la sede presidencial.
un país cuyo Gobierno está integrado por ocho ministros militares, cuatro de los cuales están instalados junto al Presidente, en el Palacio Planalto, la sede presidencial.
Lo que si ocurre en Brasil es una severa crisis de gobernabilidad que en las últimas semanas se ha venido agravando progresivamente. Ya desde la instalación del Gobierno de Bolsonaro no ha sido fácil la convivencia entre sus diversos integrantes y fuerzas de apoyo: el bolsonarismo puro y duro, esencialmente antidemocrático, la tecnocracia neoliberal apoyada por el gran empresariado, y los militares inspirados por el ex Comandante del Ejército Eduardo Vilas Boas, que jugó un papel significativo en la instalación de Bolsonaro en el poder, y que cuentan con el apoyo explícito del Ejército. A ello, se suma el carácter atrabiliario del Presidente que, a semejanza de Trump, su principal referente, utiliza un estilo confrontacional, agresivo con personas e instituciones del más diverso tipo y la falsedad y la mentira como arma política cotidiana. Todo ello ha formado parte del estado normal de las cosas durante su mandato.
Lo nuevo resulta ser que debido a sus posiciones y actitudes ante la pandemia del coronavirus se ha enfrentado simultánea y prácticamente con todas las instituciones del Estado: el Congreso, los Gobernadores , Prefeitos (alcaldes) y el Poder Judicial. La gran prensa y particularmente la poderosa cadena Globo, que jugó un papel determinante en la destitución del Gobierno de Dilma y en la campaña de destrucción de la imagen del Presidente Lula, le ha vuelto la espalda y sus principales columnistas proclaman que no tiene las condiciones sicológicas para desempañar su cargo. Al interior del Gobierno han sido manifiestas sus diferencias con el Vicepresidente, General Hamilton Mourao, y explícitas con su Ministro de Salud, cuyo intento infructuoso por destituirlo el lunes recién pasado marcó un nuevo episodio en la crisis de gobernabilidad.
sus principales columnistas proclaman que no tiene las condiciones sicológicas para desempañar su cargo.
Bolsonaro primero negó la evidencia de la crisis sanitaria, calificó al coronavirus como una gripezinha (gripesita), luego desafió personalmente las recomendaciones de distancia social que su propio Gobierno había dispuesto y se confrontó con los Gobernadores que comenzaron a decretar cuarentenas en sus Estados. Su tesis es que no se puede detener la economía, que el número de muertos es relativamente bajo para un país de esa dimensión, y que solo se deben establecer medidas de aislamiento vertical solo para quienes padecen enfermedades graves o tienen contagio comprobado de coronavirus. Los seguidores de Bolsonaro, alentados por sus hijos, uno de los cuales, Carlos, concejal de Río de Janeiro instalado en Planalto, están llamando a movilizaciones masivas para rechazar el confinamiento bajo la consigna de «Brasil no para», como ya ha ocurrido por lo menos en Río y Brasilia.
Veintiséis Gobernadores, de 27, han resuelto medidas más severas de aislamiento y establecido una coordinación permanente entre ellos para definir políticas comunes para enfrentar la pandemia.
Veintiséis Gobernadores, de 27, han resuelto medidas más severas de aislamiento y establecido una coordinación permanente entre ellos para definir políticas comunes para enfrentar la pandemia. Se cuentan entre ellos antiguos aliados de Bolsonaro como los de San Pablo, Joao Doria, y Wilson Witzel de Río de Janeiro, los dos Estados más populosos del país. Los Estados amazónicos han designado como coordinador al Gobernador de Marañao, Flavio Dino del Partido Comunista de Brasil. Después de un encuentro con el Vicepresidente declaró que: «tuvimos una reunión con diálogo técnico respetuoso. Claro que Mourao no es de mi campo ideológico, pero si Bolsonaro entregara el Gobierno, Brasil llegará en mejores condiciones al 2022». Quizá ello explique las declaraciones de otro hijo del Presidente, el diputado por Río de Janeiro, Eduardo Bolsonaro, quien acusó al Vicepresidente de conspirar contra su padre.
pero si Bolsonaro entregara el Gobierno, Brasil llegará en mejores condiciones al 2022″. Quizá ello explique las declaraciones de otro hijo del Presidente, el diputado por Río de Janeiro, Eduardo Bolsonaro, quien acusó al Vicepresidente de conspirar contra su padre.
Un juez Federal con sede en Río de Janeiro dejó sin efecto un decreto presidencial que declaraba «servicios esenciales» las actividades de todas las iglesias y los juegos de lotería. El Supremo Tribula Federal ha hecho ver que el Presidente debe detener su campaña contra el aislamiento ya que tiene la obligación constitucional de velar por la salud de los ciudadanos.
El Domingo se anunció la decisión de dimitir al Ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetti, diputado del Partido Demócrata, médico sin una figuración política anterior destacada, que ha realizado una labor considerada adecuada tanto por la opinión pública como por los otros poderes, la prensa y la comunidad médica. El anuncio provocó una fuerte reacción contraria, encabezada públicamente por el Presidente de La Cámara de Diputados, la unanimidad de su Comisión de Salud, varios Gobernadores, y la casi totalidad de la prensa. Resulta evidente que los ministros militares aconsejaron no demitir al Ministro.
Bolsonaro no fue capaz de resistir una presión tan intensa y en la tarde del lunes tuvo una reunión con varios ministros, incluido el de Salud, con un mensaje llamando a la unidad del Gobierno.
Bolsonaro no fue capaz de resistir una presión tan intensa y en la tarde del lunes tuvo una reunión con varios ministros, incluido el de Salud, con un mensaje llamando a la unidad del Gobierno.
La gran pregunta es hasta donde puede sostenerse un Presidente que despierta tantas y tan variadas resistencias para enfrentar una crisis sanitaria a la que sobrevendrá una económica y social de grandes proporciones.
La gran pregunta es hasta donde puede sostenerse un Presidente que despierta tantas y tan variadas resistencias para enfrentar una crisis sanitaria a la que sobrevendrá una económica y social de grandes proporciones.
Crecerán las voces que piden la renuncia del Presidente. Dado su carácter es muy difícil que lo haga. La principal fuerza de Bolsonaro reside en el apoyo incondicional de una minoría significativa, que tiene una fuerte base de sustentación en poderosas iglesias evangélicas y pueden movilizar a varios miles de personas en todo el país. Hoy día las encuestas le dan un 30% de aprobación. Gran parte de sus aparentes excentricidades tienen la lógica de fidelizar el apoyo y la eventual movilización de esa masa de seguidores. Se trata de un chantaje implícito: una eventual destitución del Presidente puede generar un cuadro que agrave peligrosamente la crisis sanitaria en el momento más álgido. La otra fortaleza de Bolsonaro, que es la que le permitió acceder a la presidencia es la ausencia de liderazgos en la centroderecha capaces de enfrentar al PT. Dado su aislamiento político ello podría cambiar. De hecho, el Gobernador de San Pablo, que fue elegido con una votación sólida, no oculta sus aspiraciones presidenciales.
La otra fortaleza de Bolsonaro, que es la que le permitió acceder a la presidencia es la ausencia de liderazgos en la centroderecha capaces de enfrentar al PT. Dado su aislamiento político ello podría cambiar. De hecho, el Gobernador de San Pablo, que fue elegido con una votación sólida, no oculta sus aspiraciones presidenciales.
Descartado un golpe al estilo clásico, surgen voces que plantean la necesidad de un juicio político. De hecho, ya fue formalmente planteado por todos los candidatos presidenciales de centro izquierda en la última elección, y rechazada por el Presidente de la Cámara, quien tiene la llave para desencadenar el proceso del Impeachment. Supuesto que se reuniera una mayoría parlamentaria para aprobar su destitución, lo que no parece imposible ya que el Partido de Presidente hoy no cuenta con más de treinta diputados y un senador, se enfrentará el problema político mayor de convocar a una elección presidencial este año en medio de la crisis, que es lo que establece la Constitución cuando el Presidente no ha cumplido la mitad de su mandato, lo que ocurrirá recién el 31 de diciembre de este año. Después de esa fecha un Presidente destituido es reemplazado por el Vice.
Salvo que los acontecimientos se precipiten, el mayor país de América Latina tendrá durante un tiempo un Gobierno a varias manos.
Como se ve, Brasil enfrenta una seria crisis de gobernabilidad de difícil resolución en el corto plazo. Salvo que los acontecimientos se precipiten, el mayor país de América Latina tendrá durante un tiempo un Gobierno a varias manos.