Tal como lo señalan las encuestas, el gobierno ha mostrado escasa habilidad y destreza para enfrentar los numerosos conflictos sociales y políticos de su aún breve período. Así lo demuestra su pésimo manejo del conflicto con el Colegio de Profesores, en una quinta semana de paralización de actividades, con masivo apoyo de sus bases, rechazando la respuesta del gobierno, a todas luces insuficiente. Tanto la ministra de Educación, que demoró cuatro semanas en reunirse con el gremio, así como el propio Presidente de la República, que ha enfatizado las supuestas motivaciones políticas del conflicto, han sido parte del problema y no de una solución negociada.
Tal como lo señalan las encuestas, el gobierno ha mostrado escasa habilidad y destreza para enfrentar los numerosos conflictos sociales y políticos de su aún breve período.
No es el único conflicto que enfrenta el gobierno en materia educacional. Miles de estudiantes universitarios han perdido el beneficio de la gratuidad por no poder culminar su carrera en los plazos exigidos por la ley y arriesgan pagar la totalidad del arancel, como exigen las universidades, en tanto que otros miles aún esperan una solución por su endeudamiento excesivo generado por el CAE.
Más en el fondo, la política educacional implementada por el ministra del ramo ha contribuido al abandono de la educación pública, acentuando la incertidumbre respecto su futuro.
Más en el fondo, la política educacional implementada por el ministra del ramo ha contribuido al abandono de la educación pública, acentuando la incertidumbre respecto su futuro.
Se debe consignar la crisis humanitaria manifiesta en la frontera norte, con cientos de venezolanos agolpados a la intemperie esperando poder ingresar al país, luego que el gobierno, de la noche a la mañana, cambiara las reglas del juego, elevando los requisitos de ingreso. Es más que evidente que mientras más se prolongue la profunda crisis humanitaria que vive ese país, mayor será el número de venezolanos que buscarán refugio en los diversos países de la región. Y es igualmente obvio que ningún país por separado puede enfrentar este problema, sin una indispensable cooperación y reglas claras y conocidas por estos nuevos inmigrantes que se anuncian.
Se debe consignar la crisis humanitaria manifiesta en la frontera norte, con cientos de venezolanos agolpados a la intemperie esperando poder ingresar al país, luego que el gobierno, de la noche a la mañana, cambiara las reglas del juego, elevando los requisitos de ingreso.
El gobierno tardó en reconocer el estruendoso fracaso de la llamada consulta indígena a lo largo del país, acentuando el vacío de una política hacia los pueblos originarios, especialmente en la Araucanía, basada en el primitivo recurso de “la zanahoria y el garrote”, que marcó el fracaso y salida de la cartera responsable, Alfredo Moreno, premiado con nueva nominación por Sebastián Piñera.
El gobierno tardó en reconocer el estruendoso fracaso de la llamada consulta indígena a lo largo del país, acentuando el vacío de una política hacia los pueblos originarios, especialmente en la Araucanía, basada en el primitivo recurso de “la zanahoria y el garrote”, que marcó el fracaso y salida de la cartera responsable, Alfredo Moreno, premiado con nueva nominación por Sebastián Piñera.
Todo ocurre al tiempo que el gobierno se empeña en sus esfuerzos por dividir a la debilitada oposición, apostando a mínimos acuerdos con sectores del PDC, donde parte de su bancada de diputados y la mayoría de sus senadores, rechazan la propuesta de reintegración tributaria, que sigue favoreciendo a los sectores de mayores ingresos, pese a las compensaciones ofertadas por el Ejecutivo.
En ese contexto, con algún ruido interno en sus propias filas, enfrenta una controvertida y trabada agenda legislativa en torno a sus proyectos más emblemáticos, como las anunciadas reformas tributaria, del sistema previsional y laboral, sin demasiados márgenes de flexibilidad y disposición para buscar acuerdos con el conjunto de la oposición.
Finalmente, el gobierno logra desplegar una pretendida política contra cíclica que permita enfrentar el proceso de desaceleración económica. Las nuevas proyecciones de crecimiento para este año no superan el 2,7 %, muy por debajo de las optimistas proyecciones oficiales a principios de año.
En ese contexto, con algún ruido interno en sus propias filas, enfrenta una controvertida y trabada agenda legislativa en torno a sus proyectos más emblemáticos, como las anunciadas reformas tributaria, del sistema previsional y laboral, sin demasiados márgenes de flexibilidad y disposición para buscar acuerdos con el conjunto de la oposición.
Muy mal. Gracias.
En este complejo escenario se evidencia el pesimismo de los agentes económicos, la frustración de expectativas y el escaso apoyo del Ejecutivo en las encuestas. Parece más que obvio y pertinente preguntarse en dónde está la oposición que, hasta ahora ha mostrado una escasa sensibilidad y nulo protagonismo para intervenir en los temas de coyuntura, con una evidente disociación entre los temas que preocupan a los ciudadanos y los que parecen obsesionar a las internas partidarias.
Parece más que obvio y pertinente preguntarse en dónde está la oposición que, hasta ahora ha mostrado una escasa sensibilidad y nulo protagonismo para intervenir en los temas de coyuntura, con una evidente disociación entre los temas que preocupan a los ciudadanos y los que parecen obsesionar a las internas partidarias.
Y no es que escaseen ideas y propuestas al interior de la oposición para enfrentar cada uno de estos temas que preocupan al país, como lo demuestran diversas iniciativas de algunos parlamentarios para enfrentar los temas migratorios, el tema de los pueblos originarios, la reforma tributaria o la propia reforma previsional. Los equipos técnicos de los partidos de oposición han generado diversas propuestas sobre varios de estos temas y diversos partidos, por separado, han asumido posiciones relevantes en varios de ellos. Sin embargo la oposición no ha desplegado ninguna iniciativa política para entregar respuestas o propuestas para enfrentar de manera coordinada estos problemas.
El problema es que la oposición, fragmentada y dividida como está, ha perdido su capacidad de procesar sus diferencias y construir consensos vinculantes que le permitan desarrollar una acción eficaz y significativa para enfrentar la agenda oficial, con propuestas e iniciativas políticas sustantivas y realistas, que le permitan constituirse en actores relevantes en la coyuntura y respecto del futuro.
La directiva de la Democracia Cristiana, con el respaldo de una parte de su bancada parlamentaria, insiste en su política de perfilamiento en contraste con sus antiguos aliados de la izquierda, optando por el camino de negociar de manera unilateral con el gobierno, sin agotar los esfuerzos por construir consensos sólidos y vinculantes al interior de la oposición, generando fuertes tensiones en su interior.
Los equipos técnicos de los partidos de oposición han generado diversas propuestas sobre varios de estos temas y diversos partidos, por separado, han asumido posiciones relevantes en varios de ellos. Sin embargo la oposición no ha desplegado ninguna iniciativa política para entregar respuestas o propuestas para enfrentar de manera coordinada estos problemas
La propia negociación que aún mantiene con el gobierno en torno a la reforma tributaria, y más específicamente respecto a la propuesta de reintegración, definido por el propio gobierno “como el corazón de la reforma”, han generado fuertes críticas y mayores tensiones al interior de sus bancadas parlamentarias, que bien pudieran votar de manera dividida el proyecto.
Otro tanto sucede en materia previsional, en donde oficialmente la DC desechó la posibilidad de construir un acuerdo al interior de la oposición, para buscar el acuerdo con el gobierno.
Y aún siendo más que evidente las motivaciones y objetivos que busca la actual directiva de la DC con esta política, lo cierto es que ella contribuye poderosamente a la fragmentación y división de la oposición, así como a su escaso protagonismo en la coyuntura.
Sin lugar a dudas, la DC no tiene toda la responsabilidad por este fragmentado mapa que hoy presenta la oposición y su escaso protagonismo para intervenir en la coyuntura. Es más que evidente que no existe una sola oposición sino varias (al menos tres), con políticas y proyectos de futuro distintos. Incluso en materia de alianzas, que proyectan más de una duda acerca de su futuro.
Y aún siendo más que evidente las motivaciones y objetivos que busca la actual directiva de la DC con esta política, lo cierto es que ella contribuye poderosamente a la fragmentación y división de la oposición, así como a su escaso protagonismo en la coyuntura.
El Frente Amplio, como heterogénea alianza de partidos y movimientos de diversa envergadura, sigue asumiéndose como una alternativa a los bloques políticos tradicionales que protagonizaron la transición y post transición (Chile Vamos y la Concertación de Partidos por la Democracia, devenida luego en Nueva Mayoría). La aspiración de algunos de sus liderazgos es quebrar definitivamente los lazos que unieron al centro político con la izquierda y construir un referente alternativo como opción de futuro, sin descartar la alternativa de competir nuevamente en el terreno electoral como alternativa, con el riesgo de facilitar el control de la mayoría de los municipios a la derecha, así como la totalidad de las gobernaciones regionales. Reiterando así el escenario electoral de la pasada elección presidencial y parlamentaria.
En este complejo escenario no pueden sino resultar patéticas las múltiples, anticipadas e inconsultas auto proclamaciones de candidatos (as) a la presidencia de la República, que bien pueden resultar explicables en el oficialismo, que ve su proyección futura al alcance de la mano pese a sus evidentes tropiezos, pero muy distantes en el caso de una fragmentada y dividida oposición, que hasta ahora no ha logrado desarrollar iniciativas políticas muy relevantes mientras el gobierno consigue introducir mayores cuñas divisorias.
En este complejo escenario no pueden sino resultar patéticas las múltiples, anticipadas e inconsultas auto proclamaciones de candidatos (as) a la presidencia de la República, que bien pueden resultar explicables en el oficialismo, que ve su proyección futura al alcance de la mano pese a sus evidentes tropiezos, pero muy distantes en el caso de una fragmentada y dividida oposición, que hasta ahora no ha logrado desarrollar iniciativas políticas muy relevantes mientras el gobierno consigue introducir mayores cuñas divisorias.
El tema de los liderazgos
Tal como señalan las encuestas “si las elecciones fuesen el próximo domingo”, muy probablemente las ganaría el mediático alcalde de Las Condes Joaquín Lavín, en la eventualidad que José Antonio Kast- el “Bolsonaro” chileno- aceptara dirimir la competencia por el liderazgo a través de una primaria del sector.
La figura mejor posicionada en la oposición es la ex Presidente Michelle Bachelet, que afirmara enfáticamente que no volvería a la política interna tras culminar su segundo mandato. Pese a esa rotunda afirmación, no son pocos los nostálgicos (o angustiados) partidarios que aún confían en que una masiva peregrinación a la ONU permita convencer a la ex mandataria de asumir nuevamente el liderazgo de la oposición. Pero es una esperanza muy feble, que tiene no pocos detractores.
La figura mejor posicionada en la oposición es la ex Presidente Michelle Bachelet, que afirmara enfáticamente que no volvería a la política interna tras culminar su segundo mandato.
El resto, por ahora, es adjetivo. Por más que algunos (as) se vean “entrando a la Moneda”, se manifiesten disponibles o expliciten su intención de competir por la nominación. Sin lugar a dudas ello puede variar. Aún falta conocer el resultado de la elección municipal y de gobernadores regionales del año próximo. Piñera aún no con cumple la mitad de su mandato y falta saber si se mantendrá como una decepción para los miles de chilenos que creyeron en su promesa de “los tiempos mejores”, o logrará culminar su mandato con razonables parámetros de éxito. En particular en materia económica y legislativa. Cómo se alineará la derecha en torno al populismo light que ofrece Lavín o el y de ultraderecha que ofrece Kast.
El resto, por ahora, es adjetivo.
Hoy por hoy la DC no cuenta con ningún liderazgo verdaderamente competitivo, por más que su directiva sostenga que su política “aperturista” le ha permitido recuperar identidad y re posicionarse en las encuestas. El actual senador y ex Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza (después de Michelle Bachelet) es la figura mejor posicionada de su partido pero marca muy poco en las encuestas. Heraldo Muñoz y Ricardo Lagos Weber son considerados como posibles presidenciables en su partido pero tampoco aparecen como figuras destacadas en las mediciones conocidas. El alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, aparece como una figura “interesante” como una posible opción presidencial para su partido. Y la lista puede crecer bastante más con la incorporación de “los disponibles”. Pero, hasta ahora, ninguno aparece entre los que creen que alguno de ellos que será el próximo Presidente de Chile.
A río revuelto…
El dato duro es que una oposición dividida y fragmentada, enfrentado fuertes crisis internas, como las que experimentan la DC y el PS, no tiene ninguna posibilidad de recuperar el poder. Y nadie, ningún partido o líder opositor, parece tener la fórmula para superar este proceso de fragmentación que hoy vive la oposición.
El dato duro es que una oposición dividida y fragmentada, enfrentado fuertes crisis internas, como las que experimentan la DC y el PS, no tiene ninguna posibilidad de recuperar el poder. Y nadie, ningún partido o líder opositor, parece tener la fórmula para superar este proceso de fragmentación que hoy vive la oposición.
La Democracia Cristiana sueña con reconstruir una alianza de centro izquierda que excluya al Partido Comunista y al Frente Amplio, o al menos un centro alternativo. El frente Amplio sueña con una opción, con exclusión del centro, en tanto que los partidos de izquierda que integraran la ex Nueva Mayoría aspiran reconstruir una alianza de mayorías que vaya desde el centro hasta el conjunto de la izquierda.
Mientras tanto el gobierno aspira a ganar en el río revuelto de la oposición, logrando resultados aun modestos pero relevantes para dividirla y llevar agua a su propio molino. Ganancia de pescadores.
Mientras tanto el gobierno aspira a ganar en el río revuelto de la oposición, logrando resultados aun modestos pero relevantes para dividirla y llevar agua a su propio molino. Ganancia de pescadores.