Una convocatoria al diálogo ¿Sin espacio de negociación?

por La Nueva Mirada

Una convocatoria al diálogo ¿sin espacio de negociación?

Difícil entender el  propósito del Presidente para convocar a un diálogo a los jefes de partidos de oposición sin un real ánimo de negociar ni márgenes para hacerlo. Sobre todo luego que los dirigentes de Chile Vamos le advirtieran acerca de los riesgos de un diálogo en donde no tenía nada que ofrecer.

Tanto la derecha política como el gran empresariado han limitado severamente los márgenes de negociación del gobierno, sosteniendo que no se pueden hacer concesiones que contribuyan a desnaturalizar el sentido original de los proyectos.

Tanto la derecha política como el gran empresariado han limitado severamente los márgenes de negociación del gobierno, sosteniendo que no se pueden hacer concesiones que contribuyan a desnaturalizar el sentido original de los proyectos. Y es más que evidente que el proyecto de reforma tributaria propuesta por el gobierno, además de algunas medidas a favor de las PYMES, apuntaba a rebajar los impuestos de los sectores de mayores ingresos. En palabras del Presidente de la SOFOFA si, finalmente, producto de  negociaciones o concesiones, primaban los aspectos recaudatorios por sobre la pro inversión, era mejor abandonar la iniciativa.

Pese a todo, extremando  el  ya  excesivo protagonismo que se le conoce,  Piñera recibió en la Moneda a los jefes de los partidos de la oposición para escuchar atentamente y tomar debida nota de sus opiniones y propuestas en torno a la controvertida agenda que busca viabilizar, pese a no contar con una mayoría parlamentaria y mantener serias diferencias con la oposición en materias tan sensibles como las reformas tributaria y previsional, el control preventivo de identidad a mayores de 14 años o el proyecto de Admisión Justa, que busca reformar la ley de inclusión escolar aprobada durante la pasada administración.

Pese a todo, extremando  el  ya  excesivo protagonismo que se le conoce,  Piñera recibió en la Moneda a los jefes de los partidos de la oposición para escuchar atentamente y tomar debida nota de sus opiniones y propuestas en torno a la controvertida agenda que busca viabilizar, pese a no contar con una mayoría parlamentaria y mantener serias diferencias con la oposición en materias tan sensibles como las reformas tributaria y previsional, el control preventivo de identidad a mayores de 14 años o el proyecto de Admisión Justa, que busca reformar la ley de inclusión escolar aprobada durante la pasada administración.

No deja de sorprender que tras esta iniciativa, no exenta de riesgos para la figura presidencial, el gobierno haya optado por dar un portazo a este diálogo aún en desarrollo (le faltaba por recibir a los dirigentes del Frente Amplio) para insistir en sus propuestas originales, sin acoger ninguna de las propuestas formuladas por los dirigentes opositores.

No es fácil para el gobierno acusar ahora a la oposición  de obstruccionismo o de negarse a un diálogo, que permanentemente ha sostenido con el Ejecutivo y que  culminara en la Moneda con el propio mandatario como interlocutor, intentado acercar posiciones y construir un acuerdo que permita aprobar la idea de legislar.

No es fácil para el gobierno acusar ahora a la oposición  de obstruccionismo o de negarse a un diálogo, que permanentemente ha sotenido con el Ejecutivo y que  culminara en la Moneda con el propio mandatario como interlocutor, intentado acercar posiciones y construir un acuerdo que permita aprobar la idea de legislar.

La propia decisión de postergar la votación del proyecto de reforma tributaria, acompañada de una nueva propuesta que permita destrabar su aprobación, muestra la disposición y voluntad de la oposición  por buscar acuerdos

Ciertamente, el actual sistema tributario requiere y admite ajustes y reformas, especialmente en lo referido a las PYMES, pero es más que dudoso que una agenda pro crecimiento y pro inversión (que está creciendo, según las últimas cifras entregadas por el Banco Central) requiera bajar los impuestos a los sectores de mas altos ingresos, que concentran la mayor parte de la riqueza del país, tal como lo reconociera la senadora Jacqueline Van Rysselberghe. El actual sistema tributario, pese a las reformas que han permitido introducirle una mayor progresividad, sigue siendo inequitativo y no garantiza que mejore la distribución de los ingresos.

Ciertamente el actual sistema tributario requiere y admite ajustes y reformas, especialmente en lo referido a las PYMES, pero es más que dudoso que una agenda pro crecimiento y pro inversión (que está creciendo, según las últimas cifras entregadas por el Banco Central) requiera bajar los impuestos a los sectores de mas altos ingresos, que concentran la mayor parte de la riqueza del país, tal como lo reconociera la senadora Jacqueline Van Rysselberghe. El actual sistema tributario, pese a las reformas que han permitido introducirle una mayor progresividad, sigue siendo inequitativo y no garantiza que mejore la distribución de los ingresos.

Como es igualmente dudoso que una reforma previsional pueda establecer una gradualidad tan excesiva para mejorar las pensiones como la propuesta por el proyecto del gobierno. O que se condicione el reajuste de las pensiones mínimas a la aprobación del proyecto de reforma previsional.

O que la rebaja de la edad para el control preventivo de identidad sea una herramienta eficaz para combatir a la delincuencia.

Tanto el gobierno como su propia coalición, que registró  un largo historial en materia de obstruccionismo y presión legislativa cuando fue oposición, están plenamente conscientes de que la aprobación de la idea de legislar impone severas restricciones a la actual oposición para formular propuestas o introducir modificaciones a los proyectos durante su tramitación parlamentaria, especialmente en aquellas materias en donde el gobierno tiene iniciativa exclusiva.

Mucho se enfatiza con que el gobierno cuenta con toda la legitimidad para impulsar su programa de gobierno pero poco se repara que con esa misma legitimidad, la oposición tiene el derecho y el deber de ejercer el rol que le asignara la ciudadanía no tan sólo para oponerse a proyectos del gobierno que pueden ser lesivos para el interés nacional, sino también para formular sus propias propuestas.

El gobierno enfrenta una disyuntiva que bien puede marcar su destino. O buscar acuerdos posibles con la oposición para viabilizar su agenda, o enfrascarse  en una inconducente confrontación parlamentaria que no tan sólo contribuiría a bloquear su agenda legislativa, sino que sería muy nociva para el país.

El gobierno enfrenta una disyuntiva que bien puede marcar su destino. O buscar acuerdos posibles con la oposición para viabilizar su agenda, o enfrascarse  en una inconducente confrontación parlamentaria que no tan sólo contribuiría a bloquear su agenda legislativa, sino que sería muy nociva para el país.

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