Una derecha espeluznante. Columna de Rafa Ruiz Moscatelli

por La Nueva Mirada

Por Rafa Ruiz Moscatelli

La semana pasada, junto a las cifras sinceradas del empeoramiento de la pandemia en Chile tuvimos que asimilar el impacto del asesinato policial del afroamericano George Floyd en EE.UU.

De las múltiples imágenes conocidas impacta aquella en que una docena de civiles armados con fusiles AKA y similares vigilan, desde la puerta de su condominio, el paso de un par de afroamericanos con carteles protestando por el asesinato de Floyd en Minnesota. Este verano en Reñaca un estadounidense les disparó a unos manifestantes. Luego subió un video mostrando un fusil apoyado en la pared detrás del escritorio  hablando a cámara. Días después la televisión mostró a un partidario del rechazo envuelto en la bandera de la Confederación que portan los supremacistas blancos en EE.UU, persiguiendo por Av. Providencia y luego golpeando a una persona que gritaba a favor del apruebo.

Frente a estos hechos no es difícil ver lo peligroso que puede ser un racista armado. O una policía que se ha sentido autorizada para asesinar comuneros del pueblo mapuche, como Camilo Catrillanca. O provocando la ceguera de cientos de jóvenes en la ciudad capital. Policías estimuladas en su superioridad de derechos no existían en el Chile post dictadura, hasta que las autoridades asumieron las arengas y protocolos de otros países, como Brasil, Colombia, EE.UU, donde tienen manga ancha para usar la fuerza contra personas desarmadas.  Donde una interpelación verbal puede tener como respuesta un golpe o un disparo. Se ha usado como pretexto el narcotráfico, que es una realidad en desarrollo, para criminalizar  protestas y  manifestantes. Educar a los uniformados en la asimilación de la población humilde o juvenil con delincuentes estimulará cuerpos policiales incompetentes en su defensa.

Parte de la elite santiaguina ya no encuentra cerros más altos donde vivir. Algunos simplones especulan con una crisis estimulada por una pérfida intervención extranjera que justificaría una mayor represión y control armado durante la cuarentena.

Así, con la pandemia en descontrol, insisten en ver raíces latinoamericanas en rebeldías que surgen de las injusticias de cada país y en las manifestaciones de las ciudades estadounidenses durante este siglo. ACAB la sigla más rayada en las murallas cercanas a las grandes manifestaciones es una sigla que reaparece en los autos policiales destruidos en EE.UU. No pensarán los del Big Data oficial, que son chilenos los que rayan ACAB en las manifestaciones norteamericanas, como deslizó un profesional de la desinformación en Emol.

Dos pruebas al canto: A.E. escribe “Se aprovecharon de la muerte de Floyd, delincuente con prontuario, para utilizar el racismo como arma contra Trump. Lo mismo aquí, con el delincuente Catrillanca”. S.C, abunda: el Attorney General (ministro de justicia, Keith Ellison) del estado de Minnesota tiene dos hijos que pertenecen al grupo «Antifa», anarquista-comunista. Este estado es reconocidamente de izquierda, y aparentemente van a seguir el plan para desmantelar y quitarle poder a la policía para poco a poco ir tomando el poder general. No van a pasar más de 10 años sin que se desencadene una guerra civil en los Estados Unidos, la izquierda está trabajando a full para eso”

Estos comentaristas de Emol se multiplican en las redes sociales defendiendo al gobierno. Así se envenenan especulando con una emulación del asalto al Palacio de Invierno de la Rusia Zarista en las hoy suspendidas manifestaciones en la Plaza Italia.

El delirio se multiplica con los desvelos por la “izquierda” de Minnesota. Se requiere un perfil clínico. Hay una derecha espeluznante. Los que no son como ellos son delincuentes de los que es necesario defenderse.

Aunque los hechos objetivos sean el balazo por la espalda a Catrillanca y la brutal asfixia de Floyd. Trágico, patético y peligroso. Porque surge de una minoría con poder abusivo en tiempos de control uniformado por la pandemia.

Aunque los hechos objetivos sean el balazo por la espalda a Catrillanca y la brutal asfixia de Floyd.

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1 comment

patricio gonzalez junio 11, 2020 - 11:44 pm

Muy buena amigo mio

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